Capítulo 14: Good Bye

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-¡¡¡SASUKEEEEE… SASUKEEEEEE… SASUKEEEEEE!!!-
 
 
De pronto, Minato terminó en el suelo y encima suyo, se encontraba un Sasuke con los ojos abiertos de par en par, temblando y con los iris rojos llenos de miedo e ira. Lloró de alegría, antes de que la adrenalina del momento se acabara y el cansancio lo derrotara, pero ya todo estaba bien, porque estaba en los brazos de Sasuke y con su último aliento susurró unas últimas palabras antes de caer en un sueño reparador.
 
 
-Aishiteru… teme-
 
 
Cuando Naruto cerró sus ojos, Sasuke pensó en lo peor. La estrella formada en sus ojos giró como caleidoscopio y observó el cuerpo de su adoración que acababa de confesar que lo amaba también con esa única y bella palabra, desnudo, marcado y con las piernas manchadas de sangre. Luego giró su cabeza para ver al desgraciado que se atrevió a hacerle aquello.
 
 
Minato también se encontraba inconsciente en el piso luego de un fuerte golpe en la cabeza y quiso levantarlo, sacarlo de su inconsciencia y hacerlo tragar vidrio hasta cercenar su garganta mientras se retorcía de dolor, estaba deshaciéndose de tristeza y deseo de venganza que tomó el vaso que antes contenía el whisky ahora regado en el piso mugriento, lo rompió con su mano que se hacía puño para sostenerlo, y lo subió sobre su cabeza para tomar impulso en ése acto homicida que estaba a punto de cometer, cuando el sonido de la puerta del estudio se abrió de golpe y Yamato entró con una linterna en la mano.
 
 
Yamato había bajado en cuanto escuchó los gritos desgarradores de su joven amo Naruto mencionando una y otra vez a Sasuke de forma desesperada, salió corriendo a todo lo que daba, tomó una linterna y un objeto que sirviera para golpear y cuando entró, halló a Naruto desnudo e inconsciente sobre la mesa y en el piso, a Sasuke con vidrios en la mano sobre el cuerpo de Minato.
 
 
Lo primero que pensó fue lo más obvio, su cara se desfiguró en el horror y en la ira, justo como Sasuke había hecho segundos atrás, pero ésta vez, Kiba apareció para detenerlo de un brazo antes de que se le aventara a Sasuke.
 
 
-¡ALTO! …Yamato, mire a Minato y luego a Sasuke… Minato tiene los pantalones abajo y Sasuke está completamente vestido-
 
 
El hombre se fijó en esos detalles, como que el miembro del hombre rubio estaba destapado, que Naruto tenía sangre entre sus piernas y que Sasuke efectivamente estaba completamente vestido.
 
 
¿Cómo había llegado allí ése mocoso que ahora lo veía congelado metros adelante? No le interesaba, sólo se había dado cuenta de la verdad, pero era demasiado macabra y cruda hasta para él.
 
 
¿Cómo había podido hacer tal cosa Minato? ¿Cómo es que había caído tan bajo?
 
 
-Kiba, llama a una ambulancia por favor-
 
 
-De acuerdo-
 
 
El castaño salió dejando a los dos varones frente a frente pero sin cruzar ni una sola palabra hasta que la ambulancia llegó y se llevaron a los dos rubios. Yamato permitió que Sasuke fuera con ellos mientras él conducía su auto, Kiba también subió a la ambulancia y acompañó a Sasuke en ella.
 
 
En los pocos angustiantes minutos, Kiba miró a Sasuke, ahora que los dos se habían asegurado del buen estado del rubio menor.
 
 
-Creí que… ya te habías ido-
 
 
-Volví cuando todos se fueron a dormir, Naruto me metió-
 
 
-Me alegro de que lo haya hecho- El castaño se giró a ver el rostro dormido de Naruto que tenía un par de lagrimas perladas aún entre sus párpados y pestañas, pero su expresión era tranquila. -¿Por eso te había gritado, verdad? Para salvarlo- Apretó su agarre a la cama y dobló sus cejas de modo que le dio un aspecto triste y derrotado. -…No puedo creer que a Naru le haya pasado esto…-
 
 
Sasuke cayó, dejó el tiempo fluír hasta que llegaron al hospital, Naruto fue llevado a urgencias y no los dejaron pasar más allá de las puertas. Yamato llegó con ellos junto con Tsume, justo cuando Naruto desapareció en el pasillo y los dejaron a los cuatro allí.
 
