Parte 12

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Que mala pata. Me quedé dormida y solo por eso no lleve mis planes a cavo. Pero eso no fue lo peor de este día.

Estoy emocionada porque cada vez falta menos para año nuevo y papá dice que lo pasaremos solo nosotros, aunque la abuela Ellie quizá venga.

Lo malo, es que también, cada día falta menos para que tengamos que regresar al Hogar de Pony.

Lo peor de hoy, fue que mientras le ayudaba a mamá con el almuerzo, papá estaba arreglando algo en mi alcoba y mi hermano tomaba una ducha, le pregunté si podía adoptar a Cay, suspiro y me dijo que por su edad eso ya no es posible, pero que además, él ya tiene una mamá.

—Pero mami, ella no es tan buena mamá como tú, él mismo me lo dijo —se lo explique bajito.

—Pero es su mamá.

—Pero es una mala madre. Por lo que Cay me ha platicado, quizá nunca lo quiso. No dejaba que papá lo viera y que su padrastro le pegará. Me contó que por eso fue a Boston.

—Julieta —tras de mi y aunque yo estaba bajando la voz, papá me reprendió; lo supe por la forma en que dijo mi nombre, no supe que hacer y al final dije lo único que se me ocurrió.

—También es tu culpa, papá, Cay me dijo que nunca lo defendiste —por alguna razón empecé a llorar.

Papá suspiro y mamá seguía en silencio.

—Al principio, no fui el mejor padre —me sorprendió que papá dijera eso—. No puedo negarlo, pero tú mamá me dio una buena lección en la época en que el aún era pequeño e hice todo por cambiar, entendí que Cay era lo más valioso que tenía.

—¿Mamá? —dijo que sí en silencio y se agachó a mi altura tomándome de la manos

—Amo a Cayden desde que nació, fui yo quien eligió su nombre, y cuando su madre se casó, ella se negó a que lo viera. Estuve luchando legalmente durante mucho tiempo, hasta que cuando tenía casi cuatro años al fin pude volver a verlo. Pero ya nada fue igual, él ya no se acordaba de mí y eso provocó que no quisiera estar a mi lado, pero a pesar de todo, yo siempre estuve ahí.

—Terry... —mamá le interrumpió y papá se levantó, Cay estaba escuchando, del otro lado de la barra, estaba muy serio y me sentí una mala hermana por contar sus secretos.

—No recuerdo que estuvieras ahí —dijo de repente y papá volvió a suspirar.

—Eso es porque, por alguna razón, siempre llorabas cuando me veías y gritabas que me odiabas, así que, tuve que encontrar una forma para estar contigo sin perjudicarte, hasta que me di cuenta que quienes te decían que yo era una mala persona, eran ellos —Cay se sentó a la mesa y papá le siguió, mientras yo no supe que hacer y me quedé con mamá, pero poniéndoles atención.

—Por una razón que no entiendo, aunque aún a veces trabajan juntos, ella sigue odiándote.

—Sí. Bueno, eso me lo gane a pulso...

Papá le contó que no solo ha tenido un problema legal con la mamá de Cayden, sino que han sido varios y que no fue sino hasta poco después de lo que pasó en Boston, que esos líos terminaron.

—De hecho, creo que no lo recuerdas, pero cuando tenías cinco, tu madre te llevo en un viaje familiar y aunque yo quería llevarte conmigo a Nueva Orleans, no me fue posible —cuando papá comenzó a contar eso, mamá apagó la estufa y también puso atención—. Pero, cuando más feliz estaba, a mitad de la noche llamaron a mi puerta y me pidieron ir a la recepción, tu madre llamo para decirme que estabas en el hospital, que estabas grave y aunque le pregunté que te había sucedido no fue capaz de explicarme nada y tuve que dejarlo todo, por ir a ver cómo estabas —mamá se acercó despacio y yo con ella—. Tan solo llegue y te vi... fue entonces cuando comenzamos las batallas legales más fuertes.

—¿Por qué? —papá sonrió con tristeza y miró a mamá, mientras ella se sentaba con ellos.

—Tenias un par de huesos rotos, además de otras heridas. Tu madre dijo que había sido un accidente, que te caíste mientras jugabas, pero la actitud de su marido fue clara y la explicación del medico fue la confirmación.

Mamá ahogó un grito y se llevó las manos a la boca, yo no entendí porque lo hizo, incluso Cay estaba sorprendido.

—¿Por eso tú?... ¿Por eso aquella vez te marchaste así?... —papá le dijo que sí en silencio y se disculpo con ella—. No puedo creerlo...

—Estuve años, entre juicio y juicio, por obtener la custodia, pero él solo decía que se le pasó un poco la mano al disciplinarte y los jueces lo aceptaron. Mi mayor error, fue que, tan solo hablé con el médico, fui a romperle la cara a tu padrastro. Solo por eso alegaron que yo era agresivo y que corrías más riesgo a mi lado. Fue una estupidez, quizá debí aguantarme, pero en ese instante no pensé y solo reaccione.

Tan solo papá tomo un respiro, fui a abrazar a Cay, quien también me abrazo.

—Después, todo se volvió una constante. Por consejo de mi abogado, no debía volver a golpear a ese tipo, mientras que tú siempre tenías un moretón en alguna parte del cuerpo y tú madre siempre inventaba algo con que defender a su marido

—También la golpea y a Jonathan...

—Cuando huiste a Boston y tu madre me contó lo sucedido, en cierta forma me alegre. Tú no querías entablar una sola conversación conmigo y al final, me enteré de todo solo porque tu madre estaba preocupada, tu padrastro no movía ni un solo dedo por encontrarte y llevabas más de dos semanas desaparecido. Le volví a partir la cara, a tal grado que levantó cargos en mi contra y di contigo, solo gracias a que estabas en un hospital. No tenías tu nombre, pero fue por la fotografía que llevaba, que una de las enfermeras te reconoció. El resto, lo conoces de sobra...

—Me habría gustado saber todo esto antes —después de un rato en el que ninguno nos atrevimos a decir nada, Cay carraspeó y pronunció esas palabras, estoy segura de que su corazón libero mucho del peso que tenía encima, pero mi estómago rugió y creo que todos aprovecharon para hacer a un lado la tensión—. Deberíamos almorzar —sugirió mi hermano.

El resto del día fue muy tranquilo y silencioso. Aquella anécdota de papá me hizo sentir afortunada de que mamá nunca nos haya conseguido un padrastro y siempre ha sido buena con nosotros.

Lo que más me entristeció hoy, fue escuchar cuánto ha sufrido Cayden.

Lo que más me alegro, fue saber que papá siempre lucho por él, aunque mi hermano no se hubiera dado cuenta.

·••·•·••·

Sorpresa!!

Otra vez...

Bueno, acabo de darme cuenta de que llegue a los doscientos seguidores, me emocioné y se me ocurrió celebrarlo con ustedes y la tierna Julieta.

Besos

Monse

JulietaWhere stories live. Discover now