EL ROMPEVACÍO

258 17 39
                                    

No sabía en qué estado me encontraba, sabía que estaba desconectado del mundo en ese momento, pero lo bueno nunca dura mucho en mi experiencia. Mi cuerpo se encorvó por el repetido dolor que sentí, tarde un segundo en darme cuenta de donde provenía, venia de mis manos, de ambas, rugí de dolor inmediatamente por la sensación, era como si le estuviesen prendiendo fuego o algo peor.

Sentí una presión en diferentes puntos de mi cuerpo, abrí mis ojos sin dejar de rugir de dolor, apenas podía distinguir algunas siluetas que me rodeaban e intentaban retener mis movimientos, un fondo tenuemente iluminado las resaltaba. El dolor continuó escalando y yo solo intentaba forcejear por todos los medios para que parara, no sabía qué hacer, sentía que perdía mis manos, el dolor escalaba a mis brazos ahora.

El sonido inconfundible de los motores de una aeronave llego a mis orejas, estaba dentro de una aeronave, otra oleada de dolor atravesó mi cuerpo desde mis manos, cerré los ojos intensificando mi rugido.

- ¿¡Qué le sucede!? -escuché la voz de Gera-

- ¡Hay un residuo de magia de gravedad en su cuerpo! -fue la voz de Wis- ¡Estoy intentando localizarla y anularla!

- ¡De prisa! ¡Está sufriendo! -esa fue Duma- ¡Sus manos! ¿¡Qué les pasa!?

Otra horrible oleada de dolor me perforo las manos, no podía con el dolor ¡Que alguien lo detenga!.

- ¡La fuente se encuentra en sus manos! -Wis- ¡Adminístrenle un sedante mientras me concentro en esto!

Sentí un pinchazo, ni siquiera sé dónde exactamente, la sensación rápidamente fue opacada por otra oleada de dolor proveniente de mis manos. Abrí mis ojos otra vez hacia arriba, mi vista se concentró en una figura que flotaba en el techo paralelo a mí, Vicent.

- Ven hijo -murmuró- hora de dormir

Su mano se estiro hacia mi rostro, su cuerpo descendió suavemente hasta que sentí sus manos sobre mis ojos guiando mis parpados a cerrarse una vez más, nuevamente la incumbencia alivio mi dolor. Desperté esta vez más tranquilo, recobre mi conciencia poco a poco y me levante de golpe asustado respirando con dificultad.

- ¿Qué? -mire mis manos-

Las gire por ambos lados y las toque entre ellas verificándolas, no había nada, estaban perfectas, ese dolor que sentí ¿Fue real?, levante la mirada un poco intentando recordar donde estaba. Mi confusión no hizo más que incrementar al reconocer la pequeña y humilde habitación, era una de las del orfanato de Dunak, la que solía darme el Padre Vicent cuando estaba enfermo o estaba con él hasta tarde.

Me quite la sabana con cuidado y me senté en la cama, mis pies tocaron la fría cerámica, se sentía algo extraño pero no supe identificar porque, me levante e inmediatamente me fui para atrás cayendo sentado otra vez en la cama, estaba débil. Respire hondo y me tranquilice, nuevamente me intente poner de pie pero esta vez un poco más lento, lo logre esta vez sin caerme, di un paso cuidadosamente y no hubo problemas, di otro par de pasos y todo parecía en orden.

Me di un vistazo en un espejo en la habitación, traía una camisa blanca de botones bastante simple manga corta, un pantalón corto que no llegaba a mis rodillas, no tenía mi Conjunto o Regulador Accel. Mi cabello estaba completamente suelto al natural, algo extraño pues al menos siempre cargaba las trenzas a ambos lados de mi rostro.

Me gire a la puerta y camine, puse mi mano en el pomo y la abrí con algo de ansiedad, la luz del exterior me cegó un poco, espere que mi vista se acostumbrara y comencé a avanzar hacia el exterior. Efectivamente era el orfanato Bergemore de Dunak, estaba en la planta baja pero no había nadie, absolutamente nadie.

El VoidBreakerWhere stories live. Discover now