Capítulo V

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Me desperté a media noche con el crujir de las tablas del suelo. En lo que llevaba de noche no había tenido sueños, ni nada. Había dormido del tirón y sin sentir nada. Hasta este momento.

Suponía que era Abraham, o Jessie para ver como estaba. Me di la vuelta para ver quien era, pero no me encontré a ninguno de los dos. Era un chico con el pelo alborotado, ojeroso, con unos ojos verde aceituna y con mirada de loco. Abrí la boca para preguntarle quien era, pero me tapó la boca y me inmovilizó. Pataleé, le pegué a mi secuestrador, le arañé, pero no había manera. Cuando me llevaba escaleras abajo, se me ocurrió la idea de morderle la mano, y parece que le dolió, porque me soltó. Yo aproveché inmediatamente para gritar, desesperada. Mi captor me volvió a tapar la boca y salió corriendo escaleras abajo. Cuando íbamos a salir por la puerta, Abraham llegó justo a tiempo para empujarle y que cayera al suelo (junto a mi). Luego le inmovilizó y empezó a gritarle, preguntádole que hacía aquí. El chico no contestaba, simplemente se quedó con una sonrisa maléfica en la cara. Entre eso, y lo que dije anteriormente parecía un monstruo.

Jessie también se había despertado. Llamó preocupada a alguien por teléfono. Al rato, llegaron unos guardas parecidos a los de la paz, pero sin casco. Se llevaron inmediatamente al chico y se fueron. Y yo observando todo desde el suelo.

-Em...¿qué ha pasado?- pregunté.- ¿Quién era él?

-Él...- repitió Abraham, bajando la mirada.- Ya os lo contaremos mañana.- supongo que se refería a Breck y a mi. Me mandó a la cama, y Jessie y él se fueron a sus respectivas habitaciones. Y Breck seguía dormido, a pesar de los acontecimientos ocurridos, o eso suponía.

En mi cama no pegaba ojo. Pensaba en quien era ese chico, en los juegos, en que estaba muerta... Así que aproveché para reflexionar sobre esas y otras cosas.

El chico. Estaba ojeroso, así que parecía no dormir muy a menudo. Aunque pensar en eso no me llevaba a nada. Su aspecto me recordaba a los adictos a la morflina del 6. A lo mejor era del 6. O, simplemente, era adicto a la morflina. ¿Sería del A? No parecía muy buena persona. A lo mejor se había escapado. Y si se había escapado... Marvel también podía. Y los demás. Al pensar en ello me dio un escalofrío, a si que pensé en otra cosa.

Los juegos. ¿Quién ganaría? Katniss, seguro. Y con Peeta, por supuesto. Se nota que se amaban. Por eso ella le buscaba, para ganar junto a él. Si no, le daría igual. Además, Katniss es muy buena persona. Si no, tampoco se hubiera aliado conmigo, ni hubiera llorado por mi. Tenía que ganar, estaba segura.

¿Y lo de los milagros? ¿Era verdad que podíamos salvarles...de la muerte? Pero... Morir no era tan malo. ¿Por qué los muertos, los del A, salvaban a los vivos? Tenía que haber una razón. Y, si se supone que no nos podía hacer daño nadie, ¿por qué Abraham estaba tan alterado con el chico? Mañana le preguntaría todo, y quiero que me lo conteste TODO.

Y así pensando, al cabo de unas horas, al final me dormí.

Los Juegos Del Hambre ~Desde El Otro Lado~ ||TERMINADO||Where stories live. Discover now