❏ 011 ▪ juguemos.

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Jin volvía del baño a toda prisa cuando la puerta de la azotea de la hermandad se abrió y Namjoon salió por ella a toda velocidad, con una expresión alarmada en el rostro que indicaba claramente que algo iba mal. Su intención fue acercarse a toda prisa, pero una vez que tuvo a JiSoo corriendo tras él y tomándolo de la mano para detenerlo en su campo de visión, se mantuvo al márgen y decidió observar la escena desde la distancia, en total silencio y oculto entre el umbral de la escalera.

—Suéltame, JiSoo —dijo Namjoon con tono serio y frío, mirándola con ojos fieros y al mismo tiempo temerosos. No obstante, JiSoo se mantuvo firme.

—No. Vas a ir a buscar a Jennie y eso no es lo que ella quiere.

Namjoon se zafó de su agarre.

—Lo que quiera ella o no me importa una mierda.

Se dio media vuelta y dio un par de pasos, pero JiSoo fue más rápida y le cortó el camino poniéndose delante de él antes de que diera otro más.

—¿Ah, sí? ¿Desde cuándo? Porque hasta dónde yo sé, ella siempre ha sido lo más importante.

Namjoon suspiró a la par que apretaba la mandíbula levemente. Sin embargo, Jin había pasado media vida a su lado, y como era de esperar, ni aquel detalle pasaba desapercibido para él.

—No es el momento, JiSoo.

Ella dejó salir una carcajada muda de sus labios.

—Para ti nunca es el momento —dijo, reprimiendo la frustración en las cuerdas vocales de su garganta—. Pero eso no importa ahora. Lo que importa es que no puedes ir a buscar a Jennie, Namjoon. Si vas, nunca te lo perdonará.

—Podré soportarlo —objetó, pasando por su lado.

—¿Tanto temes que vuelva a ocurrir lo mismo que hace tres años que ni si quiera te permites confiar en tu propia sangre?

Namjoon se paró y se giró, mirándola de lado. JiSoo vio oscuridad en aquellos ojos que la miraban, fijos y sin sentimiendo alguno más que el dolor y la ira ardiendo alrededor de su iris.

—Mi hermana duerme todos los días con un arma bajo su almohada desde hace tres años, JiSoo. Si no confío en alguien, es en el mundo que la obligó a llevarla consigo.

Namjoon se giró y comenzó a caminar de nuevo. JiSoo no dijo nada. Permaneció en su sitio, callada y observando su figura desvanecerse por las escaleras a toda velocidad.

Jin se topó de frente con su líder al bajar. Ambos se miraron sin decir nada durante un breve instante. La tensión podía sentirse en el aire, estrujándolos hacia un precipicio del que se habían mantenido alejados para no caerse.

—¿Cuánto has escuchado? —preguntó Namjoon.

—Lo suficiente —dijo Jin fríamente sin expresión en el rostro.

—Bien, entonces encuentra a Park Chaeyoung y traéla hasta mí. Voy a necesitarla —su mirada se volvió oscura—. Te espero en el coche.

Jin asintió y dejó que su líder pasara. Él necesitó un segundo más antes de marcharse. Necesitó alzar la mirada y ver a JiSoo por última vez para grabar aquella expresión que tenía en el rostro dentro de su cabeza.

Una expresión que hablaba por sí sola aunque ella misma no se percatara de ello y, que como consecuencia, causó que Jin chasqueara la lengua con molestia y girara sobre los talones de sus zapatos, marchándose por el mismo camino que Namjoon había tomado.

■ ■ ■

Jimin maldijo para sus adentros mientras escuchaba la voz de Park Roseanne vomitar de fondo.

the gang | blackbangtan.Where stories live. Discover now