12| Agonía.

45 5 39
                                    

Agonía.




(****)

—¿Querían trabajo?

El tipo de cosas que muchas personas odiarían y yo amo. El sarcasmo.

Supongo que con el tiempo he ido cambiando poco a poco.

Recuerdo que, en realidad, antes pensaba que matar era matar. No tiene nada de bueno ni nada de malo. O bueno, no tenía.

Pero me he dado cuenta de que las perspectivas cambian con el pasar de los años y que hoy en día para mí, matar es un arte. No cualquier persona se convierte en un asesino profesional, y aunque parece que es muy fácil, no lo es.

La primera vez que matas te das cuenta de quién eres, una persona que ha nacido para matar porque su mano no tiembla a la hora de actuar, o alguien que no podrá ser un asesino gracias a que la vida de los demás son demasiado valiosas como para desaparecerlas.

La primera vez que maté tenía 8 años.

Recuerdo que no tuve miedo al hacerlo. Supongo que también se debía a que no entendía lo que significaba dejar de estar en este mundo.

O porque era demasiado consciente de ello.

Es un poco estresante recordar eso, pero supongo que la persecución de un asesino puede llevarte a recordar ciertas partes de ti que no quieres conocer.

Durante años quise olvidar la persona en la que me había convertido, pero los recuerdos llegan a ti cuando menos lo esperas, quieras o no. Volverme un asesino ha sido una de las decisiones más fáciles para mí, en realidad ni siquiera lo intenté cuando ya estaba en el libro bingo y había matado a miles de personas de las cuales ni siquiera recordaba el nombre.

Asesinar es asesinar cuando actúas por inercia.

Cuando matas por obligación.

Cuando no te interesa el que está muriendo.

Cuando ni siquiera prestas atención si en realidad se merece morir o no.

Pero matar se convierte en un arte cuando quieres dejar huella, cuando te interesa dejar tu marca personal, cuando en serio te gusta o porque quieres vengar algo o alguien.

Y morir puede significar muchas cosas.

Había olvidado esa parte de mí que el tercero quiso borrar sacándome de ANBU. Supongo que la Hokage me ha hecho un favor. No puedo volver a perder esta parte, no puedo volver a olvidarla, no puedo dejar de ser quien soy.

Un asesino.

Que eso no me califique, soy mucho más que un asesino, pero los números rojos en mi katana pararon durante algunos años para multiplicarse por diez. No estoy dispuesto a que, una vez más, me quiten una parte que me pertenece.

Tal como el sarcasmo.

Tal como el aburrimiento.

Tal como el mal humor.

Tal como todo en mí.

Ser un asesino es una parte que no puedo ni quiero cambiar, me he entrenado durante años para ser lo que fui un día, y lo que vuelvo a ser ahora.

Perseguir a otra persona que puede considerarse mi compañero.

No, no es mi compañero, no puede serlo.

Porque yo nunca asesinaría a un compañero a menos de que me vuelva loco.

Y, al menos por ahora, no creo estarlo.

Տ ᗴ ᑕ ᖇ ᗴ T Տ • ᕼ K.Where stories live. Discover now