Capítulo 30

Mulai dari awal
                                    

Mi mano temblaba pero logré ponerla sobre la tapa que cubría la bandeja.

Respire hondo y quite la tapa.

Caí de mi silla sin poder controlarme.

—¡Alex! —dije horrorizado.

Era su cabeza recién cortada y adornada con algunas especias verdes, estaba sobre la bandeja. Sus ojos abiertos me dirigían una mirada vacía. Comprendí porque Samuel decía que las almas de las personas que morían quedaban atrapadas dentro de ellos.

—No... No —dije en voz alta mientras me cubría la cabeza con mis manos y luchaba por recuperar el control de mi respiración.

—Está recién cortada y no la cocine mucho porque quería que lo reconocieras ¿Ni siquiera vas a darle una probada? Me esforcé mucho para que te gustara.

—Eres un enfermo, un monstruo, un asesino —solté y las lágrimas comenzaron a salir por mis ojos, sentía las náuseas otra vez.

—Todo eso y más —dijo y se puso de pie.

No podía reaccionar y él se aprovechó de eso, tomo la copa que estaba sobre la mesa y a la que había visto colocarle algo y la puso frente a mi cara.

—Esto te hará sentir mejor.

Cuando se dio cuenta que no iba a beber por mi propia cuenta tomo mi rostro con su mano y me forzó a abrir la boca.

El líquido amargo bajo por mi garganta y no pude evitar tragarlo.

Tosí y trate de escupirlo pero no había nada que podía hacer.

—¿Qué fue lo que me diste? —pregunte y mi voz sonó lejana para mí mismo.

—Sera una noche bastante larga, te conviene beber algo.

Oía su voz con eco y todo daba vueltas a mí alrededor, mis sentidos se adormecieron y me desplome inconsciente sobre el piso.


Él ya no estaba cuando desperté.

Las velas se habían esfumado y la mesa estaba vacía.

Ahora todo volvía a estar iluminado por la luz de los focos y afuera debía ser de noche.

Un pitido ensordecedor resonó por toda la casa y me tape los oídos.

¿Venía de un parlante?

Levante mi mirada y efectivamente el pequeño y potente aparato estaba en una repisa muy alta.

—¿Me escuchas Rubén? —la voz de Samuel inundo la sala —No fue fácil poner esto y configurarlo así que más vale que me escuches.

—Te escuchó —dije en voz baja y para mí mismo.

—Muy bien.

¿Cómo podía escucharme él?

Miré a mí alrededor pero no encontré nada y en ese instante me percaté de que mi silla de ruedas tampoco estaba, él se la habría llevado mientras me encontraba inconsciente.

—Quiero que sepas que cualquier movimiento que hagas lo estaré viendo, por ejemplo en este momento sé que te estás tapando los oídos mientras lloras —dijo riendo con lo último y burlándose de mi estado.

—Por favor detente, no quiero jugar a esto —rogué desesperado.

—Pero si ni siquiera hemos empezado, ¿No quieres oír mi propuesta?

—¡Déjame ir por favor! —grite llorando.

Solo podía oírlo pero me lo imaginaba negando con la cabeza y sonriendo.

—Perdiste tu oportunidad cuando rechazaste mi cena así que no me dejaste otra opción...

—Sabias que no podría hacerlo ¡No es justo! —proteste golpeando el piso con mis manos de lo frustrado que me sentía.

—Nada es justo en esta vida y yo no voy a ser la excepción.

—¡Solo dime lo que quieres de mí!

—Cuando me grabaste para enviárselo a Lolito ¿Qué pasaba por tu cabeza? —pregunto de repente.

—Quería que todo terminará.

—Pensabas que podías vencerme en mi propio juego pero te equivocaste, siempre he estado un paso adelante de ti y de todos los que me han perseguido, pero solo por esta vez voy a darte ventaja aunque seguirás mis reglas...

—¿De qué estás hablando? —pregunte confundido.

—Tus amigos están en diferentes lugares de la casa, por cada uno que logres salvar conseguirás un punto y por cada uno que pierdas yo conseguiré un punto, tienes dos horas para rescatarlos y cuando el reloj llegue a las 12 y suenen los fuegos artificiales por el aniversario de los doscientos años de la ciudad, si aún no has terminado, yo ganaré.

—¿Qué pasará si yo gano?

—Suponiendo que lo logres, te irás de la mano con la gente que tanto amas y yo me marcharé para siempre y te dejare en paz, nunca volverás a saber de mí y también te prometo que volverás a caminar.

—¿Cómo sé que cumplirás con tus promesas? —pregunte desconfiado sabiendo que se le daba muy bien mentir y tenía todas las ventajas posibles.

—¿Entonces no vas a jugar? ¿Me vas a dejar ganar tan fácil?

Mi voz era temblorosa pero conseguí formular la pregunta cuya respuesta ya me imaginaba.

—¿Qué pasará si tú ganas?

Él se tomó unos segundos para contestar.

—Voy a matar a tus amigos y luego iré a por ti —dijo y al principio por su tono pareció divertido con la situación —Te cazare como a un animal, no habrá lugar en donde puedas esconderte de mí, destruiré todo lo que te importa hasta que no te quede nada en este mundo salvo yo y terminaras rogándome para que le ponga fin a tu existencia —advirtió con la voz firme y seria.

Tragué saliva fuerte y pausadamente.

Solo dos horas, sin mi silla de ruedas y bajo su vigilancia ¿Cómo se suponía que iba a lograrlo?

—Las manecillas de reloj ya empezaron a girar Rubén, si dices que eres tan diferente a mí pruébalo, este es tu momento. Se el héroe que Irina tanto necesito y nunca tuvo o de lo contrario morirás igual que ella.

Sweet But Psycho ; RubegettaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang