[ 16 ]

5.7K 727 227
                                    

— Disculpen, no quise interrumpir. Me voy abajo, sigan con lo suyo. — nos dijo Leandro.
 
Él sonreía como un imbécil demasiado obvio. Bruno estaba tranquilo como siempre. Y al parecer yo era el único incómodo con lo que estaba pasando. 

— No, no. De todas formas yo ya me iba. — Bruno terminó de bajar las escaleras y yo fui tras él de inmediato. — ¡Nos estamos viendo otro día! — se despidió alegremente de mi hermano. 

No quería que se fuera pero ¿ya que? Ni loco tenía intimidad con él con mi estúpido e inoportuno hermano a metros de nosotros. 

Le pasé por al lado y lo miré con mi más grande y obvia cara de culo.

— Perdón. — le dije a Bruno  en la puerta de casa — No era la idea que pasara esto. 

— Tampoco lo otro. — dijo sonriente. A él no le molestaba la interrupción tanto como a mí. 

— No, ya sé pero es que…

— Ya sé, yo también. 

Sonreí. Entre nosotros nos entendíamos con poco. Quería tirármele encima y abrazarlo pero me controlé. 

— ¿Te veo mañana? — preguntó. 

— Uh, no sé. Creo que viene la novia de mi hermano. No puedo escapar de casa mañana. 

— Bueno, cualquier cosa sé que te veré en la noche, cuando salgas a dibujar. 

— Y tú a correr. — añadí. 

Quería decirle cuánto había adorado nuestra cita pero Leandro estaba cerca así que preferí dejar esos comentarios para cuando tuviéramos privacidad. 

Me acerqué y le dejé un fugaz beso en la mejilla antes de terminar de despedirnos y finalmente dejarlo ir. 

En la sala Leandro se había relajado en el sofá con una cerveza en mano y una sonrisa estúpida en el rostro. 

Ese idiota. 
Bueno, no era su culpa, ¿él que sabía, no? 
Pero era mi deber de hermano menor detestarlo de todos modos por arruinarme la vida. 

— No es lo que crees. — le hablé directamente. 

— A mí me parece que sí, hermanito. — ugh, ese tono burlón que usó solo me hizo molestarme más. 

— Tú no sabes nada. No quiero que te metas en mis cosas. 

— ¿Y por qué te pones a la defensiva? ¿Acaso dije algo malo de ti y tu noviecito? 

— No es mi noviecito. Ves, que no sabes nada. — protesté. 

— Me agrada verte con él. — dijo de repente. Aquello hizo que abriera mis ojos sorprendido. Se suponía que estábamos discutiendo ¿No? 

No, yo solo era el que discutía. 

— Parece buen chico. — continuó. 

— Lo es. — afirmé ya más tranquilo. 

— Y no me importa si es tu amigo o...más que eso, Julián. — cuando lo oí decir eso me dio algo de pena. Es que mi hermano nunca me había visto con un chico. A ver, que ni yo me había imaginado estando con uno jamás. Ni con ninguna persona en realidad, no de forma romántica. — Está bien por mí, si es así. 

Lo que sus palabras me relajaron no tenía cómo describirlo. Fue como sentir alivio. 

Bajé la guardia y me senté a su lado. 

— Aún no sé bien...a dónde va todo esto. — admití. — Solo sé que no quiero que termine. 

Me convidó de su botella de cerveza y le di un profundo trago.

Bajo luz de lunaWhere stories live. Discover now