Capítulo 9.-Pasado tortuoso.

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Seguía ahora un ataque a una casa de seguridad en el monte, donde se esperaba que hubiera muchas armas, municiones y comida que serían, claramente, necesario acabar con ellas para evitar que pudiera ser un fastidio a largo plazo.

El problema recaía en que era vigilada por muchos soldados, ni siquiera yo estaba seguro de que fuera a funcionar. La casa quedaba en medio del monte, planeábamos nuestro ataque desde una zona aledaña.

Miraba con mis prismáticos la casa, contando la seguridad, necesitaría ayuda de alguien más si es que quería hacer algo al respecto. Teníamos una bazuca capturada, eso serviría para volar parte de la casa, causar muchos daños y hacernos adentrar.

La usaría el técnico de armas pesadas, ya apuntando justamente a su objetivo. Yo apuntaba también mi rifle, tratando de detectar algún objetivo importante.

Disparándose la bazuca, se causó una gran explosión en la entrada que movilizó a todos los soldados que se encontraban cerca. Las dos ametralladoras que teníamos fueron accionadas desde sus puntos estratégicos.

Nos habíamos preparado bien para ese golpe.

-¡Archer, danos cobertura, atacaremos en unos segundos!

-¡Señor, sí señor! –Tenía un puro en los labios, pero no lo prendía. Ya disparaba a algún que otro objetivo que tuviera en la mira.

Un segundo disparo de la bazuca bastó para que los soldados se metieran a la casa. Todos corrimos a la casa, las ametralladoras quedaron en la entrada, mis compañeros disparaban a discreción. Yo accionaba mi pistola, teniendo el rifle en la otra mano.

-¡Despejado, entremos! –Gritó mi superior, así que corrimos a la casa.

Apenas puse un pie en la misma y me recibieron con un disparo en el pecho. Sentí que se me escapó el aire y perdí las fuerzas, cayendo de bruces al suelo.

-¡Mierda, le dieron a Archer!

-¡Sáquenlo, ya, ya, ya!

Dos de mis compañeros disparaban sus rifles a la vez que me arrastraban por el suelo y las escaleras. Sentía algo caliente en todo mi pecho, algo que sabía no estaba bien.

Me sentía desorientado, mareado, miré mi ropa militar y vi una pequeña mancha color rojo en mi hombro derecho.

Sonreí, pues parecía no ser grave. Cuando me entregaron al personal médico que esperaba fuera de la casa, en el punto donde vigilábamos la casa, mis compañeros se fueron corriendo.

Los médicos me quitaron el chaleco verde, dejando ver que mi playera del Che estaba empapada de rojo, los ojos se me pelaron inmediatamente, ahí fue cuando me desmayé del susto.

-¡Sigue vivo!

-¡Debemos sacarle la bala, ya!

-¡No es grave, pero pierde mucha sangre!

-¡Usen el granulado hemostático!

A pesar de mi inconciencia, escuchaba los gritos a mi alrededor, aparte de los disparos en la lejanía, el cómo traían más heridos, sus quejas.

El sonido de unas tijeras y tela desgarrándose me llamó la atención, y a la vez me molestó mucho. Era mi playera, pero seguro.

Una bolsa de polvos siendo vertida en algo se escuchaba también, sentí más dolor en la herida, y luego un movimiento.

Parece ser que me llevaban en una camilla, pero yo ni maldita idea. Sentí bofetadas, lo que me hizo medio despertarme.

-Muy bien, hijo, ¿Qué tipo de sangre eres?

Fate: Real Love (ShirouxArturia/Saber)Where stories live. Discover now