 
El silencio los sumergía a todos, esperando cualquier cosa, cualquier indicio que les dijera el estado del rubio doncel. La atmósfera era muy densa, había tanta tensión, tristeza y miedo. Sasuke comenzó a sofocarse, pero no quería moverse, estaba tieso en el piso mientras doctores y enfermeros iban y venían completamente ajenos a ellos, como si aquellos trabajadores pertenecieran a un mundo diferente al suyo y fueran ignorados porque ni siquiera los veían, fue hasta que una doctora de cabellos negros y cortos llegó a pedirles que se sentaran en la sala de espera, si algo sucedía con el paciente ella misma iría corriendo a avisarles. No tuvieron más opción que obedecerla y dejaron el pasillo para irse a una sala blanca con más gente además de ellos, fue entonces, en que todo pareció relajarse más y Yamato se volteó hacia Sasuke.
 
 
-¿Por qué estabas dentro de la casa?-
 
 
Kiba quiso interceder pero el adulto le negó la palabra y dijo que Sasuke era quien debía explicar.
 
 
-Naruto me dejó entrar, esperamos a que todos se hubieran ido a dormir y luego de eso Naruto fue a abrirme-
 
 
-¿O sea que el joven amo te metió a escondidas?-
 
 
-Así es-
 
 
-¿Y si estabas allí con él, por qué dejaste que pasara todo esto?-
 
 
-Naruto me contó que tenía un plan para hacer que Minato lo escuchara, pero se negó a mi ayuda y dijo que quería hacerlo solo… fue hasta que Naruto me pidió ayuda que entré corriendo-
 
 
Bajó la cabeza, esperando quizá un golpe, un grito o algo así. Efectivamente, Yamato se paró y fue amenazante hasta él. No tenía miedo, los golpes más fuertes no le dolían, el hombre podría estampar su cabeza en el suelo y con eso triturar el piso y eso únicamente lograría “dolerle” como si uno hubiera sufrido un raspón. El castaño subió una de sus manos, en alto, dándole fuerza.
 
 
-…¿Por qué no llegaste antes?-
 
 
-Es la misma pregunta que tengo y que no me he dejado de preguntar-
 
 
La mano se dejó caer, pero ésta, en vez de terminar en su rostro, terminó sobre sus cabellos, dándole algunas caricias poco comunes para él. Sasuke miró sorprendido al adulto. ¿Qué era lo que de nuevo estaba pasando?
 
 
-…Gracias Sasuke-kun…por llegar y defenderlo, cuando nadie pudo hacerlo-
Una fina lágrima brotó por su ojo. Otra vez la sensación en su pecho que crecía y calentaba hasta doler. ¿Qué era esa sensación? Esos sentimientos, que para él resultaban tan nuevos y desconocidos.
 
 
-¿Por qué son tan buenos conmigo?-
 
 
-Esto Sasuke, se le llama perdón y agradecimiento… Perdón porque nos dimos cuenta, de que eres alguien bueno y digno, y agradecimiento, por todo lo que has hecho-
 
 
Más lágrimas recorrieron sus blancas mejillas. Ésos sentimientos dolían mucho, se sentían tan poderosos y sentía que no podría cargar con ellos.
 
 
Aceptación, confianza, alegría, todo eso dado por personas que habían llegado a quererlo en tan poco tiempo, a pesar de que él originalmente había llegado a hacer un cruel trabajo, y a quitarles ése tesoro que Yamato, Kiba y Tsume protegían recelosamente, Naruto. Y ahora, por Naruto mismo estaba en tal situación más compleja, irónica y desesperante.
 
 
¡Él! ¡Un demonio! ¡Siendo tratado como alguien igual! ¡Siendo querido como un igual!
 
 
No quería llorar… pero tantas emociones contradictorias no lograban tranquilizarlo y mantenerlo serio y distante como siempre lo había sido antes, y eso también era por culpa de Naruto.
 
 
La doctora volvió, estaba sonriendo y dio las buenas nuevas, desconectando su mente y sus miles de sensaciones.
 
