[ 21 ]

5.6K 682 268
                                    

Por un momento creí que se iba a largar a llorar y por otro que iba a gritarme y regañarme por haberle hablado en un tono desubicado. Fuese como fuese, no me arrepentía de haber explotado con papá. 

Porque me sentí liviano. Y en paz conmigo mismo y a la vez emocionado porque por fin estaba a punto de escuchar algo de lo que mi padre sentía después de tanto tiempo. 

Sabía que mi hermano estaba de acuerdo conmigo y con todo lo que dije, pero de todos modos permaneció callado.  Supongo que él también esperaba escuchar una respuesta antes de decir algo más. 

— Lamento que piensen que he sido un mal padre. — habló finalmente. Su mirada estaba gacha. No se atrevió a mirar a los ojos a ninguno de nosotros desde que yo callé. — Creí que dándote tu espacio estarías más cómodo...supongo que no fue suficiente. — finalmente me miró al decir aquello. — Y creí que habías elegido trabajar conmigo porque te gustaba. Creo que me equivoqué. — luego hizo lo mismo con Leandro. 

— Papá, sí me gusta. — aclaró mi hermano apoyando su mano sobre la de él. — Es solo que ahora quiero probar algo distinto. Eso no significa que piense que eres un mal padre. 

— No, está bien. No tienes que decir nada más. Ya lo entendí. — se puso de pie de pronto en clara señal de que ya no iba a cenar con nosotros. — Ve a donde tengas que ir. Nadie te detendrá, hijo. Y tú. — me dirigió una última mirada — También puedes hacer lo que quieras, Julián. 

Con tranquilidad se retiró de la cocina y escuchamos la puerta de su habitación cerrarse. 

¿Eso había sido todo? ¿En serio? Tanta espera por nada.

Estaba decepcionado. 

— Bueno...al menos lograste que dijera algo. — comentó mi hermano. — Es más de lo que yo logré en tres años. 

— ¿Estás bromeando? ¿En serio cree que dejando que hagamos lo que querramos se soluciona todo? 

Esas no eran las disculpas que yo pretendía escuchar. Ni siquiera eran disculpas lo que quería escuchar. 

Me di cuenta después de que se fue de que en realidad nunca quise escuchar nada. Solo quería que se levantara y me abrazara. Y me diera el consuelo que nunca me dio cuando perdimos a mamá. 

Pero no lo hizo. Casi lloré frente a él y ni eso bastó para que lo hiciera. Solo dijo que hiciera lo que quisiera, dio media vuelta y se fue. Como si no meterse en mi camino fuese la mejor opción que encontró cuando lo que yo quería era justamente todo lo contrario. Que se involucrara. 

Me sentí terrible pero antes de que me dieran ganas de llorar nuevamente alcé la vista para encontrar a mi hermano sonriéndome.

— ¿Qué? — pregunté confundido. 

— Eres valiente, hermanito. — respondió y de inmediato me acordé de cuando Bruno me dijo lo mismo aquella tarde — Antes estaba preocupado pero...ahora no tengo ninguna duda de que estarás bien pase lo que pase. 

Mi hermano me tenía confianza. Y estaba tranquilo a pesar del mal momento de recién. Lo noté y aquello me hizo sentir mejor de inmediato. Supongo que estuvo listo para dejarme ir así como yo a él. 

— Sí que te voy a extrañar. — confesé entonces — Pero me pone feliz saber que eres feliz con Mía. No quiero cambiar eso por nada. 

Sonrió y fue hasta la heladera en busca de un par de cervezas. Aquella noche no iba a terminar tan mal después de todo. 

Brindamos por nosotros y por un nuevo comienzo. Al menos nos teníamos el uno al otro y eso significaba mucho para mí. 

— Será cuestión de tiempo con papá. — añadió luego — Él te ama aunque no lo demuestre mucho.

Bajo luz de lunaWhere stories live. Discover now