Prórrogo

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Contarlo todo y sin preguntas

     Así estaban las cosas. 

     Nos situamos en el verano de 1995, justo el miso día que los alumnos de Hogwarts cogían el tren para volver a sus casas para pasar el verano. 

     Escondido en el noroeste de Londres, a veinte minutos a pie de la estación King's Cross , se encuentra el número 12 de Grimmauld Place. Tan indetectable como oculta detrás de un Encantamiento Fidelio, la casa es invisible para todos menos unos pocos. Aunque los muggles vecinos ni siquiera saben que el edificio existe, fue durante muchos años el hogar de la familia Black, una de las familias de sangre pura más antiguas del mundo mágico, y muy orgullosa de ser así.

     Y ahora estaba yo, Lilianne.

      Os explico, me había llevado Dumbledore desde el primer día de vacaciones con el pretexto de que Voldemort me buscaba y necesitaba estar en algún sitio protegido. La verdad: me acababa de integrar en la Orden del Fénix, básicamente el bando anti-Voldemort como lo llamaba Albus, (bando anti-Capullo o bando anti-Rey para mi).

     Pude ver las intenciones del viejo hombre desde lejos. Al parecer, sus prisas por llevarme a ese lugar no fue ni nada menos que por la razón de que la casa estaba vacía solamente durante un día, por la noche volvería el dueño de la casa: mi tío Sirius Black.

     Estaba un poco hecha polvo. Nos sentamos en la sala de esta. El director hizo aparecer un poco de te, y pude ser testigo como el elfo de la casa, Kreacher, estaba medio loco. Al final desapareció de nuestras vistas mientras nos insultaba. 

     Dumbledore fue muy claro:

     -No deberías estar aquí, pero estoy pasando el visto por alto haciendo una excepción -me dijo Dumbledore muy serio-. No voy a tolerar insubordinación, por eso tengo una regla para ti: quiero que a partir de ahora, hagas todo lo que te diga sin hacer preguntas. 

     Asentí.

     -Necesito que me cuentes todo y cada cosa que descubriste en los cuatro años de colegio -me indicó-. Necesito saber como descubriste las cosas y como las conectaste. Da igual que tu pienses que una cosa es irrelevante, si la recuerdas, me la cuentas. Si viste un gesto sospechoso en alguien, me lo indicas, y sobre todo -me miro serio-, quiero saber todo lo que has estado escondiendo en cuanto tus encuentros con Voldemort.

     No me hacía mucha gracia, pero como el dijo, se lo conté todo. Lo más difícil fue el comienzo, donde los recuerdos estaban más borrosos, pero al final supe como empezar.

     -Todo comenzó por una riña entre Potter y Malfoy... 

     Si lo pensaba bien, todo empezó por ellos. Draco había citado a un duelo de magia a media noche a Harry, que en realidad fue una trampa, y entre una cosa y la otra acabé ayudando al trío de oro y a Neville a escapar de Filch y enterándome de la existencia de Fluffy. 

     Ese fue el comienzo de mi historia. No me salté ningún detalle, desde como engatusé a Hagrid para descubrir algunas cosas, la crianza de Norberta, enterarme de que Quirrell fingía su tartamudeo y mi conversación con los centauros. Ver al profesor Snape intentar un contramaleficio para salvar a Harry de Quirrell y como llegué al pasillo del tercer piso porque tuve un sueño. 

     Segundo año. Mi primer encuentro con Chris, como me enfrenté a las niñas mayores y mi trato con él para que se enseñara a defenderse. Mi alianza con el trio de oro por la poción multijugos por el cual robé en el despacho de Snape y acabé consiguiendo una copia de un libro de la sección prohibida y mi historia con Dobby. Como tuve mis sospechas del estado de Ginny y como me hice pasar por el profesor para poder llegar a la Cámara de los Secretos a tiempo. Mi conversación con Tom y el experimento: me había convertido en animaga.

Lilianne y la Orden del FénixWhere stories live. Discover now