"Parece que les sirvió el viaje" dije a mi amigo.

"Sí, creo que incluso nos hizo bien estar ambos en el mismo lugar, ya sabes compartiendo pena, pero... ¡Rachel!" llamó a la pelirroja, "creo que aquí necesitan una buena noticia."

La pelirroja terminó de abrazar a Timothée y le dio un beso antes de enseñar su anillo con un poco de vergüenza y una sonrisa que iluminaba la sala entera. Yo no pude evitar hacer lo mismo y la abracé con fuerza y después a Rudolf.

"Al fin."

"Sí, Bárbara, seguro estará feliz" asintió Alek, meciendo a su hija.

"Todos lo estamos" dijo Olivia quién tenía al pequeño moreno en brazos.

La plática cayó rápidamente y todos se volvieron hacia Timothée, quién simulaba una sonrisa, pero se denotaba que no podía estar del todo alegre pese a que era feliz por su amiga.

"¿Qué se hará Tim?" inquirió Logan.

"Gracias a todos por haber venido" suspiró, "se hará una misa el día de hoy, ya saben que Millie es cristiana y después, no seremos a Islandia."

"¿Islandia?" dijeron a la par nuestros amigos.

"Parece ser que allá quería que se dejaran sus cenizas" expliqué.

"Vaya" asintió Olivia, "bueno, al menos estaremos hoy contigo Tim."

"Gracias."

"Otra cosa" Rudolf se acercó un poco a mí, "mandó mensaje Matthew."

Lo miré con ojos impactados.

"Supuse que lo haría" dijo Timothée, acercándose a mí, "¿A qué hora llegará? Quería mucho a Demian."

Volví la cara hacia él, pese a que lo sentía tan cercano, aquellas palabras me hirieron, sabía que nada tenía que ver Timothée con lo que había pasado con Matthew, incluso había sido él quién había tomado las acciones pertinentes, pero el que quisiera ver a mi violador... pero era su mejor amigo ¡Maldición! ¿Por qué debería estar enojado con él cuando no tenía nada que ver conmigo?

Timothée colocó una mano sobre mi hombro.

"Todos estaremos contigo Raphaela" dijo Rachel, "no te preocupes, ni siquiera tendrás que verlo."

Asentí un par de veces.

"No, es lo justo, él es amigo de la familia antes siquiera de que cualquiera de ustedes me conociera."

Timothée me miró y asintió.

"Tenemos que irnos" incitó a que caminara y todos los demás hicieron exactamente lo mismo.

Millie iba en un carro particular y Timothée proporcionó a los demás choferes para ser llevados a la iglesia, pero él prácticamente me obligó a ir con él en su auto. Permanecimos callados gran parte del camino, pero notaba como sus ojos se volcaban a mí.

"Lamento que lo tengas que ver."

"No estoy traumada" suspiré, "solo muy enojada y ofendida."

"De todas formas lo lamento."

No pude evitar sonreír.

"Me parece extraño no traer conmigo a la bebé" suspiré, "me comenzaba a acostumbrar a ella."

"¿Te quedaron ganas de tener hijos?" sonrió burlón.

"¡Dios, no!" me exalté, "es bueno cuidarlos, de vez en cuando, cuando no es mío. No lo sé, simplemente no me veo como una madre ahora ni prontamente."

El regreso de: RaphaelaWhere stories live. Discover now