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JACE

No puedo creer que ella esté junto a mí, yendo a un baile y como mi pareja. Definitivamente, esto es un sueño hecho realidad, es tal como lo imaginé. Aunque esperaba otro tipo de entrega cuando llegara a su casa, así como que su padre saliera y me amenazara de muerte si algo le pasaba a su hija, pero no ha sido así. Ella parecía enojada y su padre ni siquiera las buenas noches salió a darme. He estado a punto de preguntar qué había pasado, pero he decidido que esta noche sus padres no son los protagonistas, solo lo somos nosotros.

Y como nosotros somos los protagonistas, me atrevo a decir que ella está sumamente hermosa: su maquillaje delicado, su melena perfectamente arreglada, su piel blanca y levemente bronceada, que contrasta tan bien con su vestido Y, aunque lleva tacones, no llega a alcanzar mi altura y eso gusta.

Esta va a ser una noche perfecta, una que no olvidaré nunca. No solo la voy a hacer inolvidable para mí, sino también para ella, haré que siempre que piense en este baile me recuerde y viceversa. De eso estoy seguro. Solamente quiero disfrutar todo de esta noche, no desperdiciar ni un solo minuto de este sueño.

—¿Estás emocionado? —pregunta por lo bajo.

—Muchísimo. ¿Y tú?

—Me da igual.

Mi sonrisa se borra y la miro algo confundido.

—Es broma, en realidad siento que vomitaré de los nervios, pero sí, estoy feliz y emocionada.

—Casi me asustas, de verdad me he creído que te daba igual.

—Si me diera igual, no me hubiera arreglado tanto, probablemente llevaría mi gorro de los Cowboys.

—Ese gorro es una basura por el equipo que lleva bordado, pero en ti es como un gran diamante, todo lo haces mejor.

—¿Eso se supone que es un cumplido?

—Quería que lo fuera, pero creo que lo formulé mal

Ríe con diversión y se acurruca en mi hombro.

—Tengo sueño.

—Pero si aún no hemos bailado.

—Sí, pero mi proceso de embellecimiento dura más que el tuyo. Seguro que te has metido a la ducha solo una hora antes de venir.

—Bueno, tienes razón, pero que conste que he tardado dos horas. Me fui a cortar el cabello. ¿Es que no lo has notado? —Me paso la mano por el cuello.

—Con que eso era. Ya decía yo que te veías más guapo.

—¿Has dicho más?

—No voy a subir más tu ego repitiéndolo

Sonrío y suspiro. No sé con exactitud el momento en el que nuestra relación ha cambiado. Ahora nos tratamos con mucha más confianza, como si nunca nos hubiéramos separado, y eso no me molesta en absoluto, al contrario, me encanta, porque eso quiere decir que ella se siente lo bastante bien a mi lado como para sacar su verdadero yo. Y eso es lo que siempre he querido, tener una relación a su lado libre de rigidez, toxicidad y maldad. Es tal como lo he imaginado.

Después de varios minutos hablando de cosas triviales, por fin la camioneta se detiene. Hemos llegado al salón que la escuela ha alquilado para nuestra noche de Homecoming. Por lo que puedo ver, se han esmerado mucho en la decoración exterior, ya que parece que estemos en los Óscars; hay cámaras, luces y una gran alfombra roja que llega hasta la puerta de entrada. Todo esto nos hace sentir como los perfectos seres humanos que somos, en especial a mí, me hace verme como todo un famoso, como esos que salen en las revistas, con la vida resuelta y sin problemas.

Hasta el último de mis días. [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora