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Dove

El beso que Sofia y yo nos dimos, no solamente implicó amor, había muchas emociones mezcladas. Consuelo. Enojo. Tristeza. Incluso podría jurar que resentimiento. Eso me hizo entender una cosa, besarla fue un error y lo único que hice fue complicar aún más las cosas entre nosotras. Como si estuviéramos en una zona gris respecto a nuestros sentimientos. Pero como sea que hayan pasado las cosas, Sofia y yo no nos dirigimos la palabra durante el camino a mi casa, ni siquiera la música podía tapar la incomodidad entre nosotras, algo que se estaba haciendo muy habitual entre nosotras. Incómodo. Las pocas veces que hemos estado juntas así han sido las cosas.

La semana siguió como si Sofia y yo no nos hubiéramos visto, como si no nos hubiéramos besado. Ambas actuando como dos completas extrañas probablemente era lo que más me dolía. Recordé las cosas que Claire me había dicho, Thomas y Hailee simplemente habían sido un remplazo para Sofia, y es por eso que había encontrado la manera de ignorar mis sentimientos hacia ella, sentimientos que ni siquiera había afrontado desde que se fue.

Al menos ahora estaba consiente de que todo seguía ahí, completamente intacto. Completamente visible para mí. Como una herida que no cicatrizo totalmente. Thomas y Hailee solamente fueron una bandita que cubría la herida, pero no la dejaron sanar. Una pequeña de parte de mí siempre lo supo, pero lo negaba una y otra vez, en mi mente "estaba avanzando".

—¿Dove? —La voz de Ross me sacó de mis pensamientos. Tenía la mirada pérdida en algunos papeles. —Es hora de irnos.

Tomé mis cosas y caminé a la salida junto a Kaitlyn y Ross. Lauren estaba en la puerta principal, como si esperara a alguien, y ese alguien probablemente era Hailee.

Había decido que hablaría con Thomas primero, pero acordé con él que lo vería esta noche y le contaría toda la verdad. Justo antes de que saliéramos al auto de Ross, nos encontramos con Sofia. Me quedé petrificada, hacía días que no hablábamos.

—Sof, ¿qué haces aquí? —Pregunta estúpida. Eso no era de mi incumbencia.

—José quería comprar un regalo para Sarah y necesitaba algo de ayuda. —Cierto, el cumpleaños de Sarah es este lunes. —¿Podemos hablar? Es sobre... —Asentí y caminamos a su auto. Le hice una seña a Ross y Kaitlyn para que me esperaran. Al llegar a su auto, podía sentir la mirada de Lauren a través de la puerta de vidrio. —Pau tiene las pastillas, la doctora me llamó hoy por la mañana y dijo que debes tomarlas y tener reposo total durante unas horas antes de ir al médico para otra prueba.

—De acuerdo... —Miré hacia Ross y Kaitlyn, tenían una conversación sin mirar en mí dirección. —¿Las tienes ahora? —Ella negó en mi dirección. Suspiré y bajé la mirada. El ir y venir de los autos disfrazaba la común sensación de nosotras juntas. —Iré después a tu casa por ellas, veré a Thomas esta noche.

Desvié la mirada a sus labios, me quedé hipnotizada por ellos unos segundos antes de mirarla de nuevo a los ojos. —Acerca del beso... No creo que debamos hacerlo de nuevo. —Murmuré. Ella asintió, pero de alguna manera nos habíamos acercado demasiado la una a la otra. Comencé a sentirme como si me fuera a desmayar y mi respiración era entrecortada. Mi cuerpo aún reaccionaba a la proximidad con Sofia.

—¡Sabía que habías terminado conmigo por ella! —Hailee... La voz de Hailee hizo que Sofia y yo nos alejáramos de la otra. —Lo sabía... —Podía escuchar que estaba herida, y eso no podría dolerme menos.

—Hailee, no es lo que parece... —Intenté defenderme, pero mi garganta parecía estar cerrada, casi a punto de llorar.

—¿Entonces? Lo que yo veo es que estabas a punto de besar a tu novia después de que te recogiera del trabajo... —Hailee caminó de vuelta a su auto. —Vámonos, Lauren. —Su mejor amiga parecía estar sobresaltada por lo que había pasado, aunque claro, eso no quitaba la dura mirada que me dirigía, y eso era lo mínimo que me merecía.

Hesitate |Getaway Car #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora