❏ 016 ▪︎ de la mano.

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JiSoo se colocó el vestido que su hermana había escogido para ella. Era color blanco roto y repleto de pedrería del tronco hasta el escote de palabra de honor que le realzaba el pecho. La tela de seda brillante era ligera y para nada incómoda, aunque tampoco le extrañaba verse bien en aquel diseño. JiYoon conocía sus gustos a la perfección.

Se observó a sí misma en el reflejo del espejo del tocador una vez más. Estaba ligeramente maquillada, con las pestañas rizadas y los ojos definidos por una fina línea negra con la que no estaba acostumbrada a verse, pero noches como aquella lo requerían. Llevaba las mejillas sonrosadas por el colorete y sus labios en forma de corazón brillaban voluminosamente debido al gloss que se había aplicado minutos atrás.

Aunque no le gustaran, tenía que decir que se le daban muy bien las reuniones de este tipo de fiestas para gente hipócrita que a los ricos les encantaba montar.

Había nacido en una familia de celebridades del mundo del entretenimiento, fingir una sonrisa durante 3 o 4 horas era bastante sencillo cuando habías pasado casi 25 años haciéndolo en casa.

Toc, toc.

Solo había una persona con modales suficientes en aquella casa como para llamar a la puerta antes de entrar.

Está abierta, Jin.

Acto seguido, la puerta se abrió y efectivamente, la figura de Jin cruzó por ella. Su cabello estaba ligeramente engominado hacia atrás, bien peinado y afilando las facciones de su rostro.

Sus ojos lo escrutaron de arriba abajo. Era inusual verlo vestido con traje, pero debía de reconocer que le quedaban como anillo al dedo. Aquello era un hecho. Sin embargo, hubo un pequeño detalle que hizo que JiSoo dejara salir una pequeña risa de sus labios.

—¿Necesitas que te eche una mano? —preguntó ella al ver el desastroso nudo con el que había atado la corbata alrededor del cuello de su camisa.

Jin esbozó una tímida sonrisa.

—Por favor.

JiSoo se levantó del diván de su tocador y caminó hasta él intentando no pisarse el vestido. Aún no llevaba puestos los tacones, por lo que era bastante complicado el no tropezarse la tela debido a su extenso vuelo.

Se colocó frente a Jin y comenzó a desatar la tela de la corbata para volver a rehacer el nudo correctamente.

Estaban cerca, demasiado cerca. Pero a Jin le gustaba aquella cercanía. No obstante, se obligaba a sí mismo a controlar sus emociones. A pesar de que le gustara tener a JiSoo cerca de él, también era peligroso.

Principalmente porque la deseaba de todas las maneras posibles en las que se podía desear a una persona.

—¿Hablaste con Namjoon? —dijo ella de la nada, en un tono despreocupado. Pero a Jin no lo engañaba, sabía sus verdaderas intenciones tras aquella pregunta, y aquello lo molestaba.

—Sí —respondió desviando la mirada hacia otro lado—, aunque no duró mucho nuestra conversación. A los dos minutos me colgó para ir a discutir con Jennie.

—Ya veo...

Hubo un breve momento de silencio. Jin miró a JiSoo por el rabillo del ojo mientras intentaba terminar de arreglarle el nudo de la corbata. Sus labios se habían curvado en una sonrisa, siempre lo hacían cuando los hermanos Kim eran el tema de conversación.

—Listo —dijo ella, alzando la mirada tras terminar de atarle la corbata. Las miradas de ambos se encontraron y Jin la desvió rápidamente avergonzado.

the gang | blackbangtan.Where stories live. Discover now