Cuando Emma Stokes se encuentra por accidente con el grupo de amigos de su hermano una situación que puede demostrar que los extraterrestres existen, comienza a pasar más tiempo con ellos y eso solo hace que sus sentimientos por Rudy aumenten cada v...
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❛el mensaje de Harper❜
Chase me pidió esa tarde, mientras cenábamos, que le contase todo de una vez a Madelyn. Me lo pidió expresamente a mi porque él no quería quedar como un loco y si la chica no se lo creía y pensaba que se nos iba la pinza, él podía llegar y decirle que yo era muy bromista.
Yo acepté, pues no me daba vergüenza quedar como una loca frente a ella. Madelyn era buena persona y no me daba miedo su reacción, además, Maddie me dijo que vendría conmigo para contárselo.
Le contaríamos absolutamente todo. Era justo si formaría parte del grupo. Además, Madison tampoco llevaba mucho tiempo y también sabía muchas cosas.
Chase estaba bastante afectado por la carta de papá. Ambos pensamos que lo mejor sería callarnos hasta saber cosas seguras, no queríamos sustos o momentos incómodos por una carta que no explicaba al cien por cien lo ocurrido. Era lo más probable, que hubiese pasado lo que escribió, pero tampoco teníamos pruebas de que así fuera.
A lo mejor él escribió eso para despistar a los que lo perseguían, si es que lo tenían controlado a cada movimiento que hacía, y en realidad sí consiguió escapar.
Mi mente no paraba de divagar para encontrar respuestas esperanzadoras. Mi mente me decía que no sería así, que habría pasado lo peor. Pero mi corazón se negaba a creer eso. No cuando se trataba de mi padre.
Pero sí que era cierto que muchas cosas extrañas estaban ocurriendo.
Pasé al lado de la pequeña camita para perros que teníamos en el salón para Leo y tuve que aguantar mis lágrimas. ¿Dónde estaría? ¿Por qué se escapó? ¿Iba todo el mundo al que yo amaba salir de mi vida sin dar explicaciones? ¿Sin despedirse? Echaba de menos a mi padre y a mi mejor amigo. Porque Leo era eso para mi. Llevaba con él desde pequeña y no tenerlo a mi lado simplemente me quemaba.
Agarré el colgante que encontré de mi padre, que se abría y dejaba ver una foto. La miré mientras una lágrima caía por mi mejilla. Rápidamente la limpie y guardé de nuevo el colgante bajo mi sudadera.
Fui andando a casa de Madison para después ir a recoger a Madelyn, puesto que tan solo eran las ocho de la tarde y entre las dos casas tardaría unos quince minutos.
En el camino también empecé a rayarme la cabeza pensando en lo que había sucedido con Rudy. No podía parar de pensar en eso a pesar de todas las cosas que tenía rondándome en la cabeza. Ese era el efecto que él tenía sobre mi. Pero no me asustaba, como anteriormente. De hecho, quería más.
Estuvimos así durante minutos, besándonos en la terraza. Pero pensamos que debíamos bajar ya, y luego no coincidimos en ninguna clase. Al terminar la mañana y llegar la hora de volver a nuestras casas, él pasó por mi lado para apretar mi nuca rápidamente –como modo de saludo– y cuando lo miré me guiñó el ojo. Yo sonreí levemente pero paramos con ese flirteo cuando Jonathan nos miró raro. Luego ya no lo volví a ver en lo que quedaba de día.
