Néon {Kim Taehyung}

4. Piedras Preciosas

Luna se abrió poco a poco los ojos. Se incorporó de la cama lentamente y miró a su alrededor. Esa no era su habitación, ni mucho menos. Tocó el interruptor, encendiendo una luz verde cegó un poco a la pelinegra. Cuando se acostumbró a la luz, miró la cama en la que había dormido. Las sábanas blancas arrugadas parecían un lienzo donde se podían posar todas las luces de la habitación. Las negras paredes le daban un toque tétrico, pero a la vez moderno al cuarto, y contrastaban con los muebles blancos que la decoraban. Miró su cuerpo y vio que solo tenía puesto una camisa que debería ser muchas más tallas que la suya. Observó sus piernas desnudas y las miró, cansada. Así que no había sido un sueño, había llegado de verdad a Neón.

Sin perder mucho tiempo, se cambió de ropa, doblando después la camisa de color gris que alguien le había prestado y se puso los zapatos de inmediato. Hizo la cama con desgana y miró por última vez esa habitación antes de abrir la puerta y marcharse.

Un agradable olor surcó sus fosas nasales y en cuanto menos lo pensó, su estómago ya estaba rugiendo y rogando por comida. Intentó no pensar en aquello, pero recordando bien, no había comido desde que llegó a la ciudad. Era normal que le faltasen energías y más en ese estado. Se acercó sigilosamente, guiándose por el delicioso olor, a la cocina. Y ahí lo encontró.

Taehyung estaba haciendo tostadas y friendo algo que parecía ser Bacon. Llevaba una camiseta negra ancha y unos pantalones cortos. Iba descalzo. La luz de la cocina era totalmente blanca, normal. Quizás era así para poder ver mejor, o no lo sabía. Sin embargo, agradecía poder ver en su totalidad. El pelo del rubio estaba desordenado, pero aun así Luna se quedó absorta mirándolo, metida en sus más profundos pensamientos.

Cuando pensó en venir a Neón, se imaginaba estando en un cuchitril de hotel, mientras iban andando a todas partes para curiosear y para coger inspiración. Tenía pensado hacer fotos con Hoseok por todos lados para después coger referencias mientras dibujaba. Como no sabían que iban a encontrar allí abajo, pensaron en algunas ideas mínimas y esenciales, como ir a comer, mirar alguna que otra tienda, y después de una semana o dos, volver por donde habían venido con una agradable experiencia echada por los hombros.

Que ilusos.

Taehyung se giró y la pilló mirándole, él sonrió un poco y se acercó a ella, quien volvió en si al ver al rubio tan cerca y con una sonrisa. Miró sus ojos grises, llenos de alegría y de vida y pensó: ¿Cómo podía tener esa energía y esa felicidad en sus ojos? Ella no era capaz de mirar así. Taehyung parecía un buen chico, alguien con el que podías contar para lo que fuese. Quizás se estaba equivocando. Quizás tenía malas intenciones, pero...si las tuviese, ¿no le habría hecho ya daño? Había dormido en su casa y no había pasado nada extraño. Si, seguía estando incomoda, claro que lo estaba, por eso cuando lo vio, dio un paso hacia atrás con cautela. Sin embargo, no era miedo o inseguridad lo que sentía.

-Buenos días - dijo con una voz que mostraba que se había levantado de un buen humor. Luna hizo una mueca que intentó parecer una sonrisa. - ¿Has dormido bien?

-Sí, gracias por lo de esta noche - él se giró y sacó de la sartén la comida para ponerla en dos platos.

-No es nada - contestó y dejó en la mesa el desayuno - ¿tienes hambre? He preparado el desayuno, para que recuperes fuerzas.

Ella miró la comida y su boca empezó a salivar en respuesta. Tenía mucha hambre, no lo iba a negar, por eso se había acercado a la cocina y no se había perdido. Con vergüenza, asintió y se sentó donde había señalado el rubio con una sonrisa. Se sentía un completo polizón en la casa del chico. Debía salir de allí cuanto antes, antes de que el muchacho pensase que se estaba aprovechando de él. Y en realidad, sin querer, era así. ¿Quién aceptaría que un extraño durmiese y comiese en su casa? Nadie. Le sentaba mal que Taehyung se hubiera preocupado por hasta hacerle el desayuno.