▶ V E I N T I T R É S

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—¡Karla Camila Cabello Estrabao!—chilló su mamá, asustando a ambas y provocando que la morena cayera de la cama.

Se levantó adolorida y caminó nerviosa hasta su madre.

—¡Mamá!—exclamó, nerviosa—Llegaste antes...—murmuró.

Sinuhe la miró incrédula.

—¡Por supuesto! Hago lo posible por ver a mi hija lo más que pueda.—contestó—¿Qué hace Laurencita aquí, mija?—dirigió su vista hacia la ojiverde, quien sonrió amable y levemente sonrojada.

Los ojos de Camila se abrieron ligeramente al igual que su boca, intentando explicar.

—Ella durmió aquí.—respondió sincera—Probablemente Perrie Edwars esté durmiendo con Jade en su habitación.—justo al terminar su oración, unas risas inundaron el pasillo.

Jade sonrió felíz y nerviosa al ver a su tía ahí.

—¡Tía!—clamó, velozmente caminando hacia la mujer mayor para seguidamente abrazarla.—¿Cómo estuvo su viaje?

La Cabello mayor sonrió.

—Muy bien Jade, gracias por preguntar.—sonrió, mirando a la chica rubia detrás de Thirwall.

La de ojos cafés lo notó y tiró del brazo de la ojiazul suavemente.

—Tía, esta es mi mejor amiga Perrie Edwars.—la presentó.

La rubia sonrió nerviosa hacia la mujer.

—Buenos días señora Cabello.—dijo amablemente.

Sinuhe la barrió con la mirada de arriba a abajo.

—Tienes una amiga muy bonita Jade.—la pequeña morena solo se sonrojó y Edwars sonrió tímidamente.

—Bueno, todo el mundo esta parado menos yo, me hacen sentir floja.—habló la ojiverde mientras caminaba hacia todas—Buenos días Sinu.—le sonrió cortés y confiada a la mujer, mientras la abrazaba.

—Buenos días Laurencita.—sonrió la Cabello mayor, adoraba a la pálida—Escuché que harías tortitas con chocolate, me gustaría probarlas.

—¡Oh, por supuesto!—sonrió mostrando sus dientitos de conejito—Es un honor cocinar para los Cabello.—rio mirando a Camila, quien se veía nerviosa e inquieta.

—¿Estás saliendo con mi hija?—preguntó, sin rodeos.

La morena y la ojiverde se sonrojaron, mientras Jade y Perrie se iban de ahí antes de que les hicieran preguntas incómodas también.

—No.—dijeron ambas.

—¿Y entonces porqué se besaron?—se cruzó de brazos, mientras Camila le reclamaba a su mamá por un poco de privacidad.

—Bueno, es solo un pico, se les da hasta los perros.—rio la ojiverde.

—Jauregui, ¿Me estás diciendo animal?—preguntó levemente enojada la Cabello menor.

—¡No! Es solo...—titubeó—¿Saben qué? Mejor haré tortitas y ya.—huyó de ahí, bajo los atentos ojos de las Cabello.

Una vez que desapareció de sus vistas, Sinuhe miró a su hija, esperando una explicación.
Camila la miró e hizo una mueca.

—Solo somos mejores amigas, mamá.—se cruzó de brazos—Nos tenemos mucha confianza y por eso nos damos piquitos. No es nada, como dijo Lo... ¡Lauren!—se corrigió, exaltando a su madre—Se le da a cualquiera, a los padres, tías, bebés, animales—enumeraba—, así que no es nada.

—Que lástima mija, Laurencita sería un buen partido para ti.—le dio unos golpecitos en el hombro—Bueno, vayamos a desayunar.—le sonrió cálidamente.

La morena intentó sonreír lo menos forzado posible, comenzando a bajar las escaleras para ir a desayunar.




































Perdonen las faltas de ortografía.

Digan q al menos actualicé xd

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