Departamento 504 [×Frerard×]

#504 II: Capítulo 1

Las razones (Frank)

Flash back

— Ámbar, no puedo irme — suspiré — estarás bien

— ¡No! ¡No estaré bien y lo sabes! — caminaba dando vueltas por el departamento, sus uñas dañaba la parte interna de sus brazos — Frank, no puedo hacerlo so-sola

La saliva costó pasar por mi traquia, era horrible.

Ámbar se iba a graduar y eso significaba tener que irme con ella, cumplir la estúpida promesa que le hice cuando eramos adolescentes ¡Pero en ese entonces yo estaba perdidamente enamorado!

De ella.

La veía pasear inquietamente, con el rostro afligido, el ceño fruncido y una inquietud en sus dientes porqué mordía cada dos segundos su labio inferior. La escuché respirar muy fuerte, caer al piso, abrazar sus rodillas y comenzar a meserse, alcanzó a darse un par de golpes en su cabeza con la palma de sus manos, luego caí a su lado, abrazándola y conteniendo su desesperación.

— Ya, tranquila — mi cuerpo de movía en un vaiven calmado, conteniendo mis lágrimas porque mierda ¡me dolía ver sus crisis! — me iré contigo

Fin flash back

¿Ahora qué mierda haría?

Antes de conocerlo, tomar esta clase decisiones no era difícil, sólo tenía que pensar en Ámbar y con eso estaba bien, estaba tranquilo ¡Oh, pero Gerard llegó a mi vida! Y mierda, le dio un giro increíble. La fastidiosa cotidianidad ya no estaba, los dolores de cabeza por la migraña tensional se habían. Él con su forma tan peculiar de ser y entender, me había quitado todo aquello.

Ahora debía explicarle que debía irme con Ámbar, era una promesa de adolescentes y a ella, pricisamente a ella, no podía rompersela.

Pero amo a Gerard, a él y a su increíble mala suerte.

— ¡Voy! — escuché desde adentro — ¿Frankie? — me miró somnoliento — son casi las tres de la mañana ¿Qué mierda?

— Yo-Yo te extrañé — sonreí ampliamente — mira, me robé esto de la graduación  — le mostré una botella de vodka barato — déjame pasar — lo aparté para entrar

— ¿Estás bien? — cerró la puerta y me miró extraño — ¿Frankie? — esperó una respuesta

— De puta madre, como dicen en las europeas — me tiré a su sofá y comencé a beber — ¿Quieres o no?

— Está bien — se encogió de hombros, caminó hasta mi lado y se dejó caer en el sofá — oye ¿Cómo se veía Ámbar?

— Increíble — suspiré — gra-gracias por ayudarla — besé su frente — Gee — no, ahora no — oye... Gee — me miró — mierda — comencé a llorar

Puto efecto del alcohol.

— ¡Frankie es un borracho llorón! — esto era lo que amaba de Gerard, en vez de contenerme se comenzó a burlar de mí — ¿Sabes? Yo cuando estoy borracho suelo llorar por mis exs — lo miré extrañado

— Tu no tienes exs

— ¡Por eso! — levantó sus manos y las dejó caer golpeando sus muslos — invento que tengo exs, y cada uno de ellos me ha dañado — rió —. Oh... Para mis dieciocho... — se acomodó en el sofá para mirarme — estuve bebiendo con Lindsey en un parque, estos para skate — lo miraba —, bebí tanto ¡Taanto! Que no recuerdo en qué momento tenía a cinco adolescentes amenazandome con sus patinetas — rió —. Mientras yo corría en el parque, Lindsey estaba coqueteando con una chica ¿Puedes creerlo? — asentí — bien, el tema es que caí desmayado porque corrí en círculos ¡Comencé a gritar que mi madre me golpeaba desde chiquito!