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Timothée Volker era especialista en sacarme canas verdes, lo comprendí con aún más claridad cuando subía aquellas escaleras con una maleta en la mano y mi maletín en la otra, ver esa casa era tan difícil como entra en ella, pero en esta ocasión tendría que ser fuerte y recordarme que lo hacía por un amigo y la hija de mi mejor amiga. Cerré los ojos solo por unos segundos antes de tomar el picaporte y dejar mi mano ahí por más tiempo del debido puesto que de pronto fue abierto y yo jalada al interior.

"Oh, lo siento Raphaela, pero es bueno que llegaras antes de que nos vayamos" decía una Rachel con un tono presuroso y con la cabeza en más de una cosa.

"Eh, sí claro."

"Está nerviosa por el caso" dijo Rudolf totalmente relajado, "siempre se pone igual."

"¡No es verdad!" le gritó, "¡Andando todos!"

Rudolf sonrió hacia la chica y me miró con una cara relajada y sonriente.

"Esa mujer me volverá loco."

"Creo que te estás tardando en darte cuenta" sonreí, "es una mujer guapa y exitosa, seguro muchos tienen la vista fija en ella."

"Ah, así que comenzarás también."

"Bueno, creo que nos falta alguien quién nos lo diga" Rudolf pareció decaer en seguida, la muerte de su hermana no le había sentado nada bien, por eso era buena idea que fueran juntos él y Alek."

"Sí, creo que debería hacer algo de una buena vez" sonrío melancólico, "es una lástima que Bárbara no vaya a verlo con sus propios ojos. Ya lo había pensado, pero con la enfermedad de mi hermana lo postergué, pensé que saldría de esta, siempre lo hacía, pero al final, tendré que casarme sin ella presente."

"¿Casarte?" sonreí, "¡Oh Dios, Rudolf!"

Me le eché en brazos y el chico sonrió.

"Sí, casarme, ¿crees que me acepte después de ser tanto tiempo un idiota?"

"Seguro que te lo perdona."

"Eso espero" sonrió, "¿Y tú? ¿Cuándo dejarás de ser una idiota?"

"No empieces conmigo Rudolf, no ahora."

"Claro, ha de ser muy conflictivo tenerse que quedar con el hombre que no amas prácticamente como si fueran una familia, incluso con una hija... sí, seguro que te has de querer aventar de la ventana."

"Yo no amo a nadie, es un favor para Alek."

"Claro."

"Bien, Raphaela, tienes mi número de teléfono, cualquier cosa bastará con hablarme y volveré, Olivia y Logan no estarán lo cual me causa más tensión, pero si algo se conflictúa... no sé, mejor no iré."

"¡Vamos!" sonreí, "todo estará bien, sé que no tengo el instinto maternal de Olivia, pero puedo hacerlo, lo organizaré todo, verás que a Amy Beth no le falta nada."

Alek pareció aún más preocupado con aquella frase, pero asintió un par de veces con su bebé aún en brazos y temiendo entregarla a los míos o los de Timothée ¿en serio dudaban tanto de nosotros?

"¡Si llegamos tarde al aeropuerto los mataré a ambos!" gritó Rachel desde el carro.

Los dos hombres se marcharon y me dejaron con una bebé y un Timothée, despidiéndonos del auto en la entrada de la casa. Miré a la nena en mis brazos y esta, comenzó a llorar, como si comprendiera que su papá se había marchado y ahora dos extraños la cuidaban.

"Esto es una locura" me dije más a mí misma que a la persona que estaba en la puerta conmigo.

"Sí, bueno, dame acá, estás demasiado tensionada."

El regreso de: RaphaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora