Capítulo 27

49 7 0
                                    


Nacho:

Dos semanas después

-Tengo calor.

Repite Julio por décima vez en menos de diez minutos.

-También tengo hambre.

Repite esta vez por décima quinta vez en menos de diez minutos.

-Y sueño.

Repite por décima octava vez en menos de diez minutos.

Yo me abstengo de sus repetidas quejas y miro por la ventana del micro que nos está llevando a Mar del Plata para ver si puedo llegar a la semifinal. La vez pasada, cuando gané, descalificaron a unos diez participantes. Lástima que entre ellos no estuviera Matías...

A mi lado un muy molesto Julio me lee las tendencias de Twitter, unas filas atrás está sentado Juan, con él hablamos lo poco y necesario. Mi intención era viajar por avión, ya que los ómnibus me dan malas vibras, es como si respirara y ya me infectara de todas las enfermedades habidas y por haber. Me parecen sucios; aun así, fue la única opción que teníamos: Juan había recibido hace dos semanas una llamada, me acuerdo porque yo estaba con él cuando eso ocurrió, no sé quién lo habrá llamado, o qué decía esa llamada. Pero lo que sí sé, es que debió de ser algo muy heavy, porque salió corriendo del taller donde Theo me estaba dando algunas advertencias de la moto, y no supe nada más de él hasta hace unos días atrás, cuando me avisó que se le pasó lo de reservar los pasajes y me tendría que conformar con viajar en un colectivo.

Yupi.

-Y bueno, y por eso es que toda la gente empezó a cancelar a Lana del Rey-concluye Julio muy satisfecho antes de beber de una botella de agua que viajó por más de tres horas bajo el sol. Hago una mueca- ¿Qué? Cuando hay sed, se bebe todo.

-No tendrías tanta sed sino te hubieses quedado callado.

Yo no lo invité. Se invitó solo; pero aunque hable y hable, le agradezco que se haya autoinvitado, por lo menos me distrae de pensar si Mar va a venir o no. Ella me dijo que sí...

-Me amas- me intenta dar un beso en la mejilla y yo lo aparto con un manotazo. Se queja dramáticamente.

-¿No tenías sueño?-le recuerdo- Dormí, que en menos de cuarenta minutos, llegamos.

-Agh-refunfuña- ¿Para qué me decís que quedan cuarenta minutos? Yo no puedo dormir si me controlan mi horario. Mejor hablemos de chicas.

-Pasapalabra.

-¿Seguís viendo ese programa?- se entusiasma y me parece que no se fija en mi mirada fulminante, pues sigue hablando- Es lo más. Podemos jugar a eso, ¿te parece?

-No.

-Bueno, yo empiezo- respiro hondo- Palabra que empieza con A, y que si te atrapa, te duele mucho, mucho.

-Amor.

-¿Qué? No. Era abeja, pero amor también puede ser- se queda mirándome fijamente, como si me estuviera analizando- ¿Tenés miedo que Mar no venga?

Atrapado.

-No, no. Bueno sí.

Julio suelta una carcajada.

-Como el meme de los Simpson.

Me llama la atención de que tenga un meme para cada ocasión. Se lo pregunto.

-Es una experiencia que he adquirido con los años- dice haciéndose el interesante.

-Perdona, no sabía que tenía como hermano a la reencarnación de Sócrates.

Gitana ··completa··Donde viven las historias. Descúbrelo ahora