dos

5.7K 294 184
                                    

❛al menos tengo un cerebro❜

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

al menos tengo un cerebro

—¡Chase!—grité tocando a la nada.

Escuchamos un grito muy agudo.

—¡Emma, deja de gritar!—dijo Chase, frustrado.

—¡Yo no he sido!

Comencé a intentar buscar mi móvil a oscuras, pero no lo encontraba por ninguna parte. Entonces me acordé de que lo había dejado encima de la cama en la planta de arriba.

Una luz potente pero pequeña me alumbró de repente. Después, otra volvió a encenderse. Eran linternas de móviles.

—¿Qué ha pasado?—preguntó Jonathan.

Mientras intentaba no chocarme con nada, acabé dando contra algo sólido pero no tan duro como un mueble. Miré arriba y vi a Rudy, que me había sujetado de la cintura para que no me cayese. Me miró sorprendido y después los dos nos separamos apartando la mirada.

—Emma sígueme —me dijo mi hermano. Me cogió del brazo y me dirigió hacia la entrada de casa.

Apuntó al panel de interruptores y focos para encender la luz de la casa. Lo abrí e impulsé hacia arriba las pequeñas palancas, pero no hubo ningún efecto. Lo hice un par de veces más, pero no había manera de que la luz hiciese acto de presencia.

—¿Qué cojones pasa?—pregunté.

Volvimos a la cocina mientras Chase se quejaba de todo, y vi cómo Drew intentaba agarrar el dinero de la mesa. Corrí y puse mi mano encima de los billetes y lo miraba negando con la cabeza. Drew maldijo en voz baja y se alejó.

—Debe ser un problema de la calle entera —comentó Rudy—. Fuera no hay luces tampoco. Como no lo arreglen pronto, estaremos así toda la noche.

—Mamá —dije rápidamente, y miré a Chase. Él también se preocupó al segundo.

Nuestra madre estaba en casa de una amiga esa noche, cenaba allí. ¿Y si el apagón le había pillado en el coche y se había quedado a oscuras en medio de la calle? Me preocupé inmediatamente.

No nos dio tiempo a decir nada más cuando volvimos a escuchar un ruido en el patio. Nos miramos, o al menos la sombra de nuestros rostros por las linternas que apuntaban a diferentes lugares de la cocina.

Chase se dirigió hacia la encimera y agarró un cuchillo grande y afilado de uno de los cajones. Todos se dirigieron al cajón y sacaron otros cuchillos. Parecían emocionados y sonreían, con ganas de clavárselo a alguien, supuse.

—¿Qué pretendéis hacer con eso?—pregunté asustada.

Los seguí pero Chase se dio la vuelta para pararme.

—Tú te quedas aquí.

—Y una mierda —respondí riendo y pasando a su lado para dirigirme hacia el patio.

breezeblocks || rudy pankowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora