Capítulo 6

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El brazo de Ban me rodea en un abrazo que como cosa rara esta borracho. Su agarre se intensifica cuando alza el brazo que sostiene un tarro rebosante de cerveza, en múltiples ocasiones me ofreció alcohol y yo acepté, pero como ya no puede con la ebriedad resultaba empapándome la camisa, no pude soportar como esta se pegaba a mi piel y la tuve que lavar en el lago, quedándome así en ropa interior.

Creo que Ban está tan ahogado en alcohol que no se ha dado cuenta que falta mi camisa, su risa retumba en mis oídos mientras canta letras inentendibles, frente a mi está sentado Meliodas, quien también está bebiendo, pero parece que a él el alcohol no lo afecta tanto como al albino.

¿Cómo se vería borracho?

Una comisura de mi labio se eleva un poco cuando veo a Diane ofrecerle pescado a Meliodas y trato de cubrirla con mi mano, pero lastimosamente el mencionado posa sobre mí una mirada curiosa, parece que él ha sido el único que me ha visto, un leve sonrojo me asalta, pero trato de disimular tosiendo poniendo el puño frente a mi boca mientras me levanto del lado de Ban.

-Diane, ¿me dejas intentar algo? - le pregunto cuando me encuentro frente a ella, siento como la mirada de Meliodas quema en mi piel, pero la ignoro, ella con una sonrisa hace lo que le digo y en pocos segundos me encuentro en su hombro soltando su castaña cabellera para empezar a trenzarla como solía hacerlo con Julieth, Diane se parece mucho a ella.

-hablando de eso-empieza King- ¿cuál es su relación con esta chica capitán? - el castaño pregunta, pero lo que sigue me desagrada hasta el punto de hacer que suelte una arcada. El pervertido de Meliodas manosea sin descaro a la albina, pero lo peor de todo es que ella no hace nada, ruedo lo ojos ante la escena y me concentro en el hermoso cabello de Diane.

-Capitán, otra pregunta- un King cansado habla, después de cambiar drásticamente su aspecto se encuentra acostado sobre Chastiefol- ¿quién es esta chica? - termino con el cabello de Diane, salto desde su hombro y aterrizo frente al castaño.

-Oh ella- el rubio me mira con una sonrisa cómplice, me quiere incomodar por lo que sucedió antes- es Nea, ella y Ban estaban en la prisión Baste, desde entonces viaja con nosotros- explica mientras su mano rasca su cabeza.

-es un gusto, soy King- extiende su mano hacia mí en forma de saludo, miro su mano dudando unos segundos, pero al final la tomo devolviéndole el gesto.

-déjeme decirle que usted es muy poderoso señor King- habla la princesa llamando la atención de todos- arraso con una oponente a la que el señor Meliodas y los demás no podían ni tocar- la albina expresa maravillada.

Me posiciono al lado del rubio y dejo que mi cuerpo caiga al suelo para sentarme cruzando mis piernas estilo indio, él mira como King le explica a la princesa que los demás podían haber derrotado a la caballero sacro si portaban sus tesoros sagrados.

-Ya díganme, ¿Dónde están sus tesoros? - el chico le pregunta a los demás.

"Perdí el mío, vendí el mío, ¿Cuál era el mío?"

Al escuchar esas respuestas mi mano viaja a mi cara golpeando mi frente, estos no tienen remedio.

-Nea, ¡no sabía que sabias luchar! -Diane grita rompiendo el silencio y yo solo le dedico una mirada, sus ojos violetas brillan más de lo normal.

-es verdad, sí que nos sorprendiste- el rubio habla mientras un guiño se asoma por sus gemas verdes y me revuelve el cabello, bufo ante esa acción, pero ya no me molesta que él me toque, el me inspira una extraña confianza.

-no puedo dejar que siempre me estén protegiendo, no soy ese tipo de mujer inservible-mi vista recae sobre Elizabeth, sus grandes ojos muestran una expresión de asombro ante mis palabras y siento a Meliodas tensarse a mi lado, se ha molestado, pero me da igual, es la verdad.

𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒓𝒆𝒏𝒄𝒐𝒓 (𝑴𝒆𝒍𝒊𝒐𝒅𝒂𝒔𝒙𝑶𝒄)On viuen les histories. Descobreix ara