 
-El paciente ha despertado, está bien aunque algo delicado. Sólo puede pasar uno a la vez, ¿quién quiere ir primero?-
 
 
Yamato empujó a Sasuke hacia el frente, y con una sonrisa conciliadora, la mujer se lo llevó casi a empujones a una habitación.
 
 
Adentro, Naruto estaba sentado, recargado en muchos almohadones y con una intravenosa en el brazo. El rubio al reconocerlo se alegró tanto que por poco salta de la cama a abrazarlo, pero apenas unos ligeros movimientos y lo hicieron hacer una mueca, se acomodó y volvió a sonreír, estirando uno de sus brazos y haciendo una seña con su mano para que se acercara. Él estaba nervioso; poco antes de caer inconsciente, Naruto le dijo que lo amaba, pero parecía tan tranquilo… ¿lo habría olvidado?
 
 
De repente, pensar en eso hizo a su corazón estrujarse y sus pulmones dejaron de recibir aire, pero de nuevo, la voz de Naruto los despertó, diciéndole que se apresurara a ir con él.
 
 
Siguió caminando hasta encontrarse con su rubio amor, miró el brazo con la aguja ensartada.
 
 
-¿Y eso?-
 
 
-¿Qué, mi brazo? Dijeron que cuando me trajeron estaba deshidratado y la aguja me la pusieron para darme un suero… duele, pero no tanto-ttebayo-
 
 
En un gesto completamente inesperado, Sasuke se inclinó sobre ése brazo y besó la zona por donde salía la aguja, luego subió y descubrió un poco el vestido de papel que todo paciente de hospital usaba para besar su hombro, luego le siguió el cuello, luego las mejillas, los ojos, los labios. Naruto cerró los ojos y el calor subió a su cabeza con cada nuevo abrazo, rodeó con el brazo libre el cuello de su pareja y el beso se profundizó, acercando más sus cuerpos. Las lenguas en seguida abandonaron sus bocas para reunirse con su compañera que ya extrañaban, las manos traviesas vagaban por el cuerpo del otro tocando todo lo que estuviera en su camino, cuando el beso terminó, un fino hilo de saliva aún mantenía sus bocas unidas.
 
 
-No deberías comportarte así- Naruto lo miró extrañado y luego, Sasuke se dejó caer en sus piernas y las abrazó. -…Te hicieron algo horrible y yo no pude evitarlo-
 
 
Naruto entristeció su mirada y miró hacia otra parte, sin saber qué decir y rememorando en flashes todo lo ocurrido.
 
 
-¿Minato dónde está?-
 
 
-No lo sabemos, ni nos importa…. Ése maldito, debí matarlo cuando tuve oportunidad-
 
 
-No Sasuke… no debes, no culpes a Minato, tú me advertiste que mi idea era mala y aún así no te escuché… en serio, el único aquí que debería salir golpeado sería a mí por ser tan insensato-
 
 
-Es cierto, eres un dobe estúpido e insensato, y yo igual por saberlo y aún así dejarte ir-
 
 
Naruto susurró su nombre y acarició su cabeza, jugó unos segundos con su pelo y susurró.
 
 
-Aishiteru, teme…-
 
 
Sintió el cuerpo del otro tensarse y luego relajarse.
 
-Aishiteru… Usuratonkachi…- Sasuke levantó una vez más y puso una mano en la mejilla canela, la acarició casi con devoción y besó una vez más los labios del otro en un beso lleno de amor.
 
 
Antes de que aquello pasara a más, la doctora regresó y le pidió a Sasuke que se retirara para que los demás pudieran pasar también.
 
 
Se quedó mirando el techo mientras su corazón latía con fuerza y poder, ya nada en su interior le dolía ahora. Yamato fue el siguiente en pasar, y se quedó con Kiba y su madre que en cuanto salió lo abordaron con preguntas. Luego de Yamato, fue Kiba, y luego de Kiba, fue Tsume.
 
 
El horario de visitas estaba por terminar, la doctora que se presentó como Shizune les pidió que sólo familiares entraran, que tenía algo que hablar sobre unos exámenes que se le hicieron al doncel cuando estaba inconsciente. Nadie compartía la sangre del joven Namikaze, pero Yamato se nombró a sí mismo como su tío, y Sasuke pidió ir también por ser su pareja.
 
 
Shizune los aceptó y finalmente sólo ellos dos entraron y se colocaron cada uno a un lado de la cama, y el rubio se sintió de repente atrapado entre los dos.
 
 
-Señores, los análisis nos acaban de revelar unas cosas muy… sorprendentes y quería preguntarles si… ¿Ésta fue la primera vez de Namikaze Naruto?- Los tres no parecieron entender. –A lo que me refiero… es que si ésta fue la primera vez en que Namikaze fue… forzado-
 
 
-Nunca hubo una antes de esa- Se apresuró Naruto en contestar.
 
 
-Bien porque…-
 
 
La mujer le entregó al rubio una carpeta llena de datos que para su mente carecían de sentido, hormonas, niveles de algo en la sangre, en la orina… ¿Qué era todo eso?
 
 
-¿Qué es lo que significa?-
 
 
-¿Naruto-kun… ya no era virgen desde antes del incidente?-
 
 
Un monstruoso sonrojo inundó toda su cara, desde el cuello, no sería de extrañarse si de repente comenzara a salir humo de sus oídos o de su naríz.
 
 
-¿A qué se está refiriendo sensei?- Yamato también se estaba impacientando.
 
 
-Cuando paramos la hemorragia, resultó ser tan sólo un ligero derrame superficial y con lo obtenido que descubrió que Naruto-kun tiene aproximadamente un mes de embarazo, y por eso preguntamos si ésta fue su primera vez siendo abusado-
 
 
El rubio miró hacia otro lado esperando no encontrarse con Yamato que seguramente le faltaría poco para gritar de la impresión, pero entonces procesó la información apenas dada, abrió completamente los ojos, sus pulmones se estrujaron y se revolvió su estómago, anonadado y tieso, volteó su cabeza con trabajo y miró a Sasuke.
 
 
Estaba embarazado… embarazado, ¡embarazado, del teme, de su teme! Eso explicaba sus cambios, por qué se sentía tan cansado, por qué había cosas que antes no le hacían nada y ahora le provocaban náuseas.
 
 
Tenía miedo, ¿y si Sasuke no lo aceptaba? ¿O si ocurría algo terrible por esto? ¡Era su culpa que no se hubieran protegido, pero el bebé no era responsable de nada! ¡Por favor, no quería que se lo quitaran!
 
Yamato luego de ver al rubio que no subía su mirada, observó a Sasuke de igual modo, quien en éstos momentos también se veía estupefacto.
 
 
El varón por poco creyó que se desmayaría. ¡Simplemente no podía ser posible! Quiso golpearse contra la pared hasta romperla. ¡Era un completo imbécil! ¡¿Cómo no pudo terminar en esta situación?!
 
 
Sai mismo se lo había dicho esa tarde (mas bien, el día pasado, ya eran más de las 3 am). ¡Él había tenido demasiado sexo! ¡Y nunca se le pasó por la mente al menos utilizar condón! La primera vez… fue entendible, fue Naruto el que terminó por tomarlo a él, algo como la protección nunca pasó por sus cabezas, ¡pero desde la segunda vez tuvo que haber pensado en eso! ¡Fue tan estúpido!
 
 
Puso una mano sobre su frente y echó sus mechones de pelo hacia atrás para menguar la desesperación y frustración, y entonces detectó la asustada mirada de Naruto. Volteó a verlo y trató de que su reacción no fuera tan negativa.
 
 
¡¿Pero por qué tuvo que ser así?!
 
 
Un hijo, él recordaba que cuando alguna vez fue Uchiha Sasuke, hijo menor del empresario internacional de buques petroleros Uchiha Fugaku, alguna vez les dijo a todos, que se conseguiría a una bella esposa con la cual tendría muchos hijos. Al principio todo el mundo pensó que aquello era sólo un deseo de un niño inmaduro, pero después de ver a tantos niños con verdaderas familias felices, él simplemente quiso una así, pero su situación ya no podía mejorarse, por eso, daría todo ese amor que le fue negado por sus padres, a sus hijos, los cuales deseaba que fueran fuertes y felices. Pero todo se fue por el caño cuando ocurrieron esa serie de muertes al principio inexplicables, sus sueños y anhelos de felicidad fueron borrados conforme uno a uno de sus familiares morían como moscas y todo aquello que quería cambió para buscar al culpable y luego vengarse. Ahora que veía a Naruto, asustado, pálido, con ojeras en los ojos vistiendo ése traje de papel, y aún así hermoso, con esos ojos azules y cautivadores, con esos labios carnosos, con esa mirada que pedía a gritos una palabra…
 
 
-Es mío…-
 
 
Naruto reaccionó, aún inseguro mientras Sasuke lo miraba directo a los ojos, seguro.
 
 
Sasuke se arrodilló junto a la cama del doncel, tomó uno de los rubios mechones que ahora se habían vuelto largos y lo besó con suavidad, sonrojando al rubio que lo veía impactado.
 
 
-Sasuke…-
 
 
-…Namikaze Naruto… acéptame como el hombre indicado para estar junto a ti y criar a nuestro hijo-
 
Por un segundo al doncel le faltó el aire y se preguntó si todo esto sólo era obra de una alucinación provocada por algún fármaco extraño, o que seguía inconsciente, porque simplemente ver a tu amado arrodillarse y pedirte algo como eso…
 
 
Abrió la boca pero nada salió de ella, enmudecido y algo tembloroso, sólo asintió muchas veces, como si quisiera sacudir su cabeza, encogió los hombros y cerró los ojos como si todo eso le causara gran tensión. Todo era tan irreal.
 
 
Yamato tampoco se podía creer todo. ¡¿En otras palabras su joven amo tenía un mes de no ser virgen?! ¡¿Con un varón que conoció el año pasado?! Ahora sí tenía ganas de matar al azabache, pero al mismo tiempo se sentía muy conmovido, la forma en cómo se miraban, la atmósfera que los rodeaba únicamente a ellos dos y alejaba todo lo demás, cómo se tocaban, parecía amor, y del puro y duradero.
 
 
-Joven amo…-
 
 
Naruto se volteó apresurado, tomó del brazo a Sasuke y se abrazó a él. -¡Yamato….! ¡Sasuke es mi novio…y lo amo! Así que por favor permíteme estar con él-
 
 
El castaño luego de ver ese claro movimiento de desesperación no tuvo otra alternativa que cambiar su mirada de impacto y relajarse. Ya no podía hacer más por su joven amo, sólo aceptar a su pareja y no juzgarlos por haberle ocultado su relación.
 
 
-…Supongo que no tengo el derecho para interponerme entre ustedes…-  Yamato sonrió con una triste aceptación y eso le sacó una gran sonrisa a Naruto llena de emoción y nervios. -¡Sólo no nos vuelvan a dar otro susto así, ¿de acuerdo?! ¡Malditos niños precoces, ahora deben responsabilizarse de sus actos! Deben cuidarse mucho más de ahora en adelante, más ahora que van a ser padres-
 
 
Naruto rio, con una mezcla de muchas emociones, como alegría, miedo y agradecimiento. Miró a Sasuke de reojo que no parecía tan felíz pero aún así se esforzó por sonreír y robarle un suave beso en los labios.
 
 
La enfermera le sugirió al adulto irse y dejar a la pareja sola, que aún tenían un par de asuntos qué discutir. Los dos dejaron la sala y la pareja rompió el beso. Se miraron otra vez a los ojos, directamente y sin mencionar palabra alguna, hasta que Naruto rompió ese silencio.
 
 
-Tengo miedo- Estaba muy tenso, de repente sus lágrimas salieron sin su permiso como riachuelos cayendo por sus mejillas.
 
 
¿Por qué de repente estaba tan sensible?
 
 
-¿Ahora qué haremos? No se supone que nosotros…- Sollozó un poco antes de sentir el brazo de Sasuke sobre su hombro.
 
 
-Naruto…- Él tampoco estaba bien, también tenía miedo… no, ¡estaba aterrado! Pero debía transmitirles tranquilidad a sus dos seres amados los cuales tenía ahora enfrente. –No te preocupes, le hará mal al bebé-
 
 
-Sí… lo siento- Se limpió las lágrimas. -…Estúpidas hormonas- Una vez serenado, Naruto observó a su amado. -¿Esto se puede? ¿Tener hijos con un demonio siendo humano?-
 
 
-Yo tampoco sabía que esto se podía… bueno, sí, pero… ¡Olvidémonos ya de esto!- Tomó las manos del otro y entrelazó los dedos, pegándose a Naruto y tocándose entre ellos sus narices. –No me importa lo que haya sucedido para haber terminado así… Naruto, te amo y también amaré a éste bebé, no quiero que pienses en nada más que eso-
 
 
Naruto sonrió delicadamente y otra vez las lágrimas fluyeron. –Sasuke yo…. Gracias por todo, ahora… mi deseo se cumplió, aunque de forma diferente, aún lastimando pero… Eso me liberó, mis cadenas que la gente que trató de lastimarme por tanto tiempo se fueron junto con ellos, ahora sólo quiero ser libre y ser fuerte, y estoy muy emocionado, porque ahora te tengo a ti y a éste niño al que hicimos con todo nuestro cariño, ya no tengo ningún pretexto para rendirme o caer-
 
Sasuke entristeció su mirada y la escondió en el pecho de su rubio, lo abrazó con un brazo y con la otra bajó hasta su vientre plano y lo acarició por sobre la ropa, sólo para saber dónde se encontraba.
 
 
-Soy alguien terrible que no se merece a alguien como tú, un verdadero ser que trajo luz a tantos y sufrió igual que todos ellos. ¿Será que siempre estuviste prohibido para mí?-
 
 
-¿Sasuke? ¿De qué hablas?-
 
 
-Los demonios nacemos de humanos que cometieron grandes crímenes en vida, aquello que los motivó a hacer lo que hicieron fue lo mismo que evitó que terminaran como las otras almas de podridos desechadas, muertas y condenadas. Nuestro odio y rencor que nos permitió seguir viviendo cuando éramos humanos ahora nos separó de los demás y nos dieron el poder de existir más allá de nuestros cuerpos de muchos que terminaron destrozados, se nos dieron la posibilidad de trabajar como pago de devolvernos nuestros cuerpos y de volver al mundo, como seres indestructibles cada vez que fuéramos a cumplirle algún deseo a alguien lo suficientemente desesperado como para pedir nuestro favor, le cumplíamos sus deseos, pero también les quitábamos su humanidad y corrompíamos su alma, por eso es que muchos dicen que no debes “vender tu alma”, porque nosotros la destruímos en vida-
 
 
Naruto se quedó silencioso, de repente asustado, como esa vez en la azotea cuando Sasuke reveló su verdadera identidad ante él, su voz sonaba tétrica y fría, pero su mirada era demasiado triste y melancólica.
 
 
-Pero no lo hiciste con la mía-
 
 
-Así fue, porque tú, con tu presencia, con tu personalidad, con tu ser mismo comenzaste a curar lo que todos pensábamos muertos… nosotros mismos, los demonios- Subió la mano que antes daba caricias a la criatura que bien debía estar alimentándose y creciendo, tomando todo a su alcance para ser fuerte y vivir. –Por ti muchas reglas se han roto, me involucré demasiado emocionalmente contigo, te tomé sin violentarte en tu primera vez, nuestra primera experiencia en el sexo estando conscientes, se dio con el consentimiento mutuo y siempre tratando de buscar el mayor placer para ambos, te dí todo el apoyo que pude, te aconsejé cuando necesitabas ayuda e incluso hice maletas y arrastré plantas… Dobe, estoy loco por ti, desearía tirarme encima de ti y hacerte el amor hasta que no puedas moverte por días y no dejarte salir de la cama. Pero Naruto… hay una regla la cual debo cumplir, por tu bien y por el del ser que ahora vive en ti…- Se enderezó y puso una mano debajo del mentón canela y lo subió para que sus ojos se vieran. -…Naruto… Namikaze Uzumaki Naruto… Me tengo que ir y abandonarte justo cuando más me necesites… abandonarte entre todo lo que ha sucedido y no acompañarte en lo que te deparará el futuro… pero no porque esté huyendo, sino porque REALMENTE estoy obligado a hacerlo… Por el bien de ustedes dos, debo irme antes de que alguien venga por mí y traten de hacerles daño-
 
 
-¿Ya no volverás?- La voz de Naruto se quebró y sus ojos se volvieron rojos.
 
-¡Sí volveré! ¡Lo prometo! ¡Por ti, por mí y por él!- De nuevo puso una mano sobre el vientre plano. –El demonio luego de haber cumplido todos los deseos que le fueron pedidos, deberá irse cuando su cliente más lo necesite, hasta que lo peor haya pasado. Cuando eso ocurra, él tendrá la libertad de volver si ése es su deseo; y créeme, cuando regrese, me los llevaré conmigo y no los soltaré nunca-
 
 
-¿Lo prometes?-
 
 
-Lo prometo, tú eres mi Beatriz, y juro que iré por ti, por lo tanto, sé fuerte, muy fuerte-
 
 
-Nadie me doblegará… amado mío. El día en que regreses, los dos te estaremos esperando. Me mantendré puro para ti, ya que tú eres el único que puede llenarme y hacerme gritar de placer y hacerme decir cosas tontas-ttebayo-
 
 
Una leve risa salió de sus bocas, acompañadas de sonrisas. El escucharse, el verse, el sentirse; les mostraba lo duro que sería ese tiempo sin verse.
 
 
La gente regresó a despedirse después de eso, debido al estado delicado de Naruto pidieron que se quedara una noche más en observación. A Sasuke le permitieron quedarse en el cuarto y dormir en el hospital. Debido a la mejoría, pudieron retirarle la sonda del brazo al doncel que ahora estaba recostado junto a Sasuke.
 
 
-Quiero hacerlo-
 
 
Sasuke que estaba recostado a su lado tomando su mano lo miró a los ojos.
 
 
-¿Estás seguro? Aún puedes estar…-
 
 
-Estoy bien, y el bebé también. Quiero que lo hagamos para así siempre recordar tu calor, y también para contarle a nuestro pequeño lo mucho que nos amábamos, para que él también se sienta querido-
 
 
Sasuke se le acercó, tomó su barbilla y unió sus labios con los de él. -Seré suave entonces…-
 
 
-No lo seas… márcame ahora que puedes, para que todo el mundo sepa que te pertenezco y no te separes de mí hasta que el día amanezca y tenga que irme a dormir… sólo entonces te permitiré que te vayas-ttebayo-
 
 
-Será como lo desees… Éste es el último deseo que te podré conceder-
 
 
Volvieron a unir sus labios, sus bocas se abrieron y el encuentro de lenguas se realizó de forma acelerada, atrevida y casi desesperada, como si uno deseara comerse al otro. Sasuke se encimó sobre su rubio y metió mano por debajo del vestido de papel, tocando vientre, pecho y cuello hasta la nuca, puso sus manos en la espalda y desamarró las cintas que mantenía unida esa pieza de “ropa”. Naruto también coló sus manos y que quitó la playera negra que Sasuke usaba en esos momentos, luego le desamarró el cinturón. El azabache sentó al doncel y en esa mejor posición le quitó el traje de hospital, dejándolo completamente desnudo, lo hizo recostarse otra vez y le abrió las piernas. Se colocó entre ellas y palpó la entrada suave y cálida como siempre, bajó su cabeza hasta ella e hizo que el ojiazul pusiera ambas manos en los glúteos para darle más espacio. Naruto obedeció aunque con algo de pena, y Sasuke lo preparó con la lengua hasta los primeros suspiros de su pareja, entonces comenzó a meter casi todos los dedos de su mano, lo más profundo que pudo y acarició sus paredes con suma delicadeza.
 
 
Una vez listo todo, aún con los pantalones puestos, sacó su pene y lo metió con mucha suavidad casi desesperante, haciendo a su rubio temblar y en algún momento pedir más.
 
 
Aún faltaban algunas horas para que amaneciera, no tenían prisa en realidad, querían disfrutar del contacto lo más posible. Sasuke tomó de los muslos al doncel y subió sus piernas para que éstas quedaran al aire mientras se acostaba más sobre el otro y las embestidas se profundizaban. Naruto lo abrazó y gimió como pocas veces había gemido, sin pena y liberando en ellos toda la tensión de las sensaciones.
 
 
Los dos se vinieron no mucho después, pero no había rastro del sol y tampoco estaban satisfechos. Sin separarse, cambiaron la posición y Sasuke terminó sentado en posición de loto mientras que Naruto rodeaba la espalda de Sasuke con sus piernas.
 
 
-Ésta vez, no debemos de dejar de vernos, ni un solo momento, así que no cierres los ojos y déjame ver tus ojos cuando te haga llegar al orgasmo-
 
 
-Lo que dices es en verdad muy romántico-ttebayo-
 
 
Sasuke comenzó a moverse, de forma en que las zonas erógenas del otro pudieran ser estimuladas, y Naruto rápidamente se volvió a excitar. El demonio, que veía hacia arriba el rostro de su amado, se lo imaginó en esa misma posición pero con un rubio embarazado y con el abdomen hinchado, con un vientre de 7 meses, e imaginarlo tan redondo lo excitó aún más. Se movió con más rapidez y profundidad hasta sentir un lugar sobresaliente que provocó en Naruto un choque que desencadenó en temblor y gritos, pero el chico kitsune nunca dejó de mirar los ojos azabaches del otro, transmitiéndole así el placer y el deseo que estallaba con cada embestida a su punto.
 
 
-¡SASUKE… SASUKE… SASUKE!- Hacía muecas parecidas al dolor, pero también tenía mucho de éxtasis en ellas, y todas las sensaciones parecían incrementar con tener los ojos abiertos, aunque acuosos y semi cerrados. De esa forma ambos podían “saber” lo que sentía el otro y en qué intensidad.
 
 
-Dobe… mi dobe...- El Uchiha se mordió un labio mientras todo aceleraba, de nuevo las pequeñas corrientes llegaban hasta su bajo vientre que posiblemente estaba listo para explotar en cualquier momento.
 
 
El doncel creía que no iba a poder con su propio cuerpo, sus uñas se encontraban encajadas en la dura piel del azabache y los dedos de sus pies arraigados a las cobijas de la cama que con ciertos movimientos eran separadas del suelo y terminaban en los hombros blancos del Uchiha doblándose en el aire mientras toda la habitación se llenaba de sus chillidos y gemidos. Él tampoco aguantaría más.
 
 
De pronto llegó un momento en donde sintieron que todo aquello que los separaba ya no existía, ni el cuerpo, ni la mente, ni el espacio. Fue una conexión que no duró ni medio segundo pero se sintió como una corta eternidad, antes de regresar de golpe y sus cuerpos no pudieran soportar y terminaran cayendo uno junto a otro sumidos en las sensaciones post-orgasmo y en sentir sus propios fluidos correr por su piel y terminar en la cama, completamente embarrados del otro.
 
 
El sol salió como una sentencia de muerte, Naruto ya estaba demasiado cansado y no tardó en quedarse profundamente dormido. Entonces Sasuke sabiendo que le llegó su hora, besó a su amado doncel en los labios y en la frente antes de desaparecer del hospital.
 
 
No muy lejos de allí, cerca de un cementerio, Sasuke se encontró con Sai esperándolo.
 
 
-¿Qué pasó?-
 
 
-Lo embaracé-
 
 
-Vaya idiota-
 
 
 
-Pero no me arrepiento… Sai, nunca te lo dije antes pero… gracias, por todo-
 
 
El demonio con blusón corto negro, observó con gran sorpresa al otro, que sonreía antes de que la vida prestada que se le había concedido expirara.
 
 
Sasuke comenzó a toser grandes cantidades de sangre, de su pecho se abrieron pequeños agujeros que mancharon sus ropas y por último, cayó al suelo, como un cadáver que comenzaba a pasar por un estado de fermentación previo a la putrefacción, y Sai hizo una mueca triste.
 
 
-Nunca me gustó verte “morir”-
 
 
Y en otro sitio más, exactamente en el hospital. Naruto despertó como si de repente hubiera recordado algo que creía olvidado, o algo de que se dio cuenta que le estaba faltando y miró a su lado; vacío.
 
 
Llevó una mano a su vientre y lo acarició con ternura.
 
 
-Ahora sólo somos nosotros dos, pero descuida, te protegeré… y si un día alguien trata de dañarte. Juro que… lo mataré-

Oni KokoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora