Capítulo 29

578 58 20
                                    

La Voz Azul

     El día siguiente encontraron a Montague en uno de los baños, y por lo que pude saber Umbridge le pidió ayuda a Snape para sacarlo de allí porque era el jefe de su casa.

     Entre eso y que ese día era una de las lecciones de Oclumancia de Harry supe que mi visión ya se había cumplido; Harry no volvería a tener clases extraordinarias con Snape. A la mierda la única oportunidad de que Harry deje de soñar con Tom.

     Supuse que Harry sería lo suficientemente maduro como para no contarle a sus amigos lo que había visto en el pensadero, aunque dudaba que lo dijera alegre conforme se comportó su padre. 

     Me paré a pensar en lo que vi en el pensadero, y era extraño porque Lily, la mamá de Harry, había salido con anterioridad cuando Harry entró sin querer en la mente de Snape, y recuerdo que se veían muy amigos ¿Qué pasó para que Severus le dijera eso tan de repente? 

     Y luego pensé en mi madre: Carina. Ahora que lo pensaba, si que se parecía algo a mi. Su contextura de bicho palo la tenía, y un despampánante pelo negro que encarcelaba los ojos plateados. Era muy bonita, como su hermano. Yo, no lo era.

     Recordé que Carina era un año menor que Sirius, y un año mayor que Regulus, mi tío ya muerto. 

     Recordé el brillo de sus ojos cuando enfrentó a su hermano. Carina era muy buena con la varita, y sus ojos se iluminaban con malicia cuando consiguió desarmar a su hermano. Pero no daba la impresión de que se llevaran mal, al contrario, parecía que solamente era algo habitual y que únicamente quería ayudar a su amiga a salvar a Severus. Pero por otra parte parecía que también quería ayudar a Severus, porque o sinos no le hubiera quitado el jabón de la boca. 

     Tenía cierto aire arrogante, como si supiera desde el principio que podía con aquellos dos chicos tan hábiles. 

     Snape por otro lado, tampoco parecía malo en lo que hacía. Había leído lo suficiente en su TIMO para saber que era muy listo. Como dijo Sirius una vez, él era el inteligente de Slytherin de su época, al igual que él y su amigo James lo fueron de Gryffindor. Por lo que supe que ese solo era un recuerdo que dejaba mal a Snape, y estaba segura de que él también podía alardear de algún buen hechizo, aunque no fuera contra otro alumno.

     ¿También lo habría sido mi madre en su año? Sacudí la cabeza y y me concentré en lo que estaba haciendo.

     A medida que avanzaba la semana de Pascua, el tiempo se hizo más ventoso, soleado y cálido, pero  yo estaba atrapada dentro del castillo, como el resto de los alumnos de quinto y séptimo, sin más ocupación que repasar e ir y venir de la biblioteca. 

     Los Slytherin estaban muy concentrados, las notas eran muy importantes para la casa, esa era unas de nuestras actitudes. Al menos era para la mayoría, puesto que siempre había alguno que se la pasaba leyendo libros, lo extraño es que siempre estaban en la misma página y con el libro del revés... mira que eran idiotas.

     Me fui a la biblioteca un domingo por la noche. Necesitaba unos libros de Runas Antigüas y luego me senté en la mesa más sombría. El único en la biblioteca era Harry, quien parecía muy inmerso en sus pensamientos con mal humor palpable.

     Podía parecer que estuviera leyendo, pero en realidad hacía lo mismo que algunos de los idiotas de mi curso, mirar el libro sin pasar página siquiera. 

     Yo me concentré en mi trabajo, y cuando ya casi lo tenía acabado, oí como se habría la puerta. Era una pelirroja pecosa de sonrisa radiante y segura. Ginny Weasley.

Lilianne y la Orden del FénixWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu