Capítulo 5: Uta e

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El repentino sonido del tono de un celular lo hizo despertarse. Reconoció la canción de Gangnam Style fácilmente luego de haber visto tantos videos parodiando esa canción en youtube. Miró al dueño del celular apagarlo, pidiendo perdón y luego al profesor Asuma que lo veía de forma inquisitiva. Él se dio cuenta de que seguía entre Lee y Hinata quienes también se habían quedado viendo al mismo niño que esperaba que no le confiscaran el móvil. Parpadeó un par de veces sintiendo los párpados aún pesados. ¿Cuándo se había quedado dormido? Se talló un poco los ojos y puso una mano en su frente alejando unos delgados mechones que habían caído a su cara.
 
 
Se sentía tan avergonzado, él no era de los que se dormían en clase. No debió quedarse hasta tarde jugando a las cartas con Sasuke. Él había llegado con un paquete de cartas y le preguntó si quería jugar, Naruto nunca había jugado, nadie que conocía sabía jugar, así que Sasuke se ofreció, cuando dieron las 00:30 horas, los dos ya se habían situado en la alfombra felpuda jugando póker y Black Jack. Ahora se arrepentía, con las aburridas clases de Asuma se había dormido muy fácilmente, cuando iba a preguntar cuánto se había perdido a sus amigos, la clase terminó y se tuvieron que ir a química. Kurenai por ese entonces había comenzado un bloque de química orgánica. En realidad era más complicada que la química normal, con sólo utilizar Carbono e Hidrógeno, hacían combinaciones bastante complejas desde la simple molécula de metano a una compleja de aminoácido o ácido graso.
 
 
Hacía una semana que habían vuelto de vacaciones, Hinata se había ido a Osaka a una casa que tenían allá, realmente no fue muy interesante, pero pudo estar más tiempo con su primo Neji y su hermanita Hanabi que a pesar del riguroso entrenamiento de su padre para convertirla en la próxima líder, seguía siendo la chica dulce y alegre de siempre, que salía con ellos a las tiendas o a pasear. Le gustaba bajar a máxima velocidad por las escaleras del Osaka-jo Koen (Parque Públido del Castillo de Osaka) para llegar al altar Toyokuni y comer okonomiyaki fuera del lugar antes de utilizar el metro para regresar a casa. Un sábado tuvieron la oportunidad de ir en familia con los más pequeños del clan a un bunraku a ver una obra de marionetas tradicionales y por último pasar al Kaiyuukan (Acuario de Osaka)donde los niños se maravillaron al ver tantos peces y mamíferos.
 
 
Lee en cambio se había quedado en Tokio trabajando de medio tiempo en el bar de su madre, con los festejos navideños y de año nuevo, siempre estaban llenos de clientela y lograron juntar lo suficiente como para pagar cuatro rentas, pagaron por adelantado dos meses y el resto lo utilizaron para comprar cosas para la cena. Su fiesta de navidad no fue la gran cosa, la celebraron con los demás trabajadores del bar y recibió un par de calcetas verde y unos calentadores naranja de regalo. No hubo ninguna bebida alcohólica para él debido a que su cuerpo se embriagaba con facilidad y se ponía agresivo. Lo sorprendente era que a su edad él sólo podía vencer a cuatro personas cuando éstas intentaban calmarlo.
 
 
Cuando Lee y Hinata le preguntaron a Sasuke qué había hecho en las vacaciones dijo que había viajado con unos conocidos que no había visto en mucho tiempo, a Sicilia, Italia, cuando Lee le preguntó cómo eran las cosas allá, dijo que lindo, pero lamentablemente lleno de extranjeros y norteamericanos. Le faltó poco a Naruto para reírse de sus verdades a medias y modificadas ya que conforme avanzaba su relato, parecía estar contando más una historia que sus aparentemente lógicas vacaciones, como en un fragmento, donde contó que se había encontrado a un zorrito encerrado en una jaula de cristal por una pareja de viajeros que querían llevárselo muy lejos, pero él lo sacó de su celda y se lo llevó al bosque al cual pertenecía y se prometieron que cuando él regresara, iría al mismo bosque para ver al zorrito y volver a jugar con él y a comer pizza con peperoni.
 
 
Un rápido intercambio de miradas se efectuó entre ellos antes de que una nueva clase comenzara, como si se susurraran sin necesidad de palabras, que esperaban volver a tener otra aventura juntos como en ése día en New York. Lamentablemente, desde ése día, no habían podido volverse a escapar, pero habían pasado noches en vela con películas y videojuegos, otras veces con sólo juegos de mesa. Con todo ese tiempo de desvelos durmiéndose a deshoras y a minutos previos antes de que el sol saliera, Naruto se había desacostumbrado a levantarse y a dormirse temprano, así que estos días le habían costado mucho trabajo acostumbrarse otra vez.
 
 
Pero los desvelos y sus siestas a mitad de clase no eran lo único nuevo en sus vidas. Desde el primer día comenzó una inesperada revolución en la forma de contestar los insultos del joven Namikaze. Cuando Karin llegó de sus vacaciones en California, ella los saludó con un:
 
 
“Ash, ¿por qué tuvieron que terminar tan pronto las vacaciones? Era tan felíz sin ustedes aquí”
 
 
Naruto contestó simple y sin esfuerzo:
 
 
“Lo mismo digo, mi felicidad radicaba en la ausencia de tus comentarios poco imaginativos”
 
 
Esto descolocó tanto a la pelirroja que creyó haber oído mal y se fue a sentar a su asiento. Hinata y Lee lo observaron como si vieran a un bicho raro y probablemente venenoso. Nunca les diría que ver sus reacciones fue muy divertido. Sasuke en cambio sólo le sonrió, muy levemente, pero frente a sus amigos que también miraron a Sasuke como otro bicho raro más.
 
 
Al principio Hinata y Lee pensaron que lo sucedido había sido algo pasajero, pero el día en que Sakura volvió de Florida con un nuevo bronceado y las marcas de los lentes en los ojos, ella saludó a todos con su hipócrita voz.
 
 
“Buenos días a todos mis queridos compañeros, es un placer volverlos a ver a todos de mis relajantes vacaciones en la cálida Florida, ¿cómo les fue a todos? ¡Oh, Lee, Hinata, Naruto! ¡Hace tanto que no los veía, juro que los veo más cambiados! Ya no se ven tan deprimentes como la última vez, ¿díganme, las vacaciones los ayudaron o prefieren quedarse en sus casas y esconderse debajo de su cama? Pienso que ése sería un mejor lugar para ustedes…”
 
 
“Buenos días Saku-chan… juro que ésta vez te ves más natural que de costumbre con ése bronceado de luz artificial, es una lástima que te vayas de ese bello lugar pero, ¿qué puedo decirte? Existes aquí para llenar de aire caliente tu lugar y para maravillarnos con tu fino encanto de diva que en realidad a nadie le interesa”
 
 
El comentario dicho con lenguaje fino y lleno de sarcasmo lo hizo ganarse un citatorio que nunca llegó a ojos ni oídos de nadie, Naruto nunca se arrepintió o pidió disculpas y la mera escusa que dijo fue “Se me salió”. Por lo que en los siguientes días Sakura trató de “destronarlo” del propio lugar que él mismo había creado (aunque sin darse cuenta), como el “Príncipe del Sarcasmo”. Luego de media semana sin lograr nada trató de usar a sus jóvenes seguidores varones para ponerlo en su lugar, pero increíblemente, Lee lo protegió de ellos. El pacífico e inofensivo Lee se había puesto en el camino de los mastodontes de Sakura, y todo el mundo sabía que con Lee en una pelea, simplemente se perdía. Y al final, Naruto comenzó a ser un doncel que sin ayuda de maquillaje y séquito de seguidores, se daba a respetar.
 
 
Cuando la clase de química terminó, todos comenzaron a irse a la cafetería. El lugar empezó a llenarse de gente, no sólo de su grado, sino que de otros más, Naruto y Hinata casi tuvieron que pelear para conseguir un lugar en la fila. Con esa temporada a la mayoría le apetecía comer algo caliente y caldoso, y muchos compraron sopas instantáneas o bebidas calientes como chocolate. Sasuke como siempre comía su fría ensalada de tomates, pero ésta vez se trajo un termo son té. Lee hizo lo mismo en parte, ya que se trajo, también en un termo, sopa miso hecha el día de ayer. Hinata tomó una taza y en ella bebió el caldo de esa sopa, Naruto simplemente se comió su ramen de camarón y también se compró unos chocolates en un pequeño paquete, como siempre se sentaron en una mesa no muy alejada de la puerta, junto a una de las ventanas para recibir los rayos del sol, que por la época no calentaba, sino quemaba, pero era mejor al menos calentarse un poco y no estar siempre en la fría sombra.
 
 
Detrás de ellos, de nuevo los pequeños grupos de gente se reunieron para susurrar cosas sobre Sasuke y del nuevo cambio de actitud de Naruto, ya no había día en que esa gente no hablara casi a sus espaldas, pero a Naruto, eso no le importaba realmente, algún día tenían que cansarse.
 
 
En cambio Sasuke frunció el seño, esos idiotas no entendían que debían dejarlos en paz. Desde que entró a la escuela, él tenía que soportar los acosos de las mujeres y de algunos donceles que debido a la fama que se había hecho con sus conocimientos en clase de historia y sus grandes capacidades en los deportes, lo habían llenado de “fans”, algunos tranquilos y silenciosos, otros animados, otros muy animados, y unos pocos… rayando a lo psicótico. Lo acosaban, le mandaban miradas, le preguntaban si tenía pareja y si le gustaba Naruto, con quien siempre se juntaba. Al inicio fue divertido, a algunos les rompía cruelmente sus ilusiones diciéndoles a las mujeres que sólo les gustaban los hombres y a los donceles les decía que sólo le gustaban las mujeres. Pero luego al hablar entre ellos descubrieron su mentira y se volvieron doblemente insistentes, y tales cosas tampoco resultaban invisibles a los ojos de los varones. Algunos le preguntaban sobre sus gustos, otros pedían consejos para hacerse “irresistibles”  tanto como él, y otros se quejaban con él, celosos de que su amiga o amigo se fijaba más en el pelinegro que en su propio amigo.
 
 
Había cosas que él podía soportar y otras que simplemente le eran insufribles, y tal vez lo más insufrible era cuando la escolta de Sakura y Karin llegaban a hacer sus tonterías. Él mismo había tenido que decirles que la razón por la que no miraba a nadie era porque en primera según él, todos estaban horribles y en segunda la única razón por la que siempre se juntaba con el trío de antes desdichados, era porque parecían ser los menos molestos por muy escandalosos que fueran porque ellos nunca lo acosaban ni tampoco lo bombardeaban con preguntas sobre sus gustos sexuales.
 
 
Con eso, muchos lo dejaron en paz, preferían volverse los buenos y tranquilos compañeros y ganarse una mirada suya para comprobar su existencia que ser acosadores sin descanso que sólo recibirían desprecio del guapo estudiante.
 
 
Cuando se dieron cuenta, el receso terminó y fueron directo a la clase de Kakashi-sensei.
 
 
La semana pasada en que le preguntaron al profesor qué había hecho en sus vacaciones, dijo que se había ido a Hokkaido con una persona especial. Todas las chicas y los donceles comenzaron a preguntar quién era esa persona especial, pero el profesor los dejó a todos con la duda afirmando que el misterio era más divertido.
 
 
Una vez que terminaron con La Divina Comedia, Kakashi decidió comenzar con una nueva novela, Noruwei no Mori (“Tokio Blues”/ “Norwegian Wood”) del autor y novelista japonés Murakami Haruki, que según Kakashi, ya era hora de que conocieran autores japoneses con premios internacionales de literatura, y por lo que había dicho, muchas de sus obras estaban llenas de misticismo y tramas sobrenaturales. En la novela que ahora se encontraban leyendo, el personaje principal, Watanabe Toru habla de sus relaciones  amorosas con dos chicas con las que alguna vez tuvo amistad. Naoko, una chica bella quien al inicio fue novia de un amigo de Toru llamado Kizuki que inesperadamente se suicida a sus 17 años, y Midori, una chica extrovertida que es su compañera en clase de teatro. A muchos les pareció una novela romántica y trágica por las muertes de varios personajes y por las relaciones de Toru con ambas chicas. También observan en la novela el cambio que ocurre entre los estudiantes de Universidad en los años sesenta, los levantamientos, las quejas y cómo algunas “rebeliones” no fueron más que… según Toru, vil hipocresía.
 
 
Como siempre Kakashi-sensei casi llegó una hora tarde, y dio otra escusa barata para su retraso.
 
 
-Jóvenes, vengo a hacerles un anuncio muy especial… he hablado con otros maestros y con el director y aceptaron mi solicitud… de llevarlos a la isla Honshu a un recorrido especial que abarca Kyoto y Kobe, donde Murakami nació y pasó su infancia, ésta salida la haremos a final de mes, sé que tal vez es algo extraño salir recién regresados de vacaciones, ¿pero no sería bueno ir ahora mismo estando tan relajados? Este viaje no sería tan dramático para sus estudios y no interferiría tanto con las clases de los demás profesores-
 
 
A muchos les pareció grandiosa la idea, Kobe era una ciudad cosmopolita que a pesar de sus bajas temperaturas en invierno, había muchos baños termales a los cuales ir, se celebran festivales de moda y cómo olvidar a los cortes de carne Kobe. Extra caros, y extra deliciosos.
 
 
-¿Si vamos allá, dónde nos quedaríamos?- Dijo un alumno entre ellos.
 
 
-Sencillo, a una posada con aguas termales-
 
 
La emoción de los alumnos no era de esperarse, todos susurraban cosas acerca del viaje, algunos conocedores de la historia, sabían de las tragedias pasadas en la Segunda Guerra Mundial y sobre el terremoto de 1995. Varios cinéfilos sabían que el bombardeo ocurrido en 1945 inspiró a la premiada y trágica película Hotaru no Haka (La Tumba de las Luciérnagas).
 
 
Kakashi levantó la voz para callar a sus alborotados estudiantes y que le prestaran atención.
 
 
-Bien alumnos, después de éste anuncio, sigamos con la clase y… Uchiha-kun, su lugar es junto a Rock Lee-kun, no junto a Namikaze-kun…-
 
 
Sasuke frunció el seño. Ése profesor nunca le permitía sentarse junto a Naruto, y siempre se lo tenía que recortar hablando en voz alta mientras los demás escuchaban atentos cada una de sus palabras. En serio no le gustaba estar junto a Lee, y él sabía que a Lee tampoco le agradaba estar junto a él si Naruto no estaba entre ellos. Ninguno tenía nada en contra del otro, pero sus mismas auras eran opuestas, pero no de un modo desagradable en todo el sentido de la palabra, sino de modo incompatible, como el agua y el aceite, por decirlo así. Naru era la sustancia que los podía mantener unidos, porque, aunque tampoco le gustara la idea, también le agradaba Lee, y la débil Hinata cuyos grandes esfuerzos la ponían a sufrir desmayos si se le exigía demasiado, y sabía, que el desagradable (según él) sentimiento, era recíproco.
 
 
Al término de la clase de Literatura de Kakashi, fueron a otro taller, Música. Donde el profesor Baki, un hombre que según se rumoraba, había nacido en algún país arábigo y luego por cuestiones del destino se había ido a Nihon, también era el profesor favorito de muchos estudiantes de último año y varias veces lo habían visto hablando con tres chicos, que sabían, eran hermanos e hijos de un magnate también perteneciente de oriente medio.
-Bien jóvenes, tomen asiento, hoy seguiremos con la teoría de la música Clásica, que según recuerdo, nos habíamos quedado en la polifonía-
 
 
Todos comenzaron a escribir en sus cuadernos hasta que la hora práctica comenzó y todos agarraron un instrumento para tocar fragmentos de melodías de la antigua Grecia y Roma, luego todos a coro iniciaban cantos gregorianos. Sasuke otra vez se destacó teniendo la voz más potente de todas y que podía alzarse entre las demás clara y grave, en cambio la voz de Naruto era demasiado chillona como para que las notas se distinguieran bien.
 
 
Sasuke recibió un elogio y Naruto un regaño, cuando la clase terminó, les pidió únicamente a los dos quedarse a practicar, mientras pensaba si meter a Sasuke al coro del colegio.
 
 
-Moooo… ¿Entonces por qué yo también debo quedarme?- Una vez dado el anuncio, Naruto un poco cansado de la escuela, deseaba irse a su casa, pero estaba estancado en el taller de música escuchando las felicitaciones a su compañero.
 
 
-Porque usted jovencito tiene una voz estridente pero sé que se puede rescatar, así que lo obligaré a hacer ejercicios de dicción y guturales hasta que su tono se afine-
 
 
-¡¿Qué?! ¡¿Mi voz?!-
 
 
-Ya dobe, mejor agradece el favor que te está haciendo a ti y al mundo-
 
 
-¡¿A qué te refieres con eso?! ¡Teme entrometido!-
 
 
-¡Ya cállese señor Namikaze! ¡Esto será parte de su calificación final así que si no quiere pasar con 7 la materia póngase a trabajar con su voz!-
 
 
Naruto enmudeció al escuchar la amenaza, observó al profesor como si a éste le hubiera salido una cabeza justo encima de la otra. ¡Porque nadie en su sano juicio no pasaba música con menos de 10! ¡Es música, no matemáticas! Eso era lo que el rubio pensaba en su cabeza revuelta y llena de enmarañados pensamientos.
 
 
-Entendido…- Fue lo único que dijo, con expresión derrotada.
 
 
-Bien señor Namikaze, espero verlo en una semana cantando como gorrión y no como pato con neumonía-
 
 
-Esa fue una cruel analogía- Susurró Sasuke divertido, sonriendo de lado mientras veía de reojo a su entristecido y algo frustrado rubio que hasta hace poco había querido llegar pronto a casa y terminar la tarea de Kurenai les había dejado. Ahora regresaría sabiendo que debía afinar su voz si no quería volverse el hazme reír de otros estudiantes.
 
 
-El dobe… es decir, Naruto y yo vivimos muy cerca, yo me encargaré de asesorarlo, no se preocupe sensei-
 
 
-¿Estás seguro Uchiha?-
 
 
-Completamente,  debido a nuestra cercanía, casi todo el día lo pasamos juntos-
 
 
-No sabía que fueran tan amigos-
 
 
-Pues lo somos señor, así que si nos disculpa, creo que ya es tiempo de retirarnos, según empiezo a recordar, Naruto tiene una cita con sus familiares esta noche-
 
 
Baki observó a un nervioso rubio que observaba tenso a su compañero de ojos negros.
 
 
-¿Lo que dice Uchiha es cierto, Namikaze?-
 
 
-Ahhh… hai…- Susurró como si no estuviera muy seguro, pero Baki lo dejó pasar, él también tenía cosas que hacer como para estar viendo a dos jovencitos con relaciones extrañas.
 
 
-Bien, pueden retirarse ya, pero quiero que ambos sigan practicando-
 
 
-Por supuesto-
 
 
-Hai sensei-
 
 
Con eso los dos jóvenes salieron del colegio y se dirigieron a casa del doncel, que durante medio camino estuvo tarareando en voz baja tratando que su entonación fuera fina y constante.
 
 
-Al parecer la crítica del profesor no te hizo gracia, lo estás tomando muy en serio-
 
 
-Cierra la boca-
 
 
Un bochorno se había instalado en sus rojas mejillas luego de ser descubierto, en realidad sí se sentía mal, su voz, su canto, a nadie le gustaban.
 
 
-Te recomendaré unas cuantas canciones al regresar, practica cantándolas hasta que tu voz se parezca a la del cantante, aunque en tu caso tal vez debería poner una canción de mujer-
 
 
-Muérdete la lengua, seré doncel pero eso no me hace femenino-
 
 
-Sigue hablando mi belleza salvaje, en estos momentos estás tomando más fama que la mayoría de las mujeres en la escuela-
 
 
-¡Pero sigo sin ser femenino!-
 
 
-Hablas y actúas como una tsundere de anime shoujo-
 
 
Naruto se paró de inmediato mientras lo observaba con ira asesina, lo señaló con su dedo índice y luego comenzó a gritar y a vociferar a la mitad de la calle insultos y otras palabras altisonantes.
 
 
-¿Ya terminaste? Regresemos a tu casa- Como siempre Sasuke se mantenía como si tales berrinches fueran algo comunes, y en cierto modo, lo eran. Naruto se enojaba más por eso, porque sus gritos nunca llegaban a molestar a Sasuke, solamente lo dejaba gritar en plena calle y luego retomar su camino, eso era triste, lo hacía sentir patético y el doble de molesto.
 
 
-…Hai- Se acomodó la mochila en su hombro y siguió a Sasuke hasta casa. Cuando abrió la puerta, Yamato lo saludó con la alegría de siempre y le sirvió de comer sopa de pasta. Desde antes de que se abriera la puerta, Sasuke había desaparecido y era probable que no se apareciera por allí hasta que Naruto terminara de comer y se retirara a su habitación.
 
 
Cuando dieron las 5pm, ya se encontraba sacando sus cosas mientras Sasuke aparecía tirado en su cama revisando cosas en su celular con pantalla touch.
 
 
-¿Qué haces?-
 
 
-Bajando canciones para que las escuches-
 
 
-Nunca te dí permiso para que usaras mi celular-
 
 
-Al final me lo agradecerás-
 
 
Una hora y media después, Naruto había terminado con toda su tarea, observó a Sasuke que se había puesto sus audífonos blancos y entonces le entregó un auricular.
 
 
-Escucha, pienso que ella es perfecta para ti-
 
 
-¿Qué? ¿Quién?- Se puso en audífono en la oreja y comenzó a escuchar la voz de una mujer que hablaba en japonés, pero con pronunciación un tanto extranjera.
 
 
-Shikata Akiko, Katakoi, seguramente ella te ayudará a afinar tu voz-
 
 
Naruto comenzó a oír, la voz de la mujer era muy aguda, pero curiosamente, también muy melodiosa, serena, y su voz en conjunto con la canción lo hizo sentirse, algo extraño, melancólico.
 
 
-Nunca cantaría una canción como esa, sólo eso de escuchar a alguien pedir estar junto a una persona, amarla, pero no querer saber si la otra la quiere y prefiere seguir sufriendo en silencio a saber la verdad… me parece muy… triste y tonta, en primera, ¿a quién le gusta sufrir?-
 
 
-¿Nunca te has enamorado, verdad?-
 
 
-No, ¿y tú?-
 
 
-Tampoco… pero pude conocer a dos personas que sí… y en realidad, sí es algo trágico-
 
 
Apretó un botón y otra canción comenzó a escucharse, con la voz de una mujer, más grave y diferente.
 
 
-¿Y ella quién es?-
 
 
-Shimamiya Eiko, realmente no me atrae tanto por la voz, pero teniéndote en cuenta, tal vez, con algún milagro, tu voz pueda parecerse a la de ella-
 
 
-Jaja, qué gracia… ¿y qué canción canta?-
 
 
-En realidad no sé, la descargué de una página de canciones de anime… Oh, Superscription of Data, así se llama la canción-
 
 
Naruto se quedó escuchándola los casi cuatro minutos que duraba la canción.
 
 
-Me gusta, su canción me gusta-
 
 
-Bien, entonces ponte a practicarla-
 
 
-De acuerdo… Bájame otras canciones de ellas para así practicarlas cada día-
 
 
-Como desees, oye, ¿podría cambiar tu despertador? Esa canción ya me está hartando, no tendrás buen oído si sigues escuchando la misma canción pop-
 
 
-De acuerdo, pon una canción de Shikata Akiko, la menos cursi que encuentres-
 
 
-Okey… ¿Ne, vemos una película?-
 
 
-No lo sé, creo que debería comenzar a dormirme temprano-
 
 
-Tranquilo, no durará mucho, nos traemos comida chatarra, bebidas y nos pasamos el resto del día disfrutando-
 
 -Mmmm, está bien-
 
 
Naruto se quitó en auricular, lo dejó junto a su celular y bajó a la cocina espaciosa y muy bien amueblada, buscó entre los múltiples estantes y casi hasta el final encontró bolsas de comida chatarra y un par de bebidas embotelladas. Cerró todo y subió a su cuarto donde Sasuke lo esperaba para comenzar a ver una película que en esos momentos estaban pasando por la tele, le mostró el botín robado y se sentó junto a él.
 
 
-Están pasando Hauru no Ugoku Shiro (El Castillo Vagabundo)-
 
 
-¡Sugoi, esa película me gusta mucho!-
 
 
Se le repegó a Sasuke y le arrebató el control para subirle el volumen a la pantalla. A él le gustaban mucho las historias fantásticas, y aunque no lo admitiera, también las románticas. Pero su orgullo nunca le permitía caer bajo tales tentaciones como los abundantes doramas que exhibían siempre. Él se consideraba a sí mismo, un doncel que no seguía los patrones de los demás, pero que se enternecía ante una historia de amor conmovedora.
 
 
Sasuke… Bueno, todos habían entendido que Sasuke era un varón muy frío en muchos sentidos, sólo se interesaba en divertirse sin importarle nadie más, por algo era un demonio. Y aún junto a Naruto, a quien en verdad podía considerarlo un amigo real y sincero, el romance de la película, poco o nada le seguía importando, sólo se dedicaba a ver las partes de acción y de aventura.
 
 
Cuando la película terminó ya se había hecho tarde, Naruto se levantó a tirar las bolsas y botellas vacías, tomó su ropa para dormir y se fue al baño para lavarse los dientes. Cuando salió ya hasta cambiado estaba, se arrastró a su cama y se cubrió con los cobertores.
 
 
-¿Hoy volverás a dormir aquí o saldrás?- Preguntó el ojiazul que observaba al pelinegro con ojos cansados. Él observaba por la ventana, el paisaje nocturno y frío, y la luz de la luna era reflejada en sus cabellos ébano, como plumas de cuervo.
 
 
-No, me quedaré aquí, no tengo razón para salir-
 
 
Los ojos del otro lo observaron. De nuevo el frío negro y el cálido azul se encontraron y se acercaron. Sasuke se recostó junto a Naruto mientras una sonrisa pequeña aparecía en el rostro del rubio.
 
 
-Ne, Sasuke, ¿terminaste de cargar mis canciones?-
 
 
-Y también la alarma-
 
 
-¿Qué canción usaste?-
 
 
-Una llamada Akakakushi… pienso que ésa canción te queda perfecta- Tomó una mano morena y la acercó a sus labios… Naruto se sonrojó esperando un beso en ella, pero en vez de eso, sintió una lengua húmeda en sus dedos.- Como lo imaginé… sabes a mocoso-
 
 
Naruto ahora estaba rojo pero de ira, le arrebató su propia mano y luego se la estampó en la cara.
 
 
-¡Cállate teme!-

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Bueno mis panes de Dios 🤣
espero que les esté gustando tanto esta historia como a mi

vere si puedo subirla lo más pronto que pueda
😘😘😘💖

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