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❏ 007 ▪ hermandad.

Yoongi conocía aquella mirada de ojos rasgados, felinos y oscuros. La había visto cientos de veces desde la niñez y sabía perfectamente lo que la mirada de Kim Jennie gritaba con tan solo observarla una vez.

—Ni muerta —sentenció, sentada de brazod cruzados en uno de los sillones de terciopelo azul del club con una copa de whisky en la mano.

Jimin frunció el ceño al ver a Chaeyoung celebrando la respuesta de su líder ante la petición de unión de bandas. Odiaba verla feliz.

—Si yo me tragué el orgullo, tú también te lo tragarás, Kim.

Jennie le dio un trago corto a su copa.

—Yo no tengo porqué tragarme nada, mucho menos por una panda de fantasmas como vosotros. Además, ¿qué hablas de orgullo? Si tú de eso no tienes —finalizó con una sonrisa burlona.

—Pues yo pienso que no es una idea descabellada —habló JiSoo—. Una tregua nos puede dar muchas ventajas.

La líder de BLACKPINK enarcó las cejas.

—¿A caso te estás poniendo de su lado, unnie? —dijo Jennie con tono frío, pero suave, haciendo hincapié en la última palabra.

JiSoo suspiró levemente.

—Solo digo que si colaboramos juntos, podríamos llegar a la cabeza de todo esto mucho más rápido. Además, mientras más personas seamos, menos peligros correremos.

—El mayor peligro es tener cerca a gente en quien no confías, y yo no confío en ellos. En ninguno de ellos.

Sus ojos se clavaron en Namjoon, fija y dolorosamente. Él sintió su mirada y una aguja atravesó su corazón, sabiendo que aquellas palabras iban especialmente dirigidas hacia él.

—Jennie...

—He dicho que no —la cortó con dureza, mirando a JiSoo con el ceño fruncido—. No insistas, unnie.

JiSoo apartó la mirada y Jennie se levantó del sillón, dejando el vaso de whisky sobre la superficie de la mesa de cristal.

—Jugad a los amigos todo lo que queráis, pero no contéis conmigo para ello.

Pasó por delante de Namjoon y sus miradas se cruzaron una vez más. Fueron casi milésimas de segundos, pero pudo verse reflejado en sus pupilas. Tan claro que por un momento, Namjoon se llegó a preguntar qué era lo que aquella pequeña cabeza andaba pensando.

Y eso, lo asustaba.

—Una noche —habló Yoongi, de la nada, provocando que ella se detuviera y girara un poco la cabeza para mirarlo de reojo—. Ayúdanos solo una noche y a cambio yo te ayudaré en lo que pidas.

Taehyung frunció el ceño. Jamás había escuchado a Yoongi hablar con Jennie de esa manera tan irritantemente cercana... Principalmente, porque no fueron sus palabras, sino aquella mirada de ojos negros que la observaban como si supieran de ella todo lo que los suyos se habían perdido durante los últimos tres años.

Jennie, por otro lado, ladeó una sonrisa, tentada por la propuesta.

—¿Lo que sea, cierto?

—¡Unnie! —exclamó Chaeyoung, temerosa al sentir la sonrisa de Park Jimin en su dirección—. ¿De verdad vas a dejar que te manipulen así?

—Silencio, Roseanne —dijo la líder de BLACKPINK con sus ojos fijos sobre el joven Min—. Jennie - unnie está ocupada negociando.

La mirada de Lisa viajó de uno a otro, de Jennie a Yoongi, con cierta diversión. JiSoo, sin embargo, mantenía la vista fija en Taehyung, algo apenada al ver aquella mirada oscura en sus ojos. De seguro que no sabía nada.