▶ V E I N T I U N O

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Camila bajaba de su coche rosa para entrar al Instituto, seguida de Dinah.

—Mila, ¿Qué tal si vamos hoy de compras, uhm?—le preguntaba a su mejor amiga, entrelazando sus brazos.

La morena lo meditó unos segundos, escuchando mientras tanto el clop-clop de sus tacones y después de unos segundos le sonrió.

—Seguro.—le afirmaba, entrando a su salón de clase.

La polinesia se chocó los cinco con ella misma mentalmente.

—Perfecto.—fue lo único que dijo, sentándose junto a su mejor amiga.

Rápidamente sacó de su bolso café su móvil, mandando un mensaje a Sabrina de que lo había conseguido.

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El celular de la rubia vibró, pero fue abruptamente ignorado, ya que su portadora estaba completamente sumergida en una sesión de besos con su mejor amiga.

Volvió a vibrar y ante la insistencia, se separó algo molesta para revisarlo. Sonrió cuando vio que eran buenas noticias y se lo mostró a Rowan.

—Genial, ahora solo debo yo de convencer a Lauren y...—fue interrumpida por la castaña, que la estaba besando.

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Lauren se encontraba desayunando con una animada Perrie.

—¡Y Jade estornudó y fue tan lindo como un gatito!—terminaba de relatar sonriente.

La oji verde rio ante eso y tomó una papa frita.

—¿Te gusta, eh?—preguntó, mordiendo la papa y observando como su amiga se coloreaba de rojo.

Mientras tanto, en otra mesa se encontraban Camila y sus seis chicas, sumando a Dove y Rowan. Comían y charlaban animadamente sobre ropa y colores.

Dinah entrecerró los ojos.

—¿Qué te pasó ahí, Row?—preguntaba a la castaña, apuntando hacia su cuello donde había un hematoma.

Rowan instantáneamente llevó su mano ahí.

—Oh, eh, supongo que fue por algún bicho, ya saben, ayer estaba sentada en el césped.—respondió algo nerviosa.

Pronto Sabrina apareció y se sentó a su lado.

—¿Qué hay?—saludaba sonriente.

—Hola, bicho.—saludó también una divertida polinesia, haciendo reír a todas en la mesa, exceptuando a la rubia futbolista.

—No entendí.—hizo una mueca.

La castaña se acercó a su oído y susurró.

—Me dejaste un chupetón en el cuello.

Ante ese comentario, sus ojos buscaron y efectivamente encontraron un hematoma. Miró a su mejor amiga y se disculpó con la mirada.

—¿Dónde está Lauren?—preguntaba Sabrina.

—En la mesa de la esquina, junto a Perrie.—respondió Jade, mirando en esa dirección y sonriendo al ver a la oji azul hacer muecas por su bebida.

La rubia futbolista se paró y fue rápidamente hacia ellas, saludando al llegar.

—¡Hey chicas!

—¡Hey!—saludaban sonrientes.

—Lauren, me preguntaba si podías acompañarme hoy al centro comercial. Quiero comprar un nuevo balón de fútbol y tu tienes buen gusto.—guiñó.

Un Chicle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora