Parte 6

445 49 9
                                    

Esta semana ha sido tan agotadora e intensa, que ni siquiera me había dado tiempo que escribir nada, por eso tengo mucho que contar.

A la mañana siguiente de aquella noche, papá me llevo a casa del tío. Creo que tuve mucha suerte, o eso creo, porque mamá estaba al teléfono con el tío y tan solo nos vio nos hizo una seña para que guardamos silencio, aún no sabía que era mamá, hasta que dijo que su hija ya había despertado. Me emocioné mucho y vi que papá sonreía. Seguro pensó lo mismo, que por un pelo habíamos tenido mucha suerte.

¡Aún no puedo creer que mamá me dijo que voy a ser tía! ¡La novia de Colin está embarazada! Me emocioné tanto que grite. También le pregunté cosas del hogar y me dijo que tenía otra sorpresa para mí, pero no me dijo cual.

Me gustan las sorpresas.

Lo último que me dijo fue que la Hermana María estuvo un poco resfriada, pero ya estaba mejor y termino con lo de siempre; que me porte bien y todo eso. Cuando colgué y le conté a papá, le dio gusto, aunque volví a ver esa tristeza en su mirada.

Almorzamos juntos y luego el tío soltó la bomba.

Nos dijo que por negocios tenía que viajar a Boston, que regresaría para navidad y que mientras tanto me quedaría con papá. Volví a gritar de alegría.

Desde entonces y luego de que el señor Robert dio su permiso, la he pasado con él tooodo el día, todos estos días.

Por las mañanas me lleva de paseo a conocer lugares diferentes y por las tardes me he convertido en asistente del teatro.

Creo que cuando sea grande, quiero ser asistente de cualquier teatro donde trabaje papá, así pasaré todas las tardes con él.

Los primeros días ayude a Rachel, la costurera, con algunos remiendos, me felicitó y le dije que mi gran experiencia solo se la debo a mamá, que me ha enseñado cada vez que alguna prenda de los chicos necesita reparación.

Luego fui asistente de Henry, el ópera las luces y durante el ensayo me dejó que fuera yo quien operará las luces. Le gaste una broma a papá, apagando su luz y lo primero que hizo fue regañarlo, pero cuando vio que era yo, solo dijo "Julieta, baja de ahí; pequeña tarzana! con un tono de fingida molestia; reí a carcajadas y todos en el teatro también, menos él. Aunque me gustó que me llamara tarzana, porque así le decía a mamá.

Después me regaño en privado y la única forma en que le mostré mi descontento fue sacando la lengua.

Después ayude al chico del telón, se llama Jason. También me puse un disfraz viejo de Julieta y cuando creí que no había nadie me subí al escenario a recitar las pocas líneas que me aprendí del libreto donde guarda la foto de mamá.

¡Que vergüenza!

Papá se desquitó de las luces y abrió el telón. Todo mundo estaba en las butacas y me aplaudieron. Me puse roja como tomate y lo único que hice fue correr y esconderme en el pecho de papá, me abrazó riendo y volví a sacar la lengua.

Pero ayer fue lo más divertido. Papá seguía dormido y se me ocurrió que ya tenía el conocimiento suficiente como andar sola en la calle. Después de todo ya no soy una niña.

Solo recorrí la manzana, pero cuando volví, papá me regaño por no avisarle. Creo que me pase un poco porque le grité y le dije que ya no era una niña. Aunque minutos después me arrepentí, le pedí perdón y me abrazó.

En el teatro siempre me preguntan por mamá, pero cuando digo que se llama Candy, nadie hace una sola seña de conocerla. La única, fue la mamá de Cayden.

—¿La enfermera? —me pregunto haciendo una mueca y cuando le respondí que sí, solo afirmó en silencio y luego se marchó.

Me cayó muy mal en ese momento, aunque después me dijo que ellas se habían conocido antes que hiciera el papel de Julieta junto con mi papá.

JulietaWhere stories live. Discover now