Capítulo 24

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El coche negro del hermano de _____ apareció en mitad de la noche, los focos delanteros iluminaban el camino y a los mafiosos que se encontraban a un lado de la carretera.
_____ hizo gestos a su hermano para que se acercase a ellos y pudiera verlos mejor. Al cabo de unos minutos estaba bajando del coche con un maletín médico. Para sorpresa de todos, del asiento del copiloto bajó Irene. Todos la miraron, extrañados.

–¿Qué hace ella aquí?–preguntó Sehun.

–Yo también me alegro de verte–Irene sonrió y rodó los ojos.

–Cuando me pedisteis que viniese y que cogiera de vuestro apartamento un maletín médico con el que trabajar, me la encontré allí. Estaba preocupada así que la traje conmigo.–informó.

Todos asintieron al unísono.

–Bien, ¿Dónde está el paciente?–dijo con una sonrisa emocionada. Estaba claro que ayudar a la gente era lo que más amaba en el mundo y _____ lo notó. Se acercó a él un poco y lo abrazó con fuerza, extrañando su calidez.

–Hermano–enterró el rostro en su cuello. Inmensamente agradecida. Apenas unos minutos antes lo había llamado a las cuatro de la madrugada para decirle que su amigo mafioso estaba en peligro y que tenía que venir a hacerle una operación con riesgo de muerte en la cuneta de la carretera en mitad de un bosque desierto. Pero a pesar de todo eso, él no hizo preguntas, simplemente dijo "voy". Y allí estaba, sin preguntar, sin asustarse, infundiendo fuerzas y esperanzas en ella y en todos los presentes, que eran conscientes de la profesionalidad de su hermano y de su seriedad en el asunto, a pesar de que el joven médico mostraba una pequeña sonrisa en los labios.
Ahora no se atrevía a hacer preguntas, no era el momento. Estaba calmado, o lo intentaba, las preguntas vendrían luego y _____ lo agradecía mucho.

El joven médico entró en la furgoneta seguido de Irene, que al ser enfermera podría asistirlo en la operación. Pidió privacidad y echó a todos los presentes de la furgoneta, menos al paciente. Todos, incluida _____ tuvieron que esperar fuera a que la operación saliese bien.

El silencio inundó la noche. Todos estaban nerviosos, alerta y vigilando la carretera. Una vez que retirara el collar para empezar la operación, no habría vuelta atrás hasta deshacerse del chip antes de que llegase la policía rastreando la señal. Ahora mismo deberían de estar como locos buscando por todas partes la señal perdida por el collar metálico.
El silencio era espeso, cargado de nervios y tensión en el ambiente mientras la oscuridad de la noche los acogía a todos. No se oía nada desde el interior de la furgoneta y por un momento todos temieron lo peor. Pero _____ confiaba en su hermano ciegamente. Sabía que era inteligente y capaz y que haría todo lo que estuviese en su mano para salvar a Chanyeol, indistintamente de si era un mafioso o no. Era una vida humana, lo que su hermano más valoraba en el mundo. No lo dejaría morir tan fácilmente.

El tiempo se hacía interminable, parecía que habían pasado horas y cada minuto que pasaba estaban más ansiosos, mirando al horizonte por si se veían las luces de los coches patrulla. Pero no había nada, el silencio de la noche avanzaba a medida que también lo hacían los nervios de los chicos.
Finalmente, tras lo que parecieron años, la puerta de la furgoneta se abrió de golpe y el hermano de _____ salió del interior, sudando y claramente nervioso. Todos se acercaron para ver y recibir las noticias de la operación.

–¿Cómo ha salido?–la voz de _____ sonó quebrada de la preocupación, con un nudo en la garganta.

–Habla más bajo. Necesita descansar–dijo simplemente el nuevo cirujano, con una pequeña sonrisa. Todos respiraron aliviados, soltando el aire que estaban conteniendo. _____ comenzó a llorar del alivio, abrazó a su hermano mayor con fuerza, sin poder contener su llanto. Estaba sudando y aún temblaba por la operación, pero la abrazó con fuerza también y ambos se miraron unos instantes después.

–Gracias, muchas gracias–murmuró ella, infinitamente agradecida. El mayor sonrió ampliamente y sujetó su rostro entre sus manos, limpiando sus lágrimas.

–Desde pequeña fuiste una llorona.–dijo suavemente. Ella rió un poco entre el llanto.
Durante muchos años se había sentido a la sombra que proyectaba su hermano sobre ella. Envidiosa y celosa de él. Pero aquello no impedía que lo amase y lo que aquella noche había hecho por ella, lo confirmaba todo. Eran hermanos y estaban el uno para el otro siempre.

Irene salió del interior de la furgoneta, con el micro chip en la mano. Era diminuto, con unas pequeñas patas que sobresalían.

–¿Qué hacemos con esto?–se lo mostró al médico, quién lo observó unos instantes. No obstante, parecía que la enfermera solo tenía ojos para el médico salvador.
El chip seguía emitiendo una señal, mientras tuvieran eso podrían ser fácilmente localizables. 

Yixing se adelantó a ellos y cogió el chip para lanzarlo muy lejos en la espesura del bosque.

–Subid a los autos, nos largamos.–dijo apresuradamente mientras se montaba en la furgoneta. Los chicos subieron rápidamente, esperando alejarse de aquel lugar y aquella señal lo más rápido posible.

El hermano mayor de _____ la agarró del brazo unos instantes antes de que ella subiera a la parte de atrás de la furgoneta, con Chanyeol.

–Tienes mucho que contarme, hermanita. Lo sabes, ¿No?

_____ asintió con una sonrisa agradecida y subió en la parte trasera.
Irene y el joven doctor subieron al auto que había traído este último. Irene tomó la mano del joven en un gesto disimulado y él la estrechó con fuerza. Nadie sabía qué había pasado en la furgoneta o de camino al lugar, pero aquellos dos parecían haberse unido demasiado con todo lo sucedido.

–Doc, síguenos–Yixing le hizo unas señas para que siguiera a la furgoneta y todos se largaron de aquel maldito lugar en mitad de la nada.

_____ estaba sentada en el suelo de la furgoneta, con un cinturón de seguridad precariamente construido y con sus manos sobre el cuerpo de un Chanyeol durmiente. Su rostro se asemejaba al de un niño pequeño cuando dormía, tranquilo, relajado y despreocupado de todo. Y es que ahora podían relajarse por unos instantes y reírse de la vida, de los obstáculos que les había puesto estos últimos meses y de cómo ahora, juntos, habían podido salir de ellos. _____ se permitió sonreír sinceramente, pensando en Chanyeol, en que ahora iban a estar juntos siempre. Ya no había dudas, no había miedo ni ansiedad. Ahora solo había paz, la paz reflejada en el rostro de Chanyeol y el alivio que se respiraba en la furgoneta, donde todos los mafiosos andaban perdidos en sus pensamientos, en silencio y sabiendo que a partir de ahora todo iba a estar bien.

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Bueno, llegamos al final de la historia.  Quería dar las gracias a todos los que han llegado hasta aquí. Esta es mi primera historia y para ser sincera, me ha costado bastante hacerla y terminarla. Pero es una experiencia más y la próxima espero hacerlo mucho mejor.
Espero sinceramente que os haya gustado a todos y la hayáis disfrutado tanto como yo escribiéndola.
Gracias por seguir la historia y animarme con vuestros comentarios o simplemente mirando y leyendo.
Nos leemos¡!♡

Lotto (EXO)-Chanyeolحيث تعيش القصص. اكتشف الآن