Capítulo 3: School Days 1/2

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El despertador sonó como todas las mañanas, se removió un poco en su cama y estiró su mano para alcanzar su celular, no lo encontró así que comenzó a buscarlo con el tacto de su mano que se desplazaba por la sábana sin ningún resultado, y la alarma no dejaba de sonar. Derrotado, Naruto abrió sus ojos, hallando el espacio donde se supone que siempre estaba su celular, vacío. Se levantó y sentó, encontrándose en frente a Sasuke, con el celular en su mano.
 
 
-Levántate ya dobe, o si no se te hará tarde-
 
 
El rubio con expresión semi dormida observó al demonio de cara burlona, hizo mueca de desagrado y se quitó el edredón de encima, se levantó con pesadez y fue hasta él, tomó su móvil y se lo arrebató, apagando al fin la alarma que sonaba una canción hasta hace poco de moda.
 
 
-¿Nadie te ha dicho que tienes mal gusto musical?-
 
 
-¿Nadie te ha dicho que es irrespetuoso meterse a los dormitorios ajenos?-
 
 
Sasuke sonrió de lado, viendo cómo el otro caminaba hacia su clóset, sacaba su uniforme, arreglaba su cama y se metía al baño, cerrando la puerta desde adentro. Él se acostó en la cama, completamente vestido ya para la escuela esperando que el rubio se terminara de bañar, mientras hurgaba en el celular con protector naranja de su humano, viendo las fotos que había tomado, fotos de sus amigos, de gente y de flores o animales. Según él, todo allí era increíblemente patético, eran sólo idioteces, fotos que sólo mostraban el lado rosa de su vida, y la mayoría ni siquiera eran parte de esa vida. De pronto encontró algo que no creyó encontrar en el álbum de una persona… a él. Él se encontraba tomando nota en la clase de historia, de perfil y con su típica expresión seria.
 
 
Una muy leve sonrisa se asomó de su boca mientras Naruto salía ya vestido, secándose el cabello. Lo observó con reproche por estarse acostado en su cama y con su celular en las manos.
 
 
-No sabía que te habías encariñado tan rápido de mí- Dijo burlón mostrándole la fotografía.
 
 
-No sabía que esa apariencia de niño serio y responsable era una mentira, en realidad eres todo un teme-
 
 
Una semana ya había pasado, siete días completos y ya habían comenzado a comportarse como si vivieran juntos desde hace mucho. Hoy apenas iniciaba el día 8.
 
 
Todos los días se iniciaban con Sasuke robando el dichoso móvil de la cama, o despertando al rubio 5 minutos antes destapándolo de golpe. La primera vez sólo se había recostado junto a él, y cuando Naruto despertó, se giró para estirar sus extremidades dormidas hasta que se encontró con Sasuke frente a frente, sacándole un buen susto. La segunda vez fue parecida, el pelinegro no lo despertó del mismo modo, pero cuando ya se estaba quitando la ropa, se le apareció observándolo desde el piso, tirado a lo largo de la alfombra peluda que había cerca de la cama y haciéndolo gritar otra vez.
 
 
-Esa cara es una real, todo en mí es auténtico, sólo que muestro cada faceta dependiendo con quién me encuentre, no como tú, pequeño zorro mentiroso-
 
 
Naruto llegó a su tocador cuando se giró sólo un poco lanzándole una mirada de desagrado antes de seguirse arreglando, ignorándolo completamente.
 
 
-¿De nuevo te reprimes? Sé que por dentro quisieras romperme la naríz por ser un entrometido… Eres un ser violento e indomable dobe… una entidad que no se guarda nada y que explota iracundo ante una provocación… pero mírate, tan tranquilo, sumiso, débil y delicado… ¿Realmente no te frustra eso? ¿Aparentar ser algo que no eres?-
 
 
-Cállate Sasuke…-
 
 
-Vamos no te contengas, explota, deja que la ira te domine y te dé fuerza-
 
 
Pero el rubio sólo fue hasta la puerta y salió, azotándola una vez afuera. Sasuke suspiró molesto, el dobe era un zorro demasiado obstinado y terco, ¿cómo doblegar algo tan contradictorio? Se sometía ante todo el mundo por fuera pero por dentro la bestia respondía molesta sin dejarse amedrentar nunca. ¿Qué era aquello que reprimía tanto al doncel de ojos azules como para negarse a la libertad? Debía averiguarlo y pronto.
 
 
Naruto caminaba tranquilo, pero haciendo presión en su mandíbula, todo para aparentar nunca haber tenido la desagradable charla con Sasuke. Una vez llegando a las escaleras encontró a Yamato con su mochila y abrigo, haciendo que todo lo demás pasara a segundo plano.
 
 
-¿Cómo durmió hoy señor amo?-
 
 
-Bastante bien Yamato-
 
 
-Me alegro, abajo lo esperan unos canelones de chocolate y fruta de desayuno, recuerde siempre que la mente necesita muchos azúcares para pensar-
 
 
-¡Hai y muchas gracias!-
 
 
Aceleró el paso emocionado, su comida reposaba en su asiento, brillante y encantadora. Todas las mañanas, aunque fueran siempre iguales, eran el momento del día cuando se encontraba con aquellos que lo querían y se lo demostraban con sus queridos y amables gestos. Comió su desayuno con una taza de leche tibia y una vez terminado todo fue hasta la puerta, se puso sus botas, abrigo y se colgó su mochila antes de salir como todos los días.
 
 
Sentir el viento frío sobre su cara no era algo muy agradable para cualquiera, sobretodo para él que se consideraba alguien friolento, pero también sentía que ése viento lo despertaba y espabilaba sus sentidos. Cuando llegó al enrejado de su escuela, la misma tonada de su celular sonó. Sasuke se encontraba detrás suyo, muy cerca.
 
 
-¿En serio te gusta esta clase de música?-
 
 
-Tiene un ritmo pegajoso y la voz de la cantante me gusta-
 
 
-Recuérdame enseñarte buenas canciones de buenos cantantes-
 
 
Sasuke se hizo a un lado, y pasó por detrás de Naruto dando vueltas alrededor de él, devolviéndole el celular. Naruto lo tomó y guardó, cuando se giró para ver al pelinegro, ya no estaba por ningún lado.
 
 
Caminó por los pasillos de siempre hasta su lugar y se sentó dejando sus cosas en el escritorio, cerró los ojos un par de segundos tranquilizando su respiración luego de la caminata mañanera y entonces escuchó la silla de al lado moverse, a su lado se encontraba otra vez Sasuke sacando sus útiles.
 
 
-Oye, se supone que en esta clase Hinata se sienta a mi lado-
 
 
-No creo que a ella le importe, el asiento junto a Lee está vacío-
 
 
-Pero…-
 
 
-Dobe, sabes bien que ella no dirá nada-
 
 
-¡Claro que sí! ¡Es su lugar!-
 
 
-Claro que no, y para probártelo, esperaremos a que los demás lleguen. Al final de esta clase, yo seguiré sentado justo aquí-
 
 
Los pasos de alguien más se oyeron y encontraron en la entrada a Hinata, ella los miró un tanto sorprendida, ya que de nuevo, Sasuke se encontraba con Naruto, y parecía estarse muy cómodo sentado en su lugar. Así que algo deprimida, saludó a su rubio amigo y fue a sentarse al asiento vacío junto al de Lee.
 
 
-¡Hina-chan, no deberías sentarte ahí, éste es tu lugar!-
 
 
-N-no es necesario Naruto-kun, si Uchiha-kun prefiere estar contigo no hay problema, puedo sentarme junto a Lee, justo atrás, así que tampoco es gran diferencia- Dijo ella muy tranquila y amable.
 
 
-¡Demo Hina-chan!-
 
 
-Ya la escuchaste dobe, si a ella no le importa no deberías de hacer una rabieta, madura-
 
 
Había veces en que Hinata sentía que debía ser más imperativa y pelear por lo que quería o consideraba suyo, o al menos decir algo, últimamente esa escena se estaba repitiendo mucho, y Naruto también lucía más irritado.
 
 
Sasuke se inclinó hacia el frente y entrelazó sus manos, luego las puso en la mesa y se recargó en ellas, sereno y elegante mientras Naruto se tragaba los insultos que quería bombardearle, sólo provocando que éste le sonriera de lado, sabiendo que únicamente el rubio podía ver su expresión burlona.
 
 
-¡Hola a todo el mundo!-
 
 
-¡Lee-kun!-
 
 
El joven Lee entraba sonriente hacia sus amigos, hasta encontrarse con que Hinata y Sasuke habían intercambiado lugares otra vez. Luego de pensarlo un poco mentalmente, probablemente el cambio se había hecho porque a Hinata no le agradaba mucho tener a una presencia oscura detrás de ella, y la verdad, a él tampoco le agradaba tener a alguien así como compañero, pero Naruto parecía soportarlo y defenderse bastante bien, aunque sea sólo haciendo caras extrañas cada vez que reprimía un enfado. Sinceramente, sentía que su compañero Naruto estaba más apto para ser compañero de alguien como ese Uchiha, que Hinata y él juntos.
 
 
 -Hinata-san, veo que hoy volveremos a sentarnos juntos- Dijo él mientras tomaba asiento.
 
 
-Eso creo Lee-kun, ¿dime, no tuviste problemas para llegar verdad?-
 
 
-Ni uno solo, pero al parecer muchos de nuestros compañeros sí los tendrán, supe que hubo un accidente que paró el tráfico, hace unos minutos, a pocos kilómetros de la escuela-
 
 
-O qué horror, espero que mi chofer no haya pasado por eso, y qué bueno que tú te hayas salvado de eso, me preocuparías mucho-
 
 
-¡Tranquila Hinata-san, mi llama jamás se extingue, puedo sobrevivir a cualquier cosa!-
 
 
El comentario tan entusiasmado de Lee hizo sonreír a Naruto.
 
 
-Sí claro, señor invencible- Canturreo.
 
 
-Aún no soy invencible… ¡Todavía me queda un largo camino por delante para en serio volverme invencible!- Gritó, provocando otra risa, más sonora, en los dos amigos. Sasuke en cambio pareció ignorarlos todos esos 20 minutos que aún faltaban para las clases.
 
 
Después, poco a poco estudiantes comenzaron a llenar el salón, casi todos hablando del tráfico mañanero y de un accidente de autos, unos desesperados pensando en que perderían la clase, prefirieron irse caminando a la escuela, otros tuvieron más suerte y lograron llegar levemente tarde. Más o menos cuando la mitad del salón se reunió ahí, el profesor de geografía llegó. Era un profesor relativamente joven que siempre tenía un palillo en la boca, llamado Genma, conocido por ser tranquilo… pero con una memoria envidiable, porque para aprenderse cada capital de cada estado de cada país, era lo que lo había hecho profesor de aquella escuela.
 
 
-Muy bien jóvenes, hoy veremos recursos petroleros y sus mayores yacimientos en el mundo… ¿Por qué hoy hay tan pocos? -
 
 
-Hubo un choque a unos cuántos kilómetros, muchos siguen atrapados allí- Dijo Hinata luego de levantar su mano.
 
 
-O qué pena, háganme el favor de prestarles sus apuntes de ésta clase cuando lleguen- Dijo en forma grupal para que todos oyeran y entonces comenzó a dar su clase.
 
 
Cuando terminó, el profesor tomó unos mapas que había pegado y se retiró, los alumnos también ya que en esos momentos tocaba educación física. Fueron a sus casilleros a cambiarse el uniforme, otra vez Naruto tenía que usar esos pantalones cortos que tanto detestaba, con el horrible frío que hacía afuera por los recientes e inexplicables días lluviosos, Lee se había puesto su uniforme increíblemente rápido.
 
 
-Oigan, ¿esperamos a Sasuke-kun para irnos con él?- Preguntó la siempre amable chica. Lee y Naruto hicieron muecas.
 
 
-B-bueno… si ustedes quieren- Decía Lee, internamente esperando no tener que ir con él y su aura de ultratumba hasta las canchas. Prefería irse con las “buenas vibras” de sus amigos y prepararse mentalmente para su clase favorita.
 
 
-…No creo que sea necesario, conociendo un poco a ese teme, seguramente ya se nos adelantó-
 
 
Los dos amigos se giraron un poco para buscar a Sasuke entre tantos compañeros pero no lo encontraron. Naruto sabía bien que Sasuke sólo desaparecía y volvía a aparecer donde le viniera en gana, y seguramente ya se encontraba en la cancha de futbol junto a la piscina presumiendo lo bien que le quedaba el uniforme, no como a él, que era demasiado holgado y con el agua o sudor se pegaba y transparentaba, lo cual le molestaba mucho.
 D-de acuerdo, vayámonos ya- La joven comenzó su ida,  seguida de otros tantos.
 
 
Cuando llegaron a la entrada de la cancha de futbol, Sasuke ya se encontraba allí bien vestido con su uniforme, y tal como fue la predicción de Naruto, el uniforme le quedaba muy pegado, remarcando los músculos bien definidos de los brazos y las piernas, y la posición en la que estaba justo con medio rostro oculto por la sombra de la entrada y dándole la espalda a la luz del día lo hacían lucir interesante y misterioso, era impresionante cómo lograba hacer suspirar a las chicas y a algunos donceles, podría decirse que era muy obvio que todos ellos se sintieran atraídos, se dejaban engañar por el físico sin importarles lo bastardo que pudiera ser. Al menos eso era lo que Naruto pensaba, a pesar de observarlo y sentir de nuevo esas estúpidas mariposas que sintió el primer día que lo vió en su forma humana, observándolo con sus helados ojos negros. Pero sabía muy bien cómo disimular, además de que la furia reducía hasta el mínimo la belleza mística de su nuevo compañero.
 
 
Sasuke levantó la cabeza e hizo un corto contacto de ojos negros a azules, caminó hacia él y se posó entre Hinata y Naruto relegando más a la chica. El doncel quiso protestar, pero en ése instante, el profesor más excéntrico de todos hizo acto de presencia.
 
 
Muchos rumores corrían alrededor del entrenador, uno de ellos era que alguna vez fue un cirquero ruso que escapó de su circo y que consiguió volverse maestro de deportes y atletismo por sus habilidades de equilibrismo y contorcionismo. Otros decían que el profesor alguna vez fue un militar entrenado en Afganistán, Brasil y Korea, pero luego de pelear en alguna guerra en el desierto le había averiado un poco la cabeza y ahora sólo podía enseñar en una escuela como profesor. Había más rumores al respecto, unos más lógicos que otros, y tal vez cada uno tuviera aunque sea una pizca de verdad. No era conocido por su crueldad ya que nunca se enojaba realmente, o al menos hasta donde sabían, siempre gritaba a menos que diera sus discursos extraños, parecía adicto al entrenamiento, a fortalecerse. Muchos se preguntaban si consumía esteroides, bebidas para aumentar la musculatura o alguna otra droga, era bastante fuerte y flexible, no habían escuchado en ningún lado de alguien que lo hubiera vencido, ni siquiera cuando competía con atletas que practicaban un deporte y eran transmitidos en televisión jugándolo les era imposible, muchos temían a su gran fuerza, pero en realidad no era un mal profesor, hacía comentarios extraños acerca de la “Llama de la Juventud” , siempre impulsaba a sus alumnos a seguir esforzándose, era bastante amable y comprensivo, no obligaba a Hinata (que por su condición física se le prohibía realizar ciertas actividades)a hacer completo un exhaustivo ejercicio que fuera demasiado para su débil circulación y algunas veces se le veía tomando café junto a Kakashi-sensei animadamente… Sin embargo, era probablemente el profesor más estricto, por sus fuertes y agotadores entrenamientos en donde siempre llevaba a cada alumno a su límite físico. Por eso mismo era el profesor favorito de Lee y había adoptado de él muchos modismos, el esfuerzo casi inacabable y la actitud positiva ante la vida.
 
 
-¡Alumnos míos! ¡Qué bello día es éste, el invierno se cernirá sobre nosotros y nos dejará ver el manto blanco que anualmente siempre nos concede!-
 
 
El hombre medía al menos 1.85 metros, tenía facciones rudas, pero una enorme sonrisa blanca y muy bien cuidada, sus ojos negros no eran gran cosa, lo que hacía a la gente a voltear a verlo a la cara eran sus espesas cejas, tan negras como el resto de su cabello, que tenía un corte de tazón, justo igual al que Lee siempre usaba. Normalmente vestía con una especie de leotardo verde con el cual solía hacer ejercicio, su piel levemente bronceada indicaba que casi siempre se encontraba al aire libre. La primera vez que Sasuke lo vio hizo una extraña mueca de asombro e incredulidad y esta aumentó al ver la condición física de su nuevo maestro, y eso hizo reír mucho a Naruto, aunque disimuladamente para que nadie se diera cuenta.
 
 
-¡Buen día Gai-sensei!- Gritó Lee, imitando el tono tan lleno de vigor de su maestro.
 
 
Sasuke aún no se terminaba de acostumbrar a ése sensei, toda su aura parecía repelerlo, justo como los repelentes químicos o naturales hacen lo mismo con los mosquitos, por mucho que odiara tal comparación.
 
 
-¡Hoy iniciaremos como siempre con 20 vueltas alrededor de toda la cancha a trote, después 30 sentadillas, 40 saltos cortos, 50 abdominales y cinco minutos de estiramientos! Espero que con el calentamiento previo les sea más fácil doblarse… Hyuuga, tú sólo harás la mitad del  calentamiento, pero harás todo el estiramiento.-
 
 
Las caras se los presentes comenzaron a deformarse haciéndose expresiones asustadas o pálidas, los jóvenes alumnos tal vez nunca se acostumbrarían a los calentamientos de Maito Gai-sensei, la mayoría los encontraba fatales, angustiantes y agotadores… menos Lee, quien en ésos momentos ya había comenzado a moverse de un lado a otro listo para comenzar a trotar.
 
 
El profesor dio la orden de comenzar y todos empezaron a correr alrededor de esa cancha de futbol de considerable tamaño, Naruto trataba de mantener el paso sin cansarse mucho, junto a él, Sasuke no parecía hacer mucho esfuerzo, Hinata estaba justo detrás de ellos, y hasta el frente de todos, Lee gritaba moviéndose a una velocidad sorprendente, pero no muy alejado de los demás para no romper la regla del trote y correr. Cuando la mayoría ya habían recorrido unas 10 vueltas, Hinata ya se encontraba muy cansada, su camisa estaba algo sudada y su rostro un poco rojo. Se quitó del camino y se fue a sentar a unas largas bancas a descansar un poco. Cuando subió su rostro para ver a sus amigos, se encontró la típica escena de Lee hasta el frente como si apenas hubiera empezado, a la mitad del grupo estaba Naruto, ya comenzando a sufrir el agotamiento. Luego quiso buscar a Sasuke que se había estado “juntando” con ellos, pero después de dos vueltas completas vigilando a cada uno de los estudiantes, nunca lo encontró.
 
 
-Qué raro… él comenzó con todos nosotros-
 
 
Cuando el trote terminó, todos se pusieron a recuperar la respiración, Lee seguía trotando en su lugar lleno de energía, y entonces, saliendo de entre los demás alumnos, Sasuke. Caminó hacia Naruto que se sostenía de sus rodillas y normalizaba su respiración, Sasuke, que estaba perfecto sólo se le quedó viendo, como si estuviera esperando que se recuperara.
 
 
Hinata se reincorporó con los demás mucho mejor, Gai regresó y les ordenó alinearse, entonces dio la orden y las 30 sentadillas comenzaron. De nuevo todos se pusieron a trabajar, y a la sentadilla 15, Hinata se dejó caer arrodillada jadeando mientras los demás seguían. Se levantó y se sentó unos metros alejada, de nuevo, no vio a Sasuke hasta que el ejercicio terminó.
 
 
-¡Me alegro de verlos tan enérgicos, las clases pasadas al fin rinden frutos, ninguno se ha desmayado!- Decía el alegre Maito Gai.
 
 
-¡Sensei, esto no es nada! ¡Podemos volvernos, mucho, mucho más fuertes!- Secundaba Lee sin dejar de hacer las sentadillas, y fue el primero en completar las 30.
 
 
El profesor no podía estar más orgulloso de su estudiante favorito… le recordaba su infancia cuando siempre quería ser más fuerte y mejor persona. Así que cuando todo el mundo acabó, les dejó un par de minutos más para que se recuperaran, no quería que sus rodillas se entumecieran.
 
 
Naruto estaba sentado en el suelo sobándose sus piernas cansadas, junto a él, Sasuke también se encontraba sentado, observando hacia la nada con expresión tranquila.
 
 
-¿En serio no te cansas?- Le susurró Naruto.
 
 
-No, después de la diez me aburrí y me fui- Le susurró igual mientras le sonrió de lado. Haciendo que el rubio se pusiera rojo de ira.
 
 
-Teme irresponsable- Era lo único que podía decirle ahora, Sasuke sonrió abiertamente, sólo para él.
 
 
-Dobe, hacer ejercicio no es mi trabajo, además me gusta verte sudar, se te transparenta la ropa y necesitaba de un buen ángulo-
 
 
Naruto se sonrojó de golpe y se quedó mudo, Sasuke estiró una de sus manos y tocó su rostro con sus blancos dedos, acarició sus mejillas con suavidad  y eso puso más nervioso al doncel, hasta que de repente Sasuke pellizca uno de sus cachetes y lo estira.
 
 
-Era broma dobe, ahora pon atención que el profesor volverá a hacernos trabajar en cualquier momento.-
 
 
Naruto lo fulminó con la mirada y se le bajó el color, otra vez Sasuke actuaba como bastardo estirado y lo confundía.
 
 
El hombre se puso enfrente y dijo.- ¡Pónganse de pie y comiencen a saltar!-
 
 
-¡Hai, Gai-sensei!- Dijo Lee, quien en realidad nunca se sentó a descansar, los demás compañeros casi se pararon de un salto y todos, incluyendo Hinata y Sasuke comenzaron a saltar. Para cuando todos terminaron, Gai no les dio tiempo de descansar, ordenó que inmediatamente hicieran tres filas intercaladas y comenzó a dirigir el estiramiento, primero con las piernas, luego los brazos, las falanges de los dedos, el cuello y la cabeza, las rodillas e incluso los codos. Gai no sólo podía alcanzar sus pies con las manos fácilmente, también podía elevar las piernas igual que un bailarín profesional de ballet… cosa que había esparcido otro rumor sobre él donde era miembro de una compañía de ballet internacional pero fue expulsado por tener movimientos muy toscos.
 
 
Lee, como su mejor alumno tenía una gran flexibilidad, aún no comparable con la suya, pero él estaba contento de que mejorara con tanta rapidez, Hinata en cambio… bueno, no la podía culpar, tenía una deficiencia genética, o al menos eso era lo que su padre les había explicado para que tuvieran especial cuidado con ella. Pero aún así él debía mejorar un poco su condición física, si todo el mundo la trata como si fuera de cristal su cuerpo se volvería más frágil aún. Fortalecerla un poco sería algo bueno para ella y su autoestima.
 
 
Naruto mientras tanto hacía sus ejercicios con un poco de esfuerzo, sólo podía tocar la punta de sus pies con las puntas de sus dedos, no era nada en comparación a Lee que se doblaba como si fuera una de esas muñecas de plástico, pero era más flexible que la mayoría de sus otros  compañeros que apenas podían doblarse hasta las rodillas. Cuando se volteó disimuladamente para ver a Sasuke, vio que él tampoco podía alcanzar sus pies, sólo llegaba a tocarse los tobillos, pero nada más abajo. Eso le sacó una ligera sonrisa de burla, porque él era más flexible que Sasuke, sólo debía de bajar más para así mostrárselo en la cara. Haciendo uso de mucha más fuerza, pudo agarrarse los pies al fín.
 
 
-¡Oh, Namikaze, has mejorado mucho!-
 
 
Naruto sonrió ante la victoria, pensando en que Sasuke lo había escuchado y luego de verlo se sintiera molesto al ver que no podía bajar más. Cuando volvió a ver a su teme disimuladamente como antes, ya no estaba, y sólo dejó salir un leve gruñido, ahora él era quien estaba molesto y frustrado. Cuando todos se enderezaron, sintió una ligera brisa fría en la oreja.
 
 
-Qué buena vista tuve hace unos segundos, tienes unas nalgas redondas y bien formadas.-
 
 
El comentario sucio y repentino lo hizo dar un pequeño brinco.
 
 
-¡¿Sucede algo Namikaze?!-
 
 
-¡N-Nada sensei!- Volvió a mirar de reojo hacia atrás y sólo pudo ver la sonrisa seca y maquiavélica de Sasuke.
 
 
-¡Muy bien todos, hoy entrenaremos con balones, pueden elegir entre balón de futbol, volibol y baloncesto-
 
 
Los pequeños grupos comenzaron a crearse, cada uno con un balón diferente, la cancha era grande y espaciosa, y había una reja que permitía el acceso a la de baloncesto y a la de volibol. Lee eligió futbol de inmediato, Naruto iba a pedir voleibol o baloncesto, pero Sasuke se le adelantó y dijo que los dos querían también futbol, Naruto le gritó que no eligiera por él pero nadie le hizo caso. Hinata salió de allí y se colocó en un lugar seguro mientras veía a sus amigos jugar, los dos eran muy buenos, pero quien tuviera a Lee en el equipo sería el ganador. Naruto como siempre se juntó con Lee y algunos otros compañeros también, Sasuke permitió que el equipo contrario lo usara para el deporte, siempre con su cara de “No me importa” y cuando el juego empezó todo parecía que la victoria rotunda y cruel sería para el equipo en el que Lee y Naru estaban, pero en realidad el juego estaba muy reñido, habían puesto a Sasuke de portero y él detenía cada ataque, aún siendo del atolondrado y fuerte Lee, y en todo el juego, Hinata veía fijamente al Uchiha tan extraño. Parecía ausente, como si su cuerpo autómata siguiera jugando mientras su mente se perdía. Cuando Naruto llegó hasta él y pateó la pelota, ésta parecía ir directo a la cara del chico de ojos negros, entonces muy fugazmente, juró ver una sonrisa antes de que el balón se detuviera a milímetros de su cuerpo y él con una sola mano interrumpió el trayecto del balón lanzado con mucha fuerza. Cuando la clase al fín terminó, el juego había quedado en empate, cero contra cero, y el equipo de Sasuke rápidamente fue a felicitarlo. De nuevo Sasuke volvía a parecer ser un jovencito frío y de muy pocas palabras ante los halagos.
 
 
Todos se retiraron luego de la despedida de su profesor, fueron a sus casilleros donde tomaron sus mochilas y se dirigieron a las duchas. Los baños se dividían entre Varones y Doncellas/Donceles. Ambos baños tenían más de 20 duchas individuales con paredes dividiendo cada uno de los cubículos, eran blancos, muy limpios y enfrente había casilleros con toallas, donde habían dejado sus ropas. El baño de “las chicas” estaba sub dividido, por eso los donceles también iban allí. Hinata se bañaba justo al lado de Naruto, ambos tenían la suficiente confianza como para hacerlo con tanta tranquilidad, algunas chicas hablaban unas con otras, cada una en su propio cubículo, algunos donceles también, y todos hablaban de lo mismo, “Del empate Rock-Uchiha”, y de cómo los había sorprendido Sasuke con sus habilidades.
 
 
Hinata se lavaba su largo cabello mientras escuchaba todo, Naruto los ignoraba mientras se lavaba las piernas que habían sudado mucho.
 
 
-Naruto-kun…- Dijo casi en susurro Hinata, para que su voz se oyera a pesar del agua, pero no lo suficiente como para que otros pudieran escucharla.
 
 
-¿Qué?-
 
 
-Durante la clase de Gai-sensei… pasó algo extraño-
 
 
-¿Qué cosa?-
 

 

Oni KokoroWhere stories live. Discover now