Parte 1

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ADVERTENCIA  

Para poder comprender está trama, es necesario que hayan leído mi "Efímera"

Mis historias no son de romance y pueden herir la sensibilidad de algunas lectoras. Se recomienda total discreción, amplio criterio y comprensión de lectura.

DISCLAIMER

Los personajes de Candy Candy pertenecen a Mizuki e Igarashi. Esta historia ha sido escrita sin fines de lucro, solamente por entretenimiento. El registro realizado cubre únicamente la trama de este fanfic. Esta prohibida la reproducción total o parcial de este fic.

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Julieta - 01

Aunque solo lo veo por temporadas, Colin suele decir que soy una chica traviesa y creo que es completamente cierto porque la hermana María siempre dice que soy aún más inquieta que mi madre, cuando tenía mi edad, pero suele agregar que también soy rebelde y desafiante, y que cuando estoy sería mi silencio es abrumador. No estoy segura de que quiere decir la palabra abrumador, pero suena interesante.

Y quizá sí, quizá soy todo eso y mucho más.

Amo vivir en el hogar de Pony y que el tío Tom me haya enseñado a montar, también aprendí a ordeñar una vaca gracias al tío Jimmy e incluso mamá me sorprendió al enseñarme a lazar. Amo esta vida en el campo y amo también ser la nueva jefa de los chicos del hogar.

Pero pensando en lo que dice la hermana María de mí, también me doy cuenta de que todo eso es cierto. Cuando veo a mi madre, que a veces, al pie del padre árbol y con la mirada perdida, piensa en Dios sabe que o quien. Aunque muchas veces me imagino que es en alguno de mis padres. Y digo padres, porque cada vez que voy a Lakewood a visitar la sepultura en honor a Desmond McLaughlin, veo lo que tiene escrito ahí y recuerdo que, aunque me hayan enseñado que el dueño de ese nombre era mi padre, en realidad es algo prácticamente improbable.

Dudo mucho que un día haya salido de su tumba, para hacerle una visita fantasmal a mamá. De ser así, sería parte zombi y es obvio que no lo soy.

Aunque no es seguido, también hay noches en que la escucho llorar y finjo dormir. Eso me atormenta y me lastima. Porque no sabría que decirle o que hacer, porque cada vez que la encuentro en una situación similar, prefiero alejarme o fingir que no me doy cuenta. Sé que quizá hago mal, pero es que entonces mis emociones también salen a flote y lo único que deseo preguntarle es sobre Terry Graham.

La única vez que le pregunte al respecto fue una noche en que lloraba; me desperté, la abracé, me abrazo y luego de preguntarle si extrañaba a papá y me dijera que sí, aunque trate de no abrir la boca, termine preguntando por el hombre que hace mucho tiempo nos visitó junto con aquel muchacho, cuando vivíamos solas, en Boston. Ella se puso tensa y aunque al principio dijo que solo eran unos viejos amigos, supe que no debía volver a preguntar.

Después de todo, sé que ese hombre es Terry Graham porque hace tiempo, mientras ojeaba un periodo del tío Albert, vi un reportaje en el que estaba su foto y lo reconocí de inmediato. Desde entonces, cada vez que encuentro algo que trata de él, lo recortó, lo pegó en mi libro especial y lo guardo en mi escondite secreto, en el desván del hogar.

Al principio no entendía porque le dolía su sola mención, pero ahora que soy mayor lo comprendo y aunque no he vuelto a pronunciar una sola palabra al respecto, estoy segura de que ese hombre es mi segundo padre.

Y hoy estoy aquí, en Nueva York, acompañando a Colin y al tío Albert, que después de mi insistencia acepto traerme, claro, después de que también le insistí a mamá y le juré que me portaría bien y que no haría ninguna travesura, lo bueno es que al hacerlo cruce los dedos por detrás, así que esta mañana aproveche mi primer oportunidad, salí por la ventana de mi alcoba y tome un taxi.

JulietaWhere stories live. Discover now