Capítulo 14

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Nacho:

Dos semanas han pasado desde la carrera. O el fracaso rotundo de la carrera.

Como me lo suponía, la ganó Matías; él mismo se encargó de decírmelo vía Instagram. Era de esperarse que ardiera Troya en la empresa, nadie supo de mí hasta la semana siguiente, cuando me presenté en la pista lista para otro día de entrenamiento. La idea era pasar desapercibido, pero los llamados a mi nombre por los parlantes puestos en todo el establecimiento dificultó un poco ese plan.

Juan me recibió con una cachetada. Así como lo oyen. Una cachetada. No digo que no la tenía merecida, pero tampoco ser tan violentos.

No le conté la verdad de lo que sucedió, Mar me recomendó decirle que Oscar me estaba amenazando, pero Juan ya me ayudó bastante con mi vida de mierda en un pasado, como para que lo siga haciendo en el presente. Simplemente le dije que me había quedado dormido debido a que a la noche anterior me la pasé de fiesta en fiesta.

Me lo creyó.

Y me suspendió.

Por tres semanas.

Estas semanas libres las dediqué a juntar información y poner recaudos para que ese hijo de puta no se acerqué más a mis hermanitos. Ellos no saben nada, sin embargo, Miguel ya empieza a sospechar que anda algo mal cuando los llevamos al colegio con Julio, siendo que antes se iba caminando o en subte.

Me conseguí al mejor abogado de la ciudad: aparentemente Oscar pide la custodia de mis hermanos justificando que mi mamá tiene una fuerte adicción, y que él es el mejor para mantener a los chicos ya que, aunque estuvo en la cárcel, fue por una causa que no es exagerada. Fue por una golpiza. Según este abogado, las posibilidades de que pierda el juicio son muchas. Aunque no hay que confiarnos.

Son puras mentiras que mi mamá tiene problemas de adicción, ella misma lo juró. Yo le creo, es mi mamá.

Respecto a Mar, la última vez que la vi fue cuando la llevé a tomar un helado a mi casa, después de la conversación bajo la lluvia. Estaba hermosa vestida con ese vestido, marcándole cada una de sus bellas curvas.

Estoy agradecido con ella, supo dónde encontrarme. Supo qué decir y qué hacer para que me calmara. La confianza que me brinda es tanta que le pude contar mi historia. Es la primera persona después de Matías que le cuento mi historia. Sentí, no sé cómo explicarlo con palabras; pero sentí como una conexión que me hizo sentir seguro. Es hermosa la sensación de sentirse tan cómodo con una persona que ni te das cuenta que le dices cosas que nunca le habías contado a alguien.

Seguro después de mucho tiempo.

En mi casa hablamos de varias cosas; seguimos con el juego de las 20 preguntas. Me di cuenta que no le gusta hablar mucho de su vida, aun así me comentó que uno de sus sueños es hacer sentir infinidad de emociones al público mientras ella baila. Me enternecía ver la manera en que le brillaban los ojitos cuando hablaba de lo que la apasiona. La manera en que se mordía su labio cuando se ponía nerviosa por mis comentarios.

Me daban ganas de comérmela.

Sentado en mi sillón me doy cuenta que no tengo su número de celular, ni siquiera sé su apellido. Sólo sé que esa aura misteriosa que lleva consigo a todos lados me hace querer conocerla más, saber qué esconde, por qué siempre mira para todos lados cuando está sola.

Sí. A veces la espío desde la oficina de Juan.

No me juzguen, toda su oficina es transparente.

El ruido del timbre me saca de mi burbuja. Desganado, me fijo a ver quién es. Abril. Viene con una bolsa del supermercado. Por lo menos viene con comida.

Gitana ··completa··Where stories live. Discover now