Capítulo 14

1.1K 191 163
                                    

Las palabras de Auron me habían hecho efecto entre más tiempo lo pensaba.

—Creo que oficialmente somos los peores criminales de la historia —dije apurando mi vaso con alcohol.

Samuel rio y continuo bebiendo su trago.

—Podríamos ser peores —aseguro él.

Estábamos en una parte alejada del salón pero de vez en cuando veía personas girándose en mi dirección para mirarme con curiosidad.

—¿Cuál crees que será tu siguiente movimiento?

Lo pensé unos minutos pero me negué.

—Creo que ya ha tenido bastante por hoy —opine y empine mi vaso —Realmente lo asustaste —dije sonriendo.

—Sí, esperemos que haya funcionado —comento él y cuando estaba sirviéndome otro trago detuvo mi mano —Ya has tenido suficiente tú también.

Hice una mueca de súplica pero él no dio brazo a torcer.

—Solo uno más voy a estar bien —asegure riéndome.

—¿Qué crees que dirían Miguel y Alejandro si me vieran? Se supone que debo cuidarte —recordó serio —Ya debería llevarte a casa.

—Espera, quiero algo de aire fresco —dije y el asintió sacándome del lugar.

Afuera hacía frío y apenas empecé a tiritar él me cubrió con su abrigo.

—Gracias —dije sonrojado.

No sabía si estaba más embriagado por la bebida que había ingerido todo ese rato o por el aroma de su perfume.

Lo que más me gustaba de ese lugar no solo era que tenía bebidas baratas sino que poseía muy buenas vistas de la ciudad.

—Desearía que no hubieras escuchado todo lo que Auron dijo —solté de la nada.

Quería pretender que no me importaba pero todo seguía ahí ¿Y si era verdad?

—¿Por qué? Sus palabras no significan nada, él estaba desesperado por hacerte daño.

—Ya sé, es que quizás si es cierto, quizás Irina si me veía como a un idiota, quizás Mangel y Alex creen que soy un peso...

—No lo eres —corto él con su tono decidido y poniéndose a mi altura.

—¿Cómo estás tan seguro de eso? No me conoces —dije firme, el alcohol me estaba volviendo más valiente.

Él estaba a punto de decir algo pero cerró la boca y guardo silencio como si pensara con cuidado sus siguientes palabras.

—Siento que te conozco bien, a veces siento que puedo verme a mí mismo en ti.

Nuestra diferencia de edad que había pasado desapercibida en esas horas se hizo presente de inmediato.

—No creo que sea igual a ti, tienes éxito, dinero y comodidades, yo solo tengo esta silla de mierda y estoy desempleado.

—Eres mucho más que solo esa silla.

Quería llorar, él podía hacerme sentir como yo mismo, algo que no había podido sentir desde hacía mucho tiempo.

—Cierto, pero sigo desempleado y pobre —insistí divertido.

—Bueno si es por eso yo también soy desempleado —confeso él y yo lo miré confundido.

—¿No tienes trabajo? ¿Entonces como haces para pagar tus cuentas?

—Tengo un pequeño secreto.

—¿Puedo saberlo?

—Un día lo sabrás —prometió él.

Sweet But Psycho ; RubegettaWhere stories live. Discover now