જ➤ O5「❀」

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La mañana se veía tan encantadora ese nuevo día. Sentado en el porche de mi patio la naturaleza deslumbraba, la humedad de la noche de lluvia aún estaba impregnado en el césped y la tierra, en las hojas de las plantas y en el olor del ambiente.

El sol parecía más reluciente que nunca, lo que en verdad era fascinante, debido a que normalmente el sol no solía brillar tanto, si no que solía ser opaco y hasta algo gris oculto entre el cielo.

Esa noche no había podido dormir del todo bien. La imagen del intruso de anoche no salía de mi cabeza. No lo había podido ver bien gracias a que todo estaba oscuro.

Sólo recordaba sus ojos.

Eran grandes, pero sin dejar de ser asiáticos. Pero lo que más me llamaba la atención era el brillo que estos tenían, tal vez los ojos más bellos que jamás había visto. Y no lo decía porque me haya gustado o algo extraño, sólo admitía que tenía ojos lindos.

Aún así, la expresión de miedo que aquel chico tenía me había dejado con un mal estrago.

¿Y si era un pobre viajero que se había perdido? ¿Y si había sido asaltado y buscaba ayuda?

Todas esas preguntas se habían encargado de no dejarme dormir anoche.

Esa mañana había salido con una taza de café en mis manos al ver que ya no podía conciliar el sueño, y salí al patio tomando asiento en mi mecedora favorita, observando el fresco y bello campo de esa mañana.

Pero una figura cerca de un árbol me hizo fruncir el ceño.

No estaba tan lejos, podía distinguir un cuerpo inerte a los pies del árbol, no podía verlo con claridad pero estaba seguro que era una persona.

Me levanté de la mecedora dejando el café en una pequeña mesa para luego bajar los tres escalones que llevaban a mi patio. Sparkook al verme salió de su casa canina, observándome con la lengua por fuera, le hice señas de que se echara en el suelo y eso hizo.

Comencé a caminar alejándome de mi propio patio, dirigiéndome hacía aquel árbol.

Mientras más cerca, más podía distinguir la figura de aquella persona.

¿Y si era el intruso de anoche?

Fruncí mi ceño al llegar al lugar, inclinándome un poco para poder observarlo bien.

Parecía estar durmiendo, su respiración era pausada mientras su pecho subía y bajaba lentamente.

¿Estaba vestido con una... sábana?

Era delgado, su rostro muy fino, sus labios abultados, sus pestañas largas, su piel se veía suave, su pelo estaba demasiado largo cubriendo gran parte de su pecho que subía y bajaba conforme a su muy lenta respiración.

Dirigí mi vista otra vez a su rostro y noté sus labios de un mal tono morado, tenía una capa de sudor en su frente y parecía estar temblando.

Tenía que ser el intruso de anoche.

Me sentí mal al verlo en aquel estado, por lo que me decidí en llevarlo a casa. Lo cargué y me sorprendí de lo liviano que era, tal vez estaba al borde de la desnutrición.

MANLAND © ༶ J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora