Los Juegos Del Hambre ~Desde El Otro Lado~ ||TERMINADO||

Capítulo XXXIX

Breck salió corriendo en dirección contraria a la que venían los nuestros. Y yo fui tras él, gritándole que volviera. Asustados, Abraham y Jessie también me ayudaron a que regresara. Luego me di cuenta de que Aiden también venía. Me paré de repente, me di la vuelta y fui a avisar a Aiden, mientras Abraham y Jessie seguían persiguiendo a Breck.
-¡Rue! Te he echado mucho de menos.- se acercó a mí e intentó besarme. Al notar que lo rechacé, puso una mueca y me miró.
-Huye de ti.- le advertí.- Así que es mejor que no le sigas tú también.
-¿Porque huye de mi?
-Después te lo cuento. Pero debes mantenerte lejos de él. Si no... Se puede volver loco.
-¿Contigo también se vuelve loco?
-Ahora un poco menos. Ya se está calmando. Así que mejor que no le empeores.
-Me parece bien.- forzó una sonrisa.
-Si me disculpas... Voy con él. Quédate con Gertie hasta que vuelva.
Corrí en la dirección de antes, dejando a Aiden y a los demás atrás. Corrí durante un rato y encontré a Abraham y Jessie rodeando a Breck, detrás de la pared verde de una destruida casa.
-¿Pero que te pasa?- le preguntaba su madre, besándole las mejillas.
-Nada.- decía Breck.- Rue ya lo sabe y no pienso decírselo a nadie más.
-Ya está todo solucionado, Breck.- le dije sonriendo.- No se acercará.
-No, todo no.- bajó la mirada. Su madre y Abraham no entendían nada. Yo sí. Se sentía aún peor cuando yo estaba con Aiden. Mucho peor que que Aiden se acercara a él.
-Tenemos que ir a la zona S. Es la zona menos destruida. Tenemos que darnos prisa.
-Vamos.- Jessie agarró a Breck de la mano y le secó las lágrimas.
Nos dirigimos todos, andando, a la estación de tren, con la que se podía ir a las demás zonas. Yo estuve todo el camino cambiando de grupo y hablando con las personas de cada uno. A veces estaba con Thresh y Josh, otras con Maysilee y Maddy... Con todos menos con Aiden y Gertie, porque si no Breck se volvería loco. De vez en cuando miraba a Aiden, que me devolvía la mirada con algo de tristeza, aunque le costara disimularlo.
Hablé hasta con Ethan, guardando la distancia.
-No me puedo creer que hayas sido un traidor.
-Tengo mis razones.
-Nunca hay razones para traicionar a alguien.
-Peeta es un traidor y sigue siendo un santo, ¿no? Lo hice con los mismos motivos que él.
-¿Peeta es un traidor?
-Si. ¿No te has enterado? Le llevaron al Capitolio y le torturaron, buscando información. Al ver que no tenía, le obligaron a pedir un alto al fuego, aunque él recibió algo a cambio, durante un tiempo: que a Katniss no le hicieron daño. Cuando descubrió que iban a bombardear al 13 de todos modos, traicionó también al Capitolio y todos se salvaron. Ya le han rescatado y el final ha sido horrible.
-¿Qué ha pasado?
-Le han convertido en una máquina para matar. Parecido a Breck. Pero a Breck le han convencido simplemente de que eres una amenaza, pero a Peeta le han metido en el cerebro imágenes falsas que demuestran que Katniss es la mala. Y ya no sabe distinguir lo verdadero de lo falso. Por eso, cuando se ha reencontrado con Katniss... Ha intentado estrangularla.
-Oh.- era lo único que podía decir, acompañado por una cara de sorpresa y miedo. ¿Volvería Peeta a ser el mismo?- ¿Katniss está bien?
-Sí, se salvó.
-¿Y qué tiene que ver Peeta contigo? Peeta traicionó al principio, y con razones coherentes...
-¡Ey! ¿Con que no había razones para traicionar, no?
-Vale, vale, pues sí. Bueno, Peeta tenía razones coherentes y además después avisó al 13 del ataque.
-¿Y yo no he hecho eso?
-Vale, lo de avisarnos sí. Pero, ¿a quién querías proteger?
-Si no nos damos prisa será demasiado tarde. Me da igual que no me perdoneis, pero tenéis que rescatarla, antes de que la metan el la circunferencia y no la vuelva a ver. Quiero que Mags esté a salvo...