Capítulo 23

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"Como los pétalos de rosa que caen debido a la fuerte brisa

Hay una tormenta afuera

No deberías salir

Para tu inocente alma puede ser un riesgo que no vale la pena tomar

Mantente como la clara luz del sol

Y no permitas que la oscuridad te consuma"

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Su expresión de asombro se desvaneció luego de unos segundos y volvió a su expresión imperturbable-¿al pueblo?-sus labios pronuncian esas palabras y sonrío por inercia al escucharla-¿para qué quieres ir al pueblo?-su cabello baila cuando descarga ...

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Su expresión de asombro se desvaneció luego de unos segundos y volvió a su expresión imperturbable-¿al pueblo?-sus labios pronuncian esas palabras y sonrío por inercia al escucharla-¿para qué quieres ir al pueblo?-su cabello baila cuando descarga los cubiertos y me mira, sus mejillas están levemente sonrojadas haciendo un perfecto conjunto con el color de sus labios.

-necesito ir a comprar algunas cosas-el albino me mira con interrogante, su posición despreocupada y su expresión hace que me preocupe.

-Mañana no es e...-mi pie por debajo de la mesa choca contra su pierna haciéndolo callar, su expresión de dolor y confusión lo hizo incorporar.

-Selene, ¿quedo otro poco de comida para mí?-Hawk habla llamando su atención, observo como ella aparta la mirada para mirar al pequeño animal para después asentir.

Cuando veo a la mujer en la cocina alejada de nosotros mi vista rápidamente se gira hacia el albino que se encuentra acariciando su pierna-que idiota eres Ban-la voz chillona se escucha

-No sabía que ella no podía enterarse-empieza a susurrar y mi vista viaja a la cocina para ver como la mujer se desplaza por ella, procurando que ella no pueda escuchar nuestra charla.

-¿Qué parte de fiesta sorpresa no entiendes?-le pregunte inclinándome hacia el-ya no digas nada más imbécil.

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El ruido de la gente en el mercado empieza a dejarme sordo, al caminar junto a la azabache nuestras manos se rozan, ella está mirando a su alrededor, sus grandes ojos escanean el lugar y esquiva hábilmente las personas que por llevar cosas no nos pueden ver.

Sin pensarlo mucho sujeto su mano cuando un lugar llena mi mente de ideas, con un poco de fuerza me aferro y empiezo a guiarla entre la multitud-¿A dónde me llevas?-escucho su voz y cuando llegamos a la entrada la gire para que ella no pudiera ver con claridad el letrero en madera que colgaba.

-¿cuál es tu color favorito?-pregunto y veo como ella frunce su ceño y ladea un poco la cabeza-¡solo dímelo!-le exijo con una sonrisa, su poblada ceja se arquea mirándome

-no tengo un color favorito-me dice y escaneo sus ojos, está siendo sincera-pero me gustan los girasoles-menciona y una sonrisa crece en mi rostro por milésima vez en el día.

-creo que este es un buen momento para que me pagues unos favores-me mira juntando sus cejas para luego hacer un sonido con su lengua-¿recuerda lo que me dijiste en el festival de Vaizel?-sus brazos se cruzan.

-Eres un maldito-sisea y una carcajada nace de lo más profundo de mi garganta, la tomo de la mano e ingresamos juntos al local.

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-Señorita, ese se le ve hermoso-la chica de la tienda alaba a mi acompañante quien se encuentra enfundada en un vestido que deja al descubierto sus hombros, se pega a su torso y su falda es ligeramente acampanada-¿usted qué opina señor?-me pregunta volteando a verme, estoy sentado apoyando mis brazos sobre mis piernas observando con una sonrisa a la azabache.

-Esta muy lindo, el amarillo se te ve hermoso-le digo y veo como ella pasa sus palmas por la falda, parece estar ligeramente nerviosa-por favor puedes traer unas zapatillas de la talla de la señorita-pido y puedo notar como la azabache abre grande sus ojos.

-¿Zapatillas?-pregunta y no puedo ocultar las ganas de reír, su cara es muy cómica-No recuerdo que esto estuviera en el trato, te aprovechas de que tengo un orgullo de aquí a la mierda-cubro mi ojos con la palma de mi mano mientras me recuesto en el cómodo sofá mientras mis carcajadas se escuchan por el lugar.

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-no puedo creerlo-las escucho murmurar a mis espaldas, nuestros pasos son lentos, giro mi cuerpo y empiezo a caminar de espaldas observándola, subo mis brazos ubicándolas detrás de mi nuca-¿te diviertes enano?-me pregunta y yo asiento con una sonrisa en los labios, siento mis mejillas adoloridas.

-Te ves hermosa en vestido-las palabras se escurren de mis labios-mejor deja de quejarte Nea, creo que ahora si podría decir tus medidas-la provoco y veo como restriega la palma de su mano por su cara exasperada.

-que este en vestido no quiere decir que no pueda estrangularte-me dice con una mirada acusadora, paro de caminar y espero que se acerque

-se te ha hecho costumbre amenazarme- la señalo tocando su pecho, cuando está demasiado cerca debo mirar hacia arriba para encontrarme con sus ojos-mejor camina pequeña tonta-termino tomándola de la mano y con una sonrisa giro sobre mi eje caminando con ella-¿quieres comer algo?-siento que frena su cuerpo deteniéndome junto con ella.

Curioso observo cual fue el motivo de que detuviéramos la marcha, su mirada se encuentra perdida en un pequeño local vacío, sus labios entreabiertos dejan salir un suspiro y tira de mi mano cuando empieza a avanzar hacia la entrada.

No detenemos frente al umbral, permanezco en silencio y ella parece consumida en sus pensamientos, ha meditado cerca de un minuto pero parece que finalmente se decide a dar el primer paso.

El lugar esta oscuro y el polvo cubre la instancia, mi nariz pica por la suciedad y siento a la azabache liberarse del agarre de mi mano para recorrer lentamente el lugar.

Se posiciona frente a la barra y pasa sus dedos por ella-señores aquí no hay nadie-una voz que proviene de afuera del lugar interrumpe el silencio y hace que nuestras cabezas se sacudan con fuerza.

-¿dónde están las personas que habitaban este lugar?-pregunta incómodamente tranquila, restriego mis manos en el pantalón mientras me balanceo

-¿te refieres a la pastelera?-pregunta mientras acomoda la pesada caja de naranjas que llevaba consigo-fue llevada a la horca acusada de traición-abro mis ojos sorprendido-el gran maestro Hendrickson la sentenció y la ejecutaron en la plaza-tose al terminar-me disculpo debo llevarle esto a mi esposa-se despide dejándonos nuevamente solos.

-Querida tía, ya todo está hecho-la escucho susurrar después de unos segundos, suspira y se acerca a mí para luego poner su mano sobre mi hombro cubierto por la usual camisa blanca que siempre llevo-¿podrías comprarme un pastelito?

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Hola!!!! 

Después de una eternidad, lo lamento, perdón :c

la imagen es de la potra la noche que se uso en intimidad con el rubio jeje ;) 

gracias por todo y espero que les guste <3

Besos y abrazos rompe costillas 

Ara

𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒓𝒆𝒏𝒄𝒐𝒓 (𝑴𝒆𝒍𝒊𝒐𝒅𝒂𝒔𝒙𝑶𝒄)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora