1. Bienvenida a Néon

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1. Bienvenida a Neón.

Luna miraba con incertidumbre a la persona que se encontraba en frente de ella. Suspiró, cansada de esperar y miró por el ventanal que estaba a su izquierda. Estaba lloviendo, una fuerte tormenta había amenazado con aparecer todo el día, y precisamente, hacía veinte minutos que cumplió su promesa. Había retrasado el viaje de su amigo, que estaba tardando más de la cuenta. No sabía qué hacer, que decir, ni siquiera que preguntarle al prominente chico que estaba sentado en la misma mesa, mirando su ordenador, opacando su presencia.

La pelinegra miró a su acompañante. Una tez morena pero sugerente combinaba con sus ojos completamente azabaches y su pelo castaño perfectamente desordenado. Su perfilada mandíbula estaba relajada, al igual que sus labios, carnosos y con un rosado apagado, estaban entreabiertos como un hábito de ver tanto la pantalla de su ordenador. Su nariz era perfilada, y sus ojos, pequeños pero hermosos, observaban con detenimiento cada detalle. Sus cejas un tanto pobladas estaban un poco fruncidas, sin embargo no le daban un aire preocupado, sino más bien concentrado. Con sus grandes manos, el muchacho acomodó sus gafas y gruñó. La muchacha quiso abrir la boca para decir algo, pero prefirió callar por el momento. Solo su amigo conocía a Kim NamJoon, ¿qué le diría ella? Era mejor esperar a que ocurriera un milagro y apareciese ya por la puerta de una vez para acabar eso.

Luna no era tímida, pero tenía cierta cautela con los desconocidos. Bueno... ¿Eso se podía contar como timidez? No se sabía, pero lo más seguro que sí. Acomodó su largo pelo negro, intentando que no se ocultase su mecha color azul turquesa que resaltaba en el lado derecho de su melena. La chica miró su teléfono una vez más, con sus ojos azules chispeantes de rabia. ¿Dónde estaba Hoseok? Ya habían pasado treinta minutos de lo acordado, y empezaba a perder los nervios. No por esperar, sino por la incomodidad de estar con NamJoon y no saber cómo dirigirle la palabra.

De pronto, como si le oyesen los dioses, su acompañante habló:

-¿Crees que tarde mucho? – su voz ronca pero a la vez amigable hizo eco en su mente. Observó al chico por unos segundos para encontrarse con su profunda mirada. Luna jadeó mentalmente por el nerviosismo cuando el chico sonrió, aunque incómodamente – no es por sonar descortés, pero tengo cosas que hacer. ¿No quieres que te lo explique a ti y después se lo explicas a él después?

-Lo siento – dijo con la voz entrecortada y carraspeó para controlarse. Definitivamente, socializar no era lo suyo. – Hoseok es un poco...

No terminó de hablar, porque un golpe llamó la atención de las pocas personas que había en la cafetería. Un chico pelirrojo que estaba empapado de pies a cabeza, jadeando, había entrado al local. Se apoyó las manos en las rodillas, flexionándolas. Parecía exhausto y tosió nada más al colocarse en una buena posición. La mirada de Luna se dirigió a NamJoon, que a su vez miraba con asombro, y a la vez vergüenza ajena a la persona que acababa de llegar. Hoseok empezó a andar en dirección a ellos y se sentó, de manera cansada, al lado de la chica de tez pálida.

-Lo siento por tardar, el taxi no podía ni moverse por el pedazo de atasco que hay y he tenido que venir corriendo sin paraguas. – Luna puso una cara de comprensión y a la vez de lástima. Creía al muchacho que ahora sonría mostrando su perfecta hilera de dientes blancos. Se notaba agotado, y sobre todo temía que se resfriase dos días antes del viaje...

-No pasa nada – por fin respondió NamJoon guardando el ordenador y rebuscando algo en su mochila. – Vamos a terminar esto rápido. Tengo lo que me pedisteis, pero tengo que explicaros que va eso de Neón, porque he buscado información y puede haber problemas.

-¿Cómo? – Respondió Luna con incredulidad - ¿Qué problemas?

Hoseok permaneció callado, impasible, solo miraba a NamJoon con total atención.

Néon {Kim Taehyung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora