Pergamino 36

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Pov. Martha

Minato me salvó de una muerte segura, con él han llegado los Hokages y Sasuke. Él se ve diferente, no sé que sea, tal vez su mirada pero parece ser el mismo de antes.

— Ah Myōjinmon, tú también puedes hacerlo—.

— ¿Ella es tu alumna Hiruzen?—.

— Sí, Senju Misaki —.

Tanta es mi impresión que mis manos comienzan a temblar, sé que no puedo mantenerlo por mucho tiempo.

— Dejalo, yo me encargaré—.

Hashirama toma mis manos, tan unidas que mis nudillos ya están blanquecinos, me resisto para su gran sorpresa.

— No, todavía no, necesito que Minato-sama venga conmigo y que alguien más tome su lugar para hacer la barrera —.

—¿Cómo sabes lo que vamos a hacer?— Tobirama empieza a fruncir el ceño.

— Esas chicas no son cualquier cosa, con el tiempo aprenderá a confiar en ellas— Hiruzen me sonríe complacido.

— Sasuke, llama al Tsuchikage, él es muy poderoso y estoy segura de que podrá levantar la barrera sin problemas —.

El Uchiha se me queda viendo y llegado a un punto hasta creo que no me escucho.

— Voy por el—.

— Minato-sama vaya para donde Naruto, él está grave y necesita el chakra del Kyūbi que usted tiene—.

Las cadenas de diamantina se rompen y Juri se dobla por el esfuerzo, cada vez más se va liberando, de no ser por mí y por Anju.

Siento que Tsukumo ha llegado con Naruto y Sakura descuidando la pelea con Madara, ya no aguanto y pierdo el Modo Sabio. El Jūbi se revuelve más y enfurece con las quemaduras que le provocan las otras cadenas.

— Lleva a Misaki con el equipo médico —.

Soy vagamente consciente de que soy cargada, he utilizado prácticamente todo mi chakra disponible. Ya no puedo más y tengo la tentación de dormirme en quién sea que me esté cargando.

— Naruto-kun—.

Escucho el llanto de Hinata, con ella también están Shino y Neji. Minato ya ha empezado ha pasar el chakra y al no ver a Obito intento advertirles del Zetsu.

— Ellos tienen a un individuo imperceptible —susurro.

— Ninguna técnica es completamente inquebrantable, es bueno que tengamos al Clan Hyūga de nuestro lado, necesitamos su Byakugan— me contesta el peliblanco.

Hinata de inmediato se dispone para activar el suyo pero Tsukumo la detiene.

— No, debe hacerlo ése muchacho, sus ojos son más puros. Él definitivamente sabrá cuando el enemigo se acerque—.

— Byakugan—.

Neji se queda atento a cualquier movimiento, ni siquiera un temblor hace que pierda la concentración.

Siento que alguien me cura, Katsuyu se detiene en mi cuello pasandome energía, es una sensación desagradable pero no queda de otra.

— Se acerca—.

Volteo para ver uno de los clones de Madara intentar llegar hasta nosotros, Shino y Hinata bajan a enfrentarlo. Eso es una sentencia a muerte, me remuevo inquieta y veo a Kimimaro sostenerme en mi sitio.

— Tranquila, vienen refuerzos. Para ellos y para los Hokages—.

— Si tú estás aquí ¿En dónde está Kikyo?—.

El camino continúaWhere stories live. Discover now