Sweet But Psycho ; Rubegetta

Capítulo 11

¿Cómo fue nuestra primera clase?

Al principio empezó normal aunque sentía que su mirada sobre mí era diferente. No le di muchas vueltas al tema y lo ignore.

A la siguiente clase él se acercaba a mí y comenzaba a hablar sobre su situación familiar.

Dijo que su esposa lo había engañado, que no tenía suficiente dinero para mantener a su hijo y se había visto obligado a trabajar en algo no tan legal.

En la tercera clase me besó y yo se lo permití, él me gustaba. Me dio unas pastillas que me ayudaron a sentirme más relajado.

Luego no hubo más clases solo encuentros, él me llamaba y yo iba, no importaba que estuviera en la otra punta de la ciudad.

Yo siempre estaba ahí para él, pero él nunca estaba ahí para mí.

Observe la fachada del edificio de Lolito desde el auto de Samuel.

Tenía todas las pruebas necesarias para decirle la verdad a Mónica, pero ¿Qué sucedería después?

Ella probablemente ya sabía que la engañaba y lo dejaba pasar por su hijo.

Pero ¿Y si lo abandonaba?

Era una posibilidad, una bastante grande.

Aunque a esta altura suponía que no significaba nada para Auron.

Dudaba que amara a Mónica, en realidad dudaba que pudiera a amar a algo más que no fuera a él mismo.

Sí quería golpearlo donde le dolía tenía que ir por su reputación.

Samuel me ayudó a bajar del auto y empujó mi silla a pesar de que le dije que podía ir solo.

Él había insistido y yo no había querido contradecirlo, todavía me seguía preguntando como alguien como él había accedido a esto en primer lugar.

—¿Este es el sitio? —pregunto él mientras nos deteníamos frente a la casa.

Asentí con la cabeza y los dos entramos.

Luego del viaje en ascensor nos encontrábamos delante de la puerta de su morada.

Samuel golpeó la puerta y los dos esperamos impacientes del otro lado.

—¿Estás bien? Te ves agitado —dijo él mirándome con atención.

Le sonreí y asentí, estaba volviéndome loco pero necesitaba disimularlo.

Justo la puerta se abrió y nos reveló la imagen desaliñada de Lolito.

—Rubén, joder no te había visto en mucho tiempo.

—¿Recibiste mis mensajes? —pregunte directo.

—Sí, pasen por favor —dijo haciéndose a un lado y permitiéndonos entrar a su casa.

—¿Crees que es posible? —indague, dentro del apartamento todo era un desorden de papeles.

—Me pides algo difícil —dijo él y se encaminó hasta la mesa de la sala —¿Quieres? —pregunto sirviendo una copa de vino y negué con la cabeza.

—Tengo pruebas de lo que él ha hecho...

—Lo sé —me interrumpió —Pero aunque no lo creas Auron se codea con personas importantes, es casi imposible que pueda ir a la cárcel.

—Es solo un maestro de particulares ¿Qué tan difícil puede ser? —insistí molesto.

—Bueno, hay rumores de que la policía puede estar involucrada con el narcotráfico, ya sabes algún corrupto de esos que nunca faltan y están por todos lados.