Néon {Kim Taehyung}

6. Hotel

Taehyung dejó escapar un sonoro silbido y sonrió, enorgullecido. La pelinegra siguió mirando la pantalla, como si no se lo creyese. Diez millones era algo inimaginable para ella. Su cuenta real tenía apenas cinco mil. Cerró los ojos con fuerza, y los volvió a abrir con la esperanza de que esa cifra fuese fruto de su imaginación. Sin embargo, no cambiaron los números para nada.

¿Cómo podía mostrar algo que no tenía? Sabía que la tarjeta era falsa, pero Namjoon no sabía nada acerca de que fuese una tarjeta de crédito. Así que no entendía cómo demonios esa cantidad de dinero había llegado hasta allí. Luna no era rica, básicamente vivía al día, a pesar de que hacía encargos importantes a gente con alta clase social. A pesar de todas esas ganancias, tenía que pagar su apartamento, su comida. También la matrícula de la universidad y ayudar a sus padres (quienes los estaban pasando un poco mal de dinero) a pagar la renta de su casa.

Taehyung sacó la tarjeta con delicadeza, y sonriente, se la devolvió a la ¨propietaria¨, quien seguía en su mundo, en sus pensamientos todavía. El de ojos grises la miró y poco a poco borró su blanca sonrisa. Ella cogió la hermosa tarjeta morada, intacta, y la metió en su bolsillo, todavía sumida en su mente.

-Parece que eso no te lo esperabas – murmuró, más para él mismo que para ella. Los ojos azules de Luna se posaron directamente en la mirada que le estaba dando el rubio. Sus grandes orbes la observaban, pero a la vez no lo hacía. Era como si él hubiera entrado en un trance interminable. Pero de pronto habló y ella salió del suyo. - ¿Por qué te preocupas? Tienes dinero de sobra para estar en un hotel. Es decir, con esa cantidad... ¡Dios! Con esa cantidad puedes vivir realmente muy bien estos tres meses.

-Taehyung... - empezó a hablar, pero no le salieron las palabras. ¿Qué le iba a decir? ¿Qué ella no se lo esperaba porque esa tarjeta supuestamente era falsa? ¿Qué ni tenía idea de esa función de su tarjeta? ¿que estaba asustada por si la pillaban y la encerraban o la denunciaban? Se sentía muy confundida. Y esa sensación era realmente insoportable. No sabía lo que estaba pasando, ni siquiera sabía si todo eso era real. Quizás era un sueño muy largo. Quizás, solo le hacía falta despertar.

-No te agobies, Luna – dijo, sintiendo la pelinegra como arrestaba las palabras lentamente. – No es nada malo, quizás... ¿se te olvidó?

- No lo sé – mintió ella. ¡Claro que lo sabía! Ese dinero era falso, y si no lo era, era robado. ¿Cómo demonios no iba a agobiarse? Era una completa locura.

El rubio suspiró y desvió la mirada, fijando su vista en otra parte. Quizás ella le ponía de los nervios. Quizás estaba intentando ayudar a alguien que era apenas incomprensible. O eso pensaba Luna. De pronto se sintió mal.

Él la había ayudado, estaba teniendo paciencia con ella, y, por si fuera poco, la soportaba cuando ella se ponía así. Sin embargo, ella tenía la cabeza en otra parte (como era de esperarse) y ni siquiera le estaba agradeciendo como era debido. Se sentía un poco maleducada y mala persona. Él no tenía culpa de lo que ella estuviera pasando. Para el solo era una desconocida a la que quería ayudar.

-Lo siento – dijo y él solo agachó la cabeza – solamente estoy sorprendida... no pensé que había tanto dinero en la cuenta. Estoy dando muchos problemas. ¿Me podrías llevar al hotel más cercano? No quiero que pierdas más tiempo...

-Como quieras – contestó. ¿Se había enfadado? No lo sabía, pero tenía mucha pinta de que era así. Sin decir nada más, subió a la moto y dejó que ella tímidamente enrollara sus brazos en su cintura. Arrancó la moto y la pelinegra apoyó su mejilla en la espalda del rubio. Quizás era muy atrevido eso de pegarse así a él, pero literalmente no había viajado en una moto antes. A él no parecía importarle en absoluto, así que no se movió de su posición y empezó a mirar las calles, las cuales no podía ver muy bien por culpa de la velocidad a la que iban. A pesar de eso, las luces empezaron a hipnotizarla una vez más, con esos colores tan vivos y brillantes.