CLAVIS ROTAN

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Me encontraba bajando nerviosamente las escaleras para llegar al primer piso de la casa, hace unos diez minutos que había entrado volando a mi habitación poco después de haber caído la noche. Wis me recibió aventándose contra mi reclamándome los últimos cinco días de ausencia y es que el celo además de consumirme tres días sin derecho a reclamo me exigía uno adicional, esto para recuperarme física y mentalmente donde mis hormonas se volvían a normalizar.

Athos muy gentilmente estuvo atento después de la maratón que tuvimos alimentándome en la cama y haciéndome uno que otro masaje que terminaban en un sexo más suave y pasional de lo normal, el personal aprovecho ese día de lavar mi ropa y hacerme una ficha ficticia en caso de que quisiera volver a usar sus servicios. Me despedí del toro con otro beso al salir de la habitación y le di una generosa propina, sin importar que su atención fuera genuina o no al ser parte de su trabajo sé que atender a un macho en celo no es cosa fácil.

Wis me dijo que el primer día de mi partida mis padres estaban muy furiosos, usaron a Duma para intimidarlo y decir donde había ido pero al nunca habérselo dicho no había información que sacar. Al siguiente día recibieron el reporte de mi intervención en el Regimiento de Anka y su furia se convirtió en genuina preocupación al saber la gravedad del ataque de los Esbirros, es especial por el alarmante número de campeones Esbirros y la resucitación reportada.

Se puso peor cuando al día de recibir el informe aun no aparecía en casa, comenzaron a suponer que me había quedado por Tierras del Vacío investigando o limpiando la zona, elevando aún más su preocupación hasta que Wis reviso el calendario y se dio cuenta del pequeño detalle de mi celo. Todos en casa cayeron presa del pánico, mi madre recordó que no me había pasado el supresor personalizado que me hace y comenzaron a pensar que el celo me había pegado en pleno camino asumiendo que se me había olvidado la fecha.

Duma, Wis y las muchachas los calmaron pidiéndoles que tuvieran fe en mí, en especial a mi padre que estaba a punto de desplegar media milicia a buscarme sin saber por dónde comenzar o con que excusa. Al descender los últimos escalones maldije internamente y me provoco salir corriendo puesto todos en casa estaban allí reunidos sin excepción con cara de pocos amigos.

- Hola -dije algo tímido llamando la atención- ya volví, disculpen la ausencia, tuve algunos problemas que atender, creo que ya saben cuáles -me reí algo nervioso-

Decir que por poco me derribaron mis propios padres es poco, me empujaron a tal punto de hacerme chocar con la pared mientras me abrazaban con una fuerza descomunal diciendo palabras de alivio y agradeciendo al Creador por mi regreso. Después de dejar de abrazarme fue turno de las muchachas que me abrazaron una por una con su clásico toque de cariño y hogar, por último se acercó Duma quien me miró de arriba a abajo y me dio un par de palmadas en la cabeza con una sonrisa.

Reon me observaba a lo lejos, ponía ver en su mirada que quería acercarse pero no lo hizo al final, pude ver al menos cierto grado de alivio en sus ojos, parece que a pesar del odio hacia mí que le provoque días atrás pudo más su preocupación. Nos sentamos todos en el sofá, las muchachas nos dieron espacio para conversar y comencé a relatar todo lo sucedido en las Tierras del Vacío, de principio a fin sin omitir ningún detalle.

Mi relato coincidió en la mayoría expresado en el reporte del Teniente Coronel Anka, salvo por el motivo de mi visita particular a Luan, al final opte por decir la verdad en que revele mi identidad al militar al sentir que podía confiar en él. Mi padre curiosamente no se molestó puesto que tenía buenas referencias del murciélago, por otro lado mi madre toco el tema que de verdad quería evitar, como había tratado mi celo al estar en plena zona enemiga.

Nuevamente opte por la verdad al decir que segui la recomendación de Anka para usar un servicio de acompañantes de celo en la ciudad de Signy, a lo cual mi padre inmediatamente se escandalizo siendo aplacado casi de inmediato por mi madre quien entendió la encrucijada en la cual me encontraba. La sorpresa nos la llevamos todos cuando Duma dio buenas referencias del lugar en el que estuve y que no había por lo cual preocuparse, todos miramos con cara de incredulidad a la guepardo entendiendo de inmediato que era cliente del lugar, no nos atrevimos a hacer más preguntas al respecto ni seguir el tema de mi celo.

El VoidBreakerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora