-Te lo merecías. Invadiste mi territorio.- Me acusó mamá.

-Chlo, ¿estuviste en la cocina?- preguntó papá volviendo a la tierra. Sí, estaba distraído.

-No exactamente. Yo me iba a ir, pero luego ella me detuvo.- me encogí de hombros.

Luego de estar un par de horas de haber compartido un hermoso momento con mis queridos cupcakes, ah, y con mis padres, volví a estar aburrida.

Michael no llamaba, Arielle tampoco... Oh, esperen... Llamada...Mmm. Fui en busca del tonto papel que se cayó cuando organizaba mis pantalones.

Pasé mil horas buscando el estúpido papel. Yo tendré que pegar un cartel en mi habitación en grande que diga: Busca en tu bolsillo.

Comencé a marcar el número en mi teléfono, un poco nerviosa, claro, agregué el número como Chase:) y enseguida le hablé por iMessage.

Vaya, qué ingenioso. ¿Eres ilusionista? Te debo un helado. :P

Leí el mensaje una y otra vez, y para mi estaba bien, hasta que se lo envíe, ahora sonaba como una necesitada disimulando necesidad. Para mi suerte, contestó.

Jajajaja. Es un talento. :) ¿Cuándo te dignarás a pagarme lo que me debes, Meg? Tu deuda va subiendo...

¿Estaba intentando decirme que saliéramos? ¡Ay, no! ¿Leyó el mensaje de manera equivocada? ¿Por qué estoy nerviosa? ¿Por qué hoy era el Marcus Day? ¿Por qué Michael era estudioso? ¿Por qué papá estaba preocupado?

¡Sólo van tres días! Deja de burlarte de mi, no es gracioso. -.-

¿Qué dices? ¿Estas libre hoy?

¿Qué le digo? Si Michael se llega a enterar, pegaría el grito en el cielo, pero... ¿Se enteraría? Además, ¿quién lo manda a no dedicarme tiempo? Lo sé estaba excusándome. Igual Chase y yo nos estamos conociendo, podemos ser amigos, ¿no?

De acuerdo. Sólo porque me extrañas. ;)

Luego Chase dijo que vendría por mi a salir por ahí. Sí, no me quiso decir dónde.

Mis padres ya se habían ido cuando bajé a avisarles que iba a salir. Bueno, mejor para mi, ¿no?

-Hola, Megan.- rodé los ojos.

-¿Nunca vas a superar ese hecho? Pasemos de página, amigo.- Le respondí dándole un beso en la mejilla. Creo que enrojecí cuando sentí esa corriente que siempre me atormenta.

-Creo que nunca voy a superar el hecho de que estás de confiada conmigo.- Ahora si me puse roja haciéndole competencia al tomate.

-Lo siento... Pensé que... Lo siento.- Chase me miraba con ojos divertidos y como si... Esperen, ¿se estaba burlando de mi? Oh, sí.

-¡Eres un idiota!- le golpee el hombro riendo.

-¿Estás segura que ese título me corresponde a mi?- Preguntó riendo. Me estaba viendo la cara.

-Eres un grosero.- Dije seriamente. Seguí caminando y él se quedó atrás.

-Meg...- Tomó mi mano para detenerme. Dios, no pude sostenerla más porque iba a comenzar a temblar.

-¿Qué?- Contesté indiferente. Podría ver que sus ojos estaban divertidos.

-Es por allá.- Señaló el lado contrario al que yo me dirigía. Estaba que se reía. ¡Qué vergüenza!

-Vamos. Puedes reírte.- rodé los ojos.

-Lo... Lo siento... Te prometo que... No volveré a burlarme de ti...- Decía mientras reía. Esa risa era la mejor melodía que podía tener en mi iPod. ¿Sería psicópata si lo grababa riéndose?

GROSERO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora