Capitulo XLI

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"Nuestros planes para el futuro nos hicieron reír y sentirnos cercanos, pero esos mismos planes de alguna manera hicieron que algo más que temporal entre nosotros pareciera imposible. Fue la primera vez que tuve la sensación de extrañar a alguien con quien todavía estaba."

Stuart Dybek.



El camino en tren de vuelta a Nueva York le había sido bastante retador, si es que asi podia describirle. Se sentía enfermo desde que había dejado Lakewood con su valija en mano ignorando sus modales de caballero ingles, evitando las despedidas mientras su carruaje desaparecía entre la bruma de la mañana.

No le había dado las gracias a su anfitrión por las atenciones y tampoco había podido explicar a Candy porque partía sin ella, no tenia el valor.

Apenas y había arreglado una escueta nota con tres oraciones para anunciarle su decisión, una nota que ni siquiera había sido capaz de entregarle en las manos, en vez de ello, solo la había deslizado por su puerta esperando que la leyera cuando el estuviera ya muy lejos y asi había sido porque mientras se preparaba para irse no escucho el murmullo de su Candy por ningún lado.

Probablemente aun dormía y eso estaba bien porque Terry se sentía ya muy mareado para ese entonces, las pocas fuerzas que tenia las debía usar para llegar a Nueva York, aunque otra parte de el hubiese querido que leyera el mensaje mas rápido, que tan pronto como leyese la nota ella corriera en su bata de dormir aunque fuese solo para reclamarle, pero la mañana en Lakewood no era otra cosa mas que tranquila.

Indiferente.

Y no sabia si reír por el sin sentido que era su vida o descargarse con la primera persona que encontrara en su camino, otros podían tacharle como un cobarde por sus actos, pero era mas complejo que eso, y el no tenia energía para explicarle a nadie, sabia que no valía de nada contar sus penas a los demás, nadie estaba interesado en hundirse en ese pozo sin fondo donde esta el, solo el podia ayudarse a si mismo.

Estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua y no iba a llegar a ningún lado si no podia aguantar cosas como esta.

Cuando se subió al carruaje enfoco su mirada una ultima vez hacia el ventanal de la habitación donde Candy descansaba, había sido tan disparatado pensar que podían tener un futuro juntos... al menos en su cabeza la idea parecía buena.

¿Pero que sabia el?

Tenia terror de que por mas años que cumpliera, el no pudiera dejar de sentirse como ese chico con quien nadie quería tratar, el chico solitario, indefenso, que todos miran con una especie de morbo y curiosidad.

No estaba siendo libre como había creído desde que se marchara de Inglaterra, tal vez ahora se lamentaba mas de en quien se esta convirtiendo, se sentía poco menos que una sombra y eso ya era muy serio, tal vez hubiese sido mejor no actuar con tanta altivez que dejaban a mas de uno odiándole.

Pero que importaba.

Ya nada de eso importaba.

Terry sentía los párpados pesados y los ojos temblándole en las cuencas, si no es porque estaba ya en la butaca de su vagón tal vez ya hubiese caído del cansancio.

Estaba tan débil, pero planeaba ignorar el síntoma, para distraerse mejor se puso a mirar por la ventana y observar algunos campos de trigo o el cielo azul.

Tal vez eso es era lo que necesitaba.

No tiene ni idea de como trabajar una tierra pero no le desagrada aquel pensamiento, solo quiere paz... y no la tiene.

Si fuéramos mayoresWhere stories live. Discover now