Capítulo 15: Una teoría

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Mu Qing y Feng Xin habían ejecutado las órdenes que mandaba el príncipe inmediatamente, y cuando el Rey junto a todo el personal del palacio se enteró de la extraña enfermedad que amenazaba Xian Le, e iniciaron una urgente búsqueda de más individuos que presentaran aquél síntoma tan característico.

En menos de un día se encontraron diez casos de rostros humanos que formaban parte de la piel de las personas, además de otras seis que presentanban misteriosas ronchas en sus cuerpos, que se trataban de rostros aún en desarrollo, casi siempre situados en el pecho o en la espalda, muy pocas veces en las articulaciones.

Decidieron poner a éstas personas contagiadas en cuarentena, pues no se sabían los métodos de contagio ni una posible cura.

La noticia de una plaga se extendió rápidamente por todo el reino, y esto era bueno, pues la gente sería más  cuidadosa y pondría más atención a su propio cuerpo, para ver si desarrollaban la enfermedad, y si así fuera, sería más sencillo localizarlos y aislarlos.

Para recluir a los contagiados, se escogió un lugar bastante alejado de la civilización, el Bosque Buyou, que era frondoso y solitario, perfecto para la tarea.

A Xie Lian éste bosque le resultaba bastante familiar, y no fué hasta unos momentos después cuando cayó en la cuenta de que, en realidad había estado ahí antes.

Con Lang Ying.

Enterrando a su hijo muerto.

Un escalofrío recorrió su espalda, ¿era posible que aquél hombre tuviera algo que ver con toda la situación actual?

Comentó aquella conjetura con sus dos amigos, y estos le dijeron que habían pensado en la misma idea, por lo que irían a buscar al cadáver de aquel niño, para asegurarse de que no estuviera relacionado.

Solo habían caminado unos pocos pasos cuando sintieron un olor putrefacto inundando el aire. Tanto los trabajadores que estaban construyendo el refugio como Xie Lian y los soldados se cubrieron la nariz inconscientemente, buscando protegerse de aquel asqueroso aroma. Los tres pensaron lo peor.
Trataron de seguir la causa de aquel olor y finalmente llegaron a un árbol, sobre el cual respirar resultaba una tortura.

Feng Xin, que había tomado prestada una pala de los obreros que estaban levantando el asilo, fué el primero en dirigirse hacia la tierra al lado del tronco, y comenzó a cavar. Con cada palada que daba el olor se hacía más fuerte e insoportable, y luego de remover un poco más de tierra, una extraña protuberancia se hizo ver.

Las personas que los habían seguido para ver lo que sucedía se asustaron, algunas incluso chillaron alarmadas, y por supuesto ellos no eran los únicos sorprendidos.

— ¿Qué diablos? —

Lo que probablemente había sido alguna vez el pequeño cadáver del bebé de Lang Ying, era ahora una masa de carne hinchada y perturbadora.

— ¡RETROCEDAN! ¡VOY A QUEMAR ÉSTO! — Ordenó Xie Lian, haciendo que la gente le obedeciera y se alejara. Sacó de su bolsa un talismán ígneo y le prendió fuego al cuerpo, cambiando el olor de éste por el del denso humo.

En lo que el cadáver ardía, se escuchó a lo lejos el ruido de un cuerno de guerra, que anunciaba con su canto un ataque de Yong An.

— ¡Tenían que atacar ahora! ¡Es como si supieran que no es un buen momento! — Se quejó Mu Qing en voz alta, a punto de salir corriendo hacia el campo de batalla, pero una mano se posó en su hombro, deteniéndolo.

Se volteó y vio a Xie Lian.

— Mu Qing, tu quédate aquí cuidando — Le indicó.

El albino se sintió un poco indignado, pero sabía que no podía desobedecer una orden de su alteza por lo que se calmó y se quedó en su sitio.

(Cancelada) El Sistema del Dios de la DesgraciaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang