𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒓𝒆𝒏𝒄𝒐𝒓 (𝑴𝒆𝒍𝒊𝒐𝒅𝒂𝒔𝒙𝑶𝒄)

Capítulo 18

¿Cυάl eѕ тυ lίмιтe?

Te eхιɢeѕ нαѕтα qυe yα ɴo qυedα ɴαdα de тι

Llorαѕ y llorαѕ нαѕтα qυe coмpleтαѕ υɴ мαr

Lo qυe eѕтά roтo yα ɴo ѕe pυede repαrαr

Solo тe qυedα lυcнαr coɴ lαѕ pιezαѕ qυe αυɴ ғυɴcιoɴαɴ

Tαl vez el dolor тe нαce ѕeɴтιr reαlмeɴтe vιvα.

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-camináremos desde aquí, no me gustaría lastimarlas-la mujer de cabellos oscuros chasquea la lengua ante las palabras cínicas del hombre.

-Señorita Selene-la llama-me gustaría...disculparme con usted-la albina expresa, la azabache se sorprende por las palabras de la mujer que camina a su lado.

-¿por qué debería disculparte?-la confusión tiñe su voz, y su mirada viaja hasta la albina para observar su mirada que denota arrepentimiento.

-Por lo que le dijo mi padre-responde-la verdad no tengo idea de que sucedió, pero lo lamento de corazón-se disculpa nuevamente con ella y en respuesta suelta un suspiro.

-creo que también fui grosera al decir que la hubiera matado majestad-su mano viaja a su cuello para rascarlo-pero no voy a negar que esa idea pasó por mi cabeza-los ojos azules de la joven se abrieron ante esa confesión.

-También disculpe las palabras de mi hermana Verónica-recuerda aquel día cuando la llamaron criminal y no puede evitar sentir vergüenza por eso también-los grandes maestros tergiversaron los hechos y todos tenían una idea errónea de los pecados, aunque nunca escuche mucho de usted-la mujer termina clavando su mirada en el suelo.

-Ya casi llegamos señoritas-el hombre habla delante de ellas, pero su notificación fue casi ignorada.

Un suspiro que se escapa de los labios de la azabache llama nuevamente su atención-cuando pensé en asesinarla fue porque quería que su padre sintiera la pérdida de alguien cercano-explica con voz calmada asombrando a la mujer de ojos azules, no puede creer la tranquilidad con la que habla de ese tema delante de ella, cuando hace unos minutos si asesinara con la mirada hubiera sepultado a su padre tres metros bajo tierra.

-sé que no será en las mismas condiciones que usted señorita-susurra la albina-pero cuando mi hermana verónica murió el dolor que sentí no se compara con algún otro dolor que haya sentido con anterioridad.

-lamento eso-la azabache posiciona su mano en el hombro blanquecino de la mujer.

-Hendrickson-la albina lo llama sorprendiendo a la azabache-todo termina aquí-inesperadamente la mujer se encuentra apuntándose así misma con una daga-si yo muero no serás capaz de resucitar a esos demonios.

-¿de dónde saco eso?-pregunta el hombre-por favor sea buena y entregue eso-se intenta acercar pero una cabellera azabache aparece en el campo de visión de la joven.

­-No te atrevas a acercarte-dice de manera amenazante-princesa deme eso-le susurra a la chica, sabe que si se llegara a quitar la vida no serviría de nada, ellos no necesitan su cuerpo.

-¡Hendrickson!-el ceño de la azabache se frunce cuando reconoce al dueño de aquella voz, no puede creer que siga con vida, siente una presencia a su lado acompañado de un fuerte estruendo-por favor aléjense de aquí-el hombre ordena posicionando su mano sobre el hombro de la azabache.