Fate: Hora Del Martillo

Capítulo 1: El crepúsculo del último vengador

De hecho, confirmó por sí mismo, todos habían tenido un final muy feliz, casi como si estuvieran en una de esas películas de aquella compañía de la que tanto hablaba, apenas habían comprado al Hombre Araña. Ven ahora, ¿qué fue de nuevo? Dirney? Didnoy? Disney...

Ah sí, Disney, un final feliz clásico. Thor recordó casi llorar de alegría cuando sus amigos, su familia, habían recibido su merecido y feliz final feliz. A veces se esperaba, porque sabía que todos lo habían visto venir, que Peter Quill pediría la mano de Gamora, y a veces no. ¿Quién podría haber predicho que Strange se casaría con la Princesa de la Dimensión Oscura? No lo hizo, eso era seguro.

El Hombre Araña también había tenido un final de Disney, felizmente reuniéndose con esas chicas, Felicia y Michelle, ambas a la vez. Thor recordaba claramente que había comprado una bebida al joven Parker para eso. Algunos habían reaccionado conmocionados, pero el propio Thor no se preocupaba por tales estigmas. Tener a Loki como hermano significaba que uno tenía que estar acostumbrado a las... cosas.

Por supuesto, también hubo algunas bajas en sus vidas. La Guerra Civil podría haber arruinado muchas cosas buenas, Thanos había tenido éxito, aunque temporalmente, al destruir la mitad del universo, Galactus había sido un enemigo más allá de todos ellos, y las amenazas que siguieron después del Planeteater de alguna manera solo se habían vuelto más graves.

Habían tenido que luchar duro por sus victorias, pero al final, todo valió la pena. Cada enemigo había sido derribado y se habían superado todos los obstáculos.

Incluso su hermano, Loki, había regresado de la muerte, al igual que Heimdall y Gamora, resucitados por el Guantelete que habían extraído de los dedos muertos de Thanos.

"Ja, jajajaja"

Una risa bulliciosa y victoriosa lo sobrecogió ante ese recuerdo, y por muy doloroso que fuera por su cuerpo defectuoso, disfrutó de reír nuevamente. Lo había hecho tan poco en los últimos tiempos que sonaba casi extraño para sus oídos. Le hizo preguntarse por qué todavía se preocupaba por el universo ...

'¡Tortazo!'

Thor rápidamente se abofeteó en la cara, aunque se sintió más como uno de los golpes de Loki debido a su fuerza desvanecida. Sin embargo, logró sacarlo de su mal humor.

Frunció el ceño, no era como si se perdiera tanto en el pasado, era más fuerte que eso.

Seguramente, fue culpa del agujero gigante en su torso, razonó Thor, asintiendo con la cabeza junto con su propio tren de pensamiento. Las heridas mortales embotaron los sentidos y la fortaleza mental, después de todo, no fue solo su culpa que se perdiera en la nostalgia.

Thor se concentró nuevamente en dicho agujero gigante y contempló una posible solución. Pero no fue así, su oponente había dado un golpe mortal e incluso el Odinson no se iría, esta vez no.

Su oponente había sido Lazath, un poderoso, aunque joven Celestial que había destruido cientos de mundos y había amenazado a muchos más.

"Aún así, me molesta", reflexionó Thor. 'He luchado y derrotado a muchos Celestiales en mi vida, a menudo sin ningún problema. ¿Por qué entonces fue capaz de matarme? Su poder no era mayor que el In-Betweener, no mayor que Galactus, no debería haber sido capaz de asestar un solo golpe a mi forma divina, y mucho menos a uno de esta magnitud.

Solo pudo ver una explicación; Los poderes fácticos lo habían decretado. Habían querido deshacerse de él.

Thor había sentido que su poder disminuía a mitad de la batalla, y había visto el poder del Celestial aumentar repentinamente, mucho más de lo que debería haber sido. Algo mucho más poderoso que él o el Celestial había interferido aquí, con el propósito explícito de matarlos a ambos.