15

1.4K 275 28
                                    

Desperté alterada al sentir que se me había hecho tarde para todo ¡La cosa es que así era! Salí como una loca de la cama, me caí, traté de ponerme en pie y me caí de nuevo, maldije mi torpeza y me metí en lo que sería la ducha más rápida de la vida y fui corriendo a las empresas Van Wyngaarden, donde mis accionistas me esperaban para una junta larga y tediosa que terminó alargándose aún más debido a la propuesta de expansión.

Salí agotada del lugar, sintiéndome sumamente desgraciada cuando me llegó un mensaje de parte de Priscila, pero al abrirlo, no pude evitar sonreír, ya había comenzado a arreglarse pese a que faltaba bastante tiempo para que comenzara la boda, tenía una sonrisa radiante y salían mis dos sobrinos junto a ella, tan alegres como su madre.

"¿Buenas noticias?"

"Hola Timothée" le dije tranquila, "¿A qué has venido hoy?"

"Bueno, nada en particular, me pasaron los pormenores de la reunión y tengo que firmar algunos papeles aquí."

"¿Firmar?"

"Sí, pienso dejar tu empresa en manos de alguien más capacitado que yo. Venderé mis acciones."

"¿Más que tú?" sonreí sarcástica, "¿Desde cuando eres tan humilde?"

"Pensé que estarías contenta con la decisión de que los Volker no estén relacionados con las empresas Van Wyngaarden" él extendió la mano para recibir unos documentos, "o más bien solo yo."

"Sí, por supuesto" dije un poco titubeante, "¿A qué se debe?"

"Bueno, creo que pretendo dejarte tranquila, todo el tiempo dices qué perturbo tu vida o la arruino, así que creo que lo mejor es que poco a poco nos deslindemos el uno del otro ¿te parece?" me miró seriamente y suspiró, "no pretendo hacerte más daño del que probablemente ya te he hecho."

"Gracias..." fruncí el ceño, "supongo."

Timothée sonrió hacia mí, dejó los papeles firmados con una secretaria y pasó a la sala de juntas donde esperaría al posible comprador de sus acciones. Me sentía un poco... decepcionada. ¿por qué ahora le surgían las ganas de querer cumplir mi voluntad? ¿Tendría algo entre manos o solo... quizá él también sintiera que era mejor alejarse de mí?

Eso me mantuvo en la luna el resto del día, no sabía por qué me causaba tal pesadumbre si era lo que había querido hacer desde el principio, hacer que Timothée Volker me respetara y se alejara lo más posible de mí, entonces ¿por qué me sentía tan desdichada ahora que lo había conseguido? ¿no debía estar festejando?

El timbre de mi celular me trajo de nuevo a la realidad.

"¡Raphaela, es un desastre! ¡Priscila no deja de llorar!"

"¿Qué pasó ahora mamá?" rodé los ojos.

"Parece que ese horrible hombre quiere quitarle la custodia de los niños ¡Ha venido a decírselo justamente el día de hoy!"

"Eso no puede ser..." negué, "tenían un acuerdo."

"¡No sé qué es lo que pasa!" dijo mi madre con desesperación.

"Tranquilízate mamá, iré en un momento."

Colgué y salí de la empresa al tiempo que Timothée.

"¿Te han marcado?" me preguntó.

"Sí, voy para la casa."

"También yo, te llevaré."

"Gracias."

Ambos subimos al carro con presura y Timothée manejó a su usual ritmo vertiginoso, me sentía incluso un poco mareada por lo cual no pude notar cuando fue que le tomé el brazo y se lo apretaba con fuerza, esperando a que parase en algún momento de manejar.

El regreso de: RaphaelaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang