Capítulo 2.-La extranjera.

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Casi amanecía en la sierra, faltaría relativamente poco para ello, quizá no más de una hora. Hacía frío, pero el uniforme que me habían dado era lo suficiente caliente para mi cuerpo. El problema son mis manos, eso es lo que me preocupa.

Hacía como si disparara, asegurándome de que no hubiera problemas al momento de en verdad jalar el gatillo. Tendría mi playera del Che Guevara debajo de mi ropa, lo que me hacía recordar el por qué me encontraba ahí, y eso me daba calor.

El objetivo era un puesto de control carretero, lo asaltaríamos, quizá capturaríamos a alguien y después nos haríamos con lo que tuvieran ahí adentro: armas, municiones, comida. Necesitábamos algo para mantener la Guerrilla (Estructura militar de las FARC-EP que consta de 26 unidades).

El sargento apuntó con su cabeza a que avanzáramos. Iríamos cuatro guerrilleros a empezar el tiroteo y así tomar la unidad. Yo era de los que iban hasta el frente junto con Camilo, suspiré fuerte para relajarme.

Quité el seguro de mi arma, apuntaba directamente a los soldados que se encontraban vigilando. Esperaba órdenes.

-¡Archer, dispara a mi señal! ¡Camilo, tú también a mi señal! –Masculló mi superior.

-Sí, señor. –Respondimos, apuntando. Relajé mi respiración, pensando en que sería la primera vez que mataría a alguien.

Así es esto, no puedo vencer si no jalo un gatillo. A ellos no les temblaría la mano, y debo quemar el cielo si es preciso, pues así es la guerra: disparar o morir.

Sintiendo dos palmadas en mi espalda por parte de Camilo, supe que era la señal. Disparé dos veces, causando que el soldado que tenía a la vista cayera en el suelo, moribundo.

-¡Es hora de atacar! –Dos de mis compañeros de vanguardia se apresuraron a también abrir fuego. Salíamos de la maleza con Camilo casi en la parte más delantera, pues el camino estaba lleno de árboles. Era la selva, de cualquier modo.

Apresurando también mi paso, comencé a disparar, quedándome quieto para hacer a caer a otro soldado. Era la segunda persona que mataba. Continué mi camino, los demás miembros de mi Guerrilla salieron al descubierto, rodeando el puesto de control.

-¡Avancen, tenemos que entrar, se han refugiado!

Una de las ventanas del local se abría, dejando ver una ametralladora se accionaba. Yo me dejé caer al piso, pues seguramente una bala de esas me dejaría muerto. Disparé a la ventana, viendo si eso lo replegaba.

El sonido de los disparos y de los casquillos cayendo al suelo era lo único que escuchaba. Ya no tenía balas, así que saqué el cargador. Me temblaba bastante la mano, y no quería dejar de ver a la ametralladora, pues debía huir si es que apuntaba hacía mí.

Mis compañeros llegaron a las cercanías del puesto de control, uno de ellos aventó una granada en la ventana donde fue colocada la ametralladora. Sus disparos se silenciaron, pero el sonido de la explosión me movió todo el piso.

Comencé a respirar más rápido, pues el ruido me asustó bastante.

-¡Archer! ¡Archer, ven para acá! –Me gritó Camilo.

Me levanté corriendo apresuradamente, recargando mi rifle, volviéndole a quitar el seguro.

-Entra por atrás, hay que rodearlos. –Yo y dos compañeros dimos la vuelta, buscando alguna ventana. Escuchamos como tumbaban la puerta, aparte de que disparaban.

Una vez ahí, vi cómo se abría la puerta que era nuestro objetivo. Salieron varios soldados, los cuales ametrallamos sin piedad, pero yo más por sobresalto que por saber qué carajo hacía allí.

Fate: Real Love (ShirouxArturia/Saber)Where stories live. Discover now