—Joven maestro Yu —comenzó Jiang Fengmian antes de que el hombre pudiese alejarse siquiera un paso—, espero que nos vuelva a honrar con su presencia en el futuro, estamos eternamente agradecidos.

—Oh —murmuró sorprendido; si fuera por lo repentino de la oferta, o por sus inesperadas ganas de aceptar, Yu Xuan no lo sabía. Tal parecía que sus palabras hacia A-Xia habían sido verdaderas, realmente se había estado encariñando con ellos—. Gracias, en ese caso, espero verlos en el futuro —aceptó luego de un tiempo, antes de ponerse serio nuevamente—. Pero no les quito más tiempo, deben ir a buscar al nuevo miembro de su familia, ¿no?

Y con eso, se giró con una extraña sonrisa adornando su rostro.

***

Tiempo después, lejos de allí, corría un niño pequeño vestido en ropajes ya sucios y desaliñados.

Él corría de los perros que querían robar su comida.

Se adentró en un callejón, tratando de esconderse y agacharse lo más que podía, tratando de hacerse lo más pequeño posible como si eso les impidiera a los perros verlo. Desafortunadamente, segundos después pudo escuchar claramente la fuerte respiración de los perros, que jadeando entraban en el callejón buscándolo.

Soltó un grito, mientras las lágrimas caían por su rostro, casi a punto de comenzar a llamar a su madre porque A-Ying estaba tan, pero tan asustado que solo quería que ella viniese y lo hiciera mejor.

Antes de siquiera poder gritar nuevamente, con el nombre de su madre entre los labios a punto de salir, vio como una luz violeta ilumino todo el callejón, haciendo llorar a los perros.

A-Ying cerró los ojos, asustado de que los perros, en su pánico, corrieran hacia él para refugiarse, pero al no escuchar más ruidos, abrió los ojos lentamente.

Frente a él vio a una pareja que lo miraba con suavidad, con cariño, casi como si lo conocieran. Ellos lo habían salvado de los perros, ella con su luz violeta y él corriendo rápidamente a él.

Sin darse cuenta, de pronto estuvo en los brazos del hombre, fue sacado del callejón y envuelto en ropajes tan tibios que lo hacían querer dormir contra el hombro de la persona que tan amablemente había ahuyentado a los perros.

—Wei Ying —murmuró el hombre—, puedes dormir, estas a salvo ahora.

Y sintiendo que podía confiar en ellos, cerro los ojos y se durmió.

***

Wei Ying había ganado una familia.

Una madre que, aunque era cariñosa cuando quisiera serlo, era estricta y feroz; y un padre que podía darles a él y a sus hermanos toda la suavidad que su madre no les daba. Entre risas, Wei Ying bromearía con que sus padres se complementaban perfectamente y afirmaría que su esposa también lo complementaría cuando fuese mayor.

Wei Ying nunca pudo comprender la mirada cómplice que sus padres compartían cada vez que decía eso, pero no importaba realmente, porque aún peculiares como eran a veces, él los amaba tal y como eran.

Wei Ying también tenía una hermana a la que amaba más que a todo en la vida, y con la que actualmente estaba aprendiendo el arte de la espada, aunque a su Jiejie no le agradase realmente. Él incluso tenía un hermano a quien también amaba por sobre todo, aunque su Didi tuviese defectos que Wei Ying nunca lograría entender.

Por ejemplo, A-Cheng realmente amaba a esas bestias asquerosas y aterradoras que él llamaba amorosamente sus cachorros. Princesa era realmente la peor.

En esos momentos, el niño permanencia junto a su madre, protegido dentro de su habitación mientras Jiang Cheng paseaba a sus monstruos, y solo la presencia vigilante de su madre le impedía gritar cada vez que escuchaba el ladrido de alguno de los perros gordos de su hermano.

Él sabía que su madre podría protegerlo.

Por eso, cuando le dieron la oportunidad de cambiar su apellido, él dijo que no.

Porque Wei Ying ya era su hijo, él era de Yu Ziyuan y Jiang Fengmian, así que sería Wei Ying como respeto a quienes lo habían traído al mundo, porque en todo lo demás, él era un Jiang.

—¡Tío! —se escuchó el grito emocionado de A-Cheng desde el patio, mientras los perros ladraban felices—. ¡Mamá, tío acaba de llegar!

Wei Ying alzó la cabeza con entusiasmo, mirando con insistencia a su madre para que le dijera a su hermano que guardase a sus feas bestias para que él pudiese salir a saludar a su tío.

—¡Mamá! —También se escuchó el grito entusiasmado de su hermana—. ¡El tío Yu está aquí!

Sus hermanos y él estaban entusiasmados porque su familia tenía algo que nadie en el mundo de la cultivación sabía, un secreto que solo sus hermanos y sus padres sabían.

Su tío Yu era un inmortal.



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Eeeeeentonces jajaj espero que les haya gustado!

Entonces, ¿que creen? Xichen recordará o no?? Y que opinan de Yu Xuan como alguien tan cercano que los peques le dicen tio? ajajaja a mi personalmente me encanto la idea. 

Ahora, les traeré el siguiente capitulo entre domingo y lunes! Ya que tratare de escribir más de uno.

Segundas OportunidadesWhere stories live. Discover now