7. Nueva vida

26 5 0
                                    

7. Nueva vida.

Luna se levantó poco a poco, un tanto adormilada. Algo estaba sonando sin cesar y la estaba poniendo de los nervios. Miró alrededor y vio un teléfono fijo, el cual vibraba en la mesita de noche. Lo descolgó y vio que nada más era el servicio de habitaciones ofreciéndole llevar su desayuno a su habitación. Ella, a pesar de que tenía hambre en ese momento, rechazó la oferta amablemente. Estaba un poco cansada y seguramente, aunque no habría hecho mucho desorden, no quería que viesen su estado.

Miró las sábanas donde ella estaba, era lo único que cubría su desnudo cuerpo. No quiso dormir con el albornoz puesto. Además, su ropa, la que se estaba lavando la noche pasada, era muy incómoda para dormir. No estaba muy a gusto así, pero daba igual, pues estaba sola en esa suite. Nadie la iba a ver.

Posó su vista en ese momento en el ventanal. La vista seguía siendo la misma que el día anterior. Llena de luces y bonitos colores que seguían sorprendiéndola. Ya le estaba empezando a pillar el gusto a eso, y no le apetecía del todo. Con todo lo que estaba pasando, con todo lo que estaba sintiendo, era como si la torturasen por dentro. Una parte de ella quería seguir sintiendo eso para no desenfocarse de que su verdadera intención era salir de ahí. Sin embargo, la otra decía totalmente lo contrario: que debía disfrutar, pasársela bien ahora que estaba ahí, en esa ciudad tan...enigmática.

Miró su teléfono, eran solo las diez. Debía empezar a alistarse para ir con Taehyung al centro comercial. Inmediatamente hundió su rostro en la almohada. No tenía muchas ganas, estaba condenadamente cansada. Había comido y cenado en la misma habitación y había guardado energías leyendo y escuchando música guardada en su teléfono (el cual pronto iba a morir). En realidad, no sabía cómo le había durado tanto para haber estado casi o más de dos días en la ciudad.

De todas formas, volviendo al tema, anímicamente estaba cansada, agotada. Todavía pensaba mucho en el tema. ¿Y cómo no? La estaba matando lentamente no recibir ni saber nada de su mejor amigo.

Se levantó y cogió el albornoz para cubrir su cuerpo. Fue al armario, donde vio que ya estaba la ropa limpia y seca. Sonrió satisfecha, porque era una de las pequeñas cosas que le habían salido bien desde que llegó. Aparte de leerse un libro de la pila del mini salón.

Se volvió a duchar, disfrutando del aroma del gel y sintiendo como el agua la limpiaba, por así decirlo, más espiritualmente. Sentía como todas las cargas se iban lentamente y la dejaban más despierta. En un impulso, puso el agua fría para despertarse del todo y obviamente funcionó. Ya duchada, se puso su ropa y se colocó sus zapatos. Miró la hora, todavía tenía tiempo de bajar a desayunar algo, así que no desperdició el tiempo y se peinó rápidamente, dejando su largo cabello suelto.

En el salón del hotel a donde se estaba hospedando había un montón de chefs trabajando y decenas de personas estaban cogiendo platos de vitrinas. El sitio estaba animado, de todas formas, había sitio de sobra, pues era muy grande. Luna se sintió pequeña entre la multitud y por si faltaba poco, la gente que estaba ahí vestía muy diferente a ella. Eso no era malo, sin embargo, la hacían sentir diferente, y ella no quería llamar la atención. Cogió un poco de fruta y un café solo, el cual le daría energía para soportar el día.

Se sentó en una esquina, apartada de la gente, y empezó a comer en silencio. En si le venía bien ese murmullo constante, se sentía como si estuviera en casa, en el comedor de la universidad. Se escuchaban risas y carcajadas que le hacían sonreír inconscientemente a ella, pues le tranquilizaba. Se sentía segura.

Sintió una presencia y al alzar la vista pudo visualizar a una chica con el pelo azabache, pero sus puntas se degradaban hasta un color blanco puro. Sus ojos grandes y negros estaban llenos de confianza y amabilidad mientras que sus mejillas redondas se hacían notar por su gran sonrisa. Calculaba que era un poco más alta que ella y su cuerpo era uno estándar, sin ser gordita pero tampoco delgada. Llevaba una falda negra y una camiseta blanca. Para acabar, su coleta alta hacía que su rostro redondito se estilizase. No iba maquillada, pero no le hacía falta.

Néon {Kim Taehyung